Isla de Iranaitheevu: tamiles católicos acampan en la antigua iglesia, mientras aguardan sus viviendas (Fotos)

de Melani Manel Perera

Cerca de 50 familias llevan dos semanas viviendo en instalaciones en ruinas. Las casas están destruidas y ya no hay más pozos de agua potable. “Sólo pedimos las viviendas, podemos ganarnos la vida con lo que tenemos”.

Iranaitheevu (AsiaNews) – “Estamos contentos de ser nuevamente libres de pescar y de vivir en nuestra isla”. Es lo que dicen a AsiaNews algunos católicos de etnia tamil que hace apenas dos semanas han vuelto a poner sus pies nuevamente en la isla, tras pasar 25 años como desplazados de la guerra civil. Ahora, las familias aguardan la autorización para retomar la posesión de los terrenos, aquellas tierras de las cuales fueron propietarios en otro tiempo. “Nuestra bella y fructífera isla se ha convertido en una jungla –afirman-. Las casas han quedado destruidas. Por eso, esperamos los permisos para reconstruir el lugar y retomar las actividades comerciales. De otro modo, será difícil sobrevivir”.

En total, son cerca de 50 las familias tamiles que desembarcaron en la isla el 23 de abril pasado. Desde ese momento, se encuentran acampando en las instalaciones en ruinas de la antigua iglesia, del convento de las Hermanas de la Sagrada Familia y de la escuela católica. Anthonyayya y Vedhanayagam cuentan: “Es realmente lamentable ver lo que ha sucedido con nuestra isla, con nuestra amada iglesia, con la escuela y con la casa de las misiones. No logramos concebir qué fuerzas negativas son las que se desencadenaron aquí”.

Desplazados en 1992, en todo este tiempo las 187 familias (que hoy se han convertido en 400) de las cuales 95 son encabezadas por mujeres, jamás dejaron de pedir que se les permitiera regresar a la vida que tenían antes del conflicto. En aquella época, en la isla había unas 125 casas, dos iglesias católicas, un dispensario y cinco pozos de agua. “Todo lo que pedimos –afirma el grupo- son permisos duraderos para poder regresar y vivir aquí, y una ayuda para reconstruir la escuela para nuestros hijos y para localizar fuentes de agua potable. No pedimos más que eso, podemos ganarnos la vida con lo que tenemos”.

Los que se han restablecido en el lugar han retomado la pesca, que era la actividad a la que se dedicaban antes de abandonar la isla. Ya han logrado hacerse de algún dinero, ahorrando en el combustible para las barcas. Al menos por ahora, dado que informan que el 5 de mayo pasado, “llegaron algunos funcionarios de la Marina que nos ordenaron no atracar nuestras barcas aquí, sino que las llevásemos lejos del muelle. No entendemos el por qué del pedido: ¡si hay tanto lugar aquí!”.

Photo credit: Melani Manel Perera