Islamabad ataca a los talibanes paquistaníes en Afganistán
Las autoridades de Kabul afirman que hay más de 40 víctimas, entre ellas mujeres y niños. El gobierno pakistaní sostiene que bombardeó las bases de Tehrik-i Taliban Pakistan, que desde hace meses libran una ofensiva contra las fuerzas de seguridad en las zonas tribales de la frontera. Imran Khan siempre intentó conciliar posiciones pero no está claro qué actitud tomará Shehbaz Sharif en la cuestión de los talibanes.
Islamabad (AsiaNews/Agencias) - El pasado fin de semana Pakistán llevó a cabo un ataque aéreo en suelo afgano, en respuesta a la ofensiva de Tehrik-i Taliban Pakistan (TTP). Con la vuelta del Emirato Islámico a Afganistán, los talibanes paquistaníes se han reactivado y ahora atacan a las fuerzas de seguridad de su país en la frontera, desestabilizando las zonas en disputa a lo largo de la Línea Durand.
Los ataques en las provincias orientales de Khost y Kunar dejaron más de 40 víctimas -incluyendo mujeres y niños-, según el comunicado de los responsables del Emirato Afgano. La tragedia fue confirmada por Unicef. Con el bombardeo, Islamabad pretende enviar a Kabul un mensaje claro, que fue reiterado el 17 de abril por su ministro de Asuntos Exteriores: mantengan a raya a las milicias que nos atacan desde tu territorio. Los talibanes afganos respondieron de forma igualmente clara: el vocero Zabihullah Mujahid advirtió a Pakistán de que "no ponga a prueba la paciencia de los afganos en estas cuestiones y no repita el mismo error, de lo contrario habrá consecuencias negativas". Los funcionarios paquistaníes afirman que atacaron bases del TTP en la frontera -una zona a la que no tienen acceso las fuerzas de seguridad afganas-, y que no violaron el espacio aéreo del Emirato.
Desde que las tropas estadounidenses se retiraron de Afganistán, la situación de seguridad ha ido de mal en peor: a finales de marzo, elementos del TTP mataron a seis soldados paquistaníes y anunciaron la operación al-Badr, que tendría lugar al mes siguiente, durante el Ramadán. El 11 de abril, asesinaron a un mayor del ejército paquistaní y a un soldado en la zona tribal de Waziristán del Sur. Tres días después, otros ocho soldados murieron en una emboscada del TTP en Waziristán del Norte, mientras que el mismo día, la Oficina de Relaciones Públicas de las Fuerzas Armadas de Pakistán anunció que 97 oficiales y soldados paquistaníes habían muerto sólo en los tres primeros meses de 2022.
El objetivo del TTP es recrear un Estado islámico en Pakistán tras el éxito de los talibanes en Afganistán; aunque ambas entidades permanecen separadas, comparten la misma ideología extremista. Desde la toma de Kabul, el TTP ha reabsorbido en sus filas a varios grupos extremistas que se habían debilitado tras la operación Zarb-e-Azb de 2014, dirigida por el entonces gobierno paquistaní presidido por Nawaz Sharif (hermano mayor del actual primer ministro, Shehbaz, que tomó el puesto de Imran Khan el pasado 11 de abril).
Durante años, Islamabad alojó e incluso apoyó en parte a los talibanes. Y probablemente no se esperaba un ataque de uno de sus grupos en territorio paquistaní. Con la presencia de Estados Unidos, las cosas quizás hubieran sido más fáciles, ya que el ejército estadounidense se habría ocupado de neutralizar la amenaza en la frontera mediante ataques selectivos con drones.
Ahora que Pakistán tiene un nuevo gobierno, la situación se complica aún más. Imran Khan siempre mantuvo una actitud conciliadora con los talibanes afganos e incluso intentó cerrar acuerdos con el TTP (que luego fracasaron). Pero aún no queda claro qué postura asumirá Shehbaz Sharif.
Algunos analistas ven el riesgo de que las escaramuzas a lo largo de la Línea Durand se transformen en un conflicto a gran escala. Kabul nunca ha reconocido esta demarcación como una frontera oficial porque separa a las poblaciones pastunes (no obstante, Islamabad se asienta en ella para construir una valla que ponga freno al paso de terroristas y al comercio ilegal).
12/07/2022 13:45