Islamabad: golpean a muerte y prenden fuego al director de una fábrica acusado de blasfemia

de Shafique Khokhar

Priyantha Kumara, originario de Sri Lanka, fue asesinado por una horda de fanáticos por haber retirado unos carteles de los extremistas islámicos. Los atacantes corearon los eslóganes del Tehreek-e-Labbaik Pakistan. Samson Salamat, del Rwadari Tehreek: "Este es el amargo resultado de décadas de adoctrinamiento e incitación a la violencia".

Sialkot (AsiaNews) - Originario de Sri Lanka, el director de una fábrica pakistaní fue golpeado a muerte por un grupo de fanáticos, que luego prendieron fuego al cadáver del hombre. El asesinato tuvo lugar ayer en la carretera de Wazirabad, en Sialkot, a unos 200 km al sureste de la capital, Islamabad. Los extremistas habían acusado a Priyantha Kumara de arrancar carteles con versos coránicos escritos en ellos. Según otras informaciones, el hombre se limitó a arrancar los carteles del partido islamista de extrema derecha Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP) de las paredes de su fábrica. Los videos que circulan por Internet muestran a una multitud golpeando al hombre tendido en el suelo, mientras corean las típicas consignas del LTP contra la blasfemia. Otros se tomaron selfies con el cadáver del hombre en llamas (ver foto).

El primer ministro de Pakistán, Imran Khan, condenó el ataque: "Es un día de vergüenza" para el país, escribió en Twitter. "Estoy supervisando la investigación. Sin falta, todos los responsables serán castigados con todo el rigor de la ley. Los arrestos están en curso".

Tras recibir la orden de completar la investigación en un plazo de 48 horas, la policía ya detuvo a 50 personas y está analizando las imágenes de las cámaras de seguridad del lugar donde se produjo el hecho.

"Este brutal asesinato es el enémiso caso de justicia por mano propia de los extremistas, en nombre de la religión. Utilizan las leyes de blasfemia como un arma", dijo Samson Salamat, presidente de la organización Rwadari Tehreek, que trabaja para promover la tolerancia religiosa en Pakistán. "Este es el amargo resultado de décadas de adoctrinamiento e incitación a la violencia por parte de organizaciones extremistas que operan impunemente en el país, porque el aparato estatal es incapaz de detenerlas. "Después de este acto inhumano, el gobierno debería decir 'basta' y dar a los responsables un castigo ejemplar", continuó el activista.

Rohail Zafar Shahi, secretario general de la Comisión de Derechos de las Minorías de Pakistán, comentó el incidente: “Estas bestias enloquecidas deben ser castigadas seriamente". "Estas personas han dejado en ridículo a Pakistán frente al mundo entero”, continuó Shahi. “Debería haber un boicot total contra los fanáticos y sus partidarios e intérpretes, de cualquier tipo sean. Estas personas no merecen ningún tipo de miramiento ni concesión”.

En Pakistán, las leyes sobre blasfemia incriminan a todo aquel que insulte al Islam o atente contra el sentimiento religioso, profanando el Corán o el nombre del profeta Mahoma, un acto que puede conllevar la pena de muerte o la cadena perpetua. Sin embargo, estas leyes suelen ser utilizadas contra musulmanes y no musulmanes, para ajustar cuentas personales.