Islamabad: gasto récord y más deuda pese al riesgo de default
Aumentó el sueldo de los funcionarios y el gasto militar en un 13% en el nuevo presupuesto que presentó en el Parlamento el gobierno de Sharif. Los objetivos: un crecimiento del 3,5% y una inflación "contenida" en el 21%. Es crucial el desembolso de la última cuota de ayuda del Fondo Monetario Internacional, en un país donde casi todos los ingresos se destinan actualmente a cubrir los intereses de los préstamos. Mientras tanto, Imran Khan está prohibido de hecho en los noticieros locales.
Islamabad (AsiaNews) - Una maniobra financiera con algunas subvenciones, un aumento de los salarios de los funcionarios y de los gastos militares, pero sin ninguna respuesta a la crisis de la deuda de Pakistán. Al contrario: pidiendo prestados otros 2,5 billones de rupias (unos 8 billones de euros), con el objetivo (aún por verificarse) de contener el ratio deuda/PIB en el 6,54%. En cualquier caso, es un valor muy por encima del 4% que había pedido el Fondo Monetario Internacional entre las condiciones para desembolsar la última cuota del fondo de rescate que se les había asignado en 2019.
En Pakistán, donde la crisis política se entrelaza con la económica -con el país que, a la sombra del enfrentamiento en torno a Imran Khan, permanece al borde del default-, era muy esperada la presentación del presupuesto para el año fiscal 2023/2024 por parte del Gobierno de Shehbaz Sharif. Fue el ministro de Finanzas, Ishaq Dar, quien anunció las medidas que tratan de combinar lo imposible: la austeridad de las cuentas exigida por el FMI y las medidas populistas de un Ejecutivo, en crisis de consenso a pocos meses de las cruciales elecciones generales que por ley deberían celebrarse en noviembre.
Dar presentó un presupuesto en el que casi todos los ingresos irán a cubrir los intereses de la deuda existente. Prometió no subir los impuestos, pero al mismo tiempo anunció un aumento del gasto corriente del 53% respecto al presupuesto del año pasado. Las medidas incluyen aumentos del 30% en los salarios de los funcionarios y -en un momento en que el apoyo de los militares es crucial- un aumento del gasto militar, que ascenderá al 13% del presupuesto. El objetivo de crecimiento se ha fijado en el 3,5%: el año pasado se indicó el 5%, pero en realidad el país -que también tuvo que hacer frente al desastre de las inundaciones este verano- está estancado en el 0,3%. En cuanto a la inflación, el objetivo del gobierno de Sharif es "contenerla" al 21%: actualmente la tasa anual es del 28,2%, pero en mayo el aumento de los precios llegó hasta el 38%.
Ante estas cifras, el juicio del Fondo Monetario Internacional será crucial: para Islamabad, es fundamental poder recibir cuanto antes al menos parte de los 2.300 millones de euros que todavía quedan por desembolsar del fondo de rescate que recibió en 2019 y que expira a finales de este mes. Sin el desembolso de esta ayuda, el default está a la vuelta de la esquina. Pero también habrá que ver a qué tipos de interés podrá obtener Islamabad los nuevos préstamos previstos en la maniobra.
Mientras tanto, el nivel de enfrentamiento con Imran Khan y su partido Pakistan Tehreek-e Insaf sigue siendo alto. En los últimos días, el jueves, la Corte Suprema de Islamabad le concedió la libertad bajo fianza al ex primer ministro pakistaní por una nueva denuncia relativa al asesinato de un abogado, Abdul Razzaq Shar, que lo había acusado de alta traición. Por su parte, la autoridad reguladora de los medios de comunicación envió una directiva a los canales de noticias paquistaníes en la que, mencionando los enfrentamientos del 9 de mayo, los intimaba a no dar espacio en la transmisión "a individuos que difundan discursos de odio". No se mencionaba explícitamente a Imran Khan, pero desde hace una semana ha desaparecido de los noticieros.
Foto: Flickr/Peretz Partensk
01/10/2022 13:45