Ishikawa un mes después del terremoto: oración y solidaridad

Todavía hay 14.000 desplazados que luchan contra unas condiciones de vida insalubres, sin agua corriente y bajo un invierno glacial en la costa oeste. La labor caritativa de las Iglesias locales que desde el 20 de enero han abierto un Centro de Apoyo en la parroquia de Kanazawa.

Ishikawa (AsiaNews) - Ha pasado exactamente un mes desde que un terremoto de magnitud 7,6 sacudió la península de Noto, en la prefectura de Ishikawa, en el centro de Japón, causando 238 y más de 14.000 personas siguen desplazadas y viviendo en refugios, informaron las autoridades locales. Hoy a las 16:10, hora en la que se sintió el seísmo en el primer día de 2024, se guardará un minuto de silencio y se rezará por los fallecidos y desplazados en el Jardín de Infancia Santa Madre de la ciudad de Nanao de 16:00 a 17:00, promovido por la Iglesia católica japonesa. El terremoto más mortífero en el país en ocho años ha dejado 44.000 viviendas total o parcialmente destruidas, mientras que 40.000 carecen de agua corriente, según el gobierno de Ishikawa.

Todavía es difícil conseguir alimentos frescos en toda la zona, y los supervivientes luchan contra las heladas, las condiciones antigénicas y decenas de miles de hogares siguen sin agua corriente. En algunas zonas de la aislada península de Noto, es posible que no se restablezca el suministro de agua hasta dentro de dos meses, lo que aumenta los riesgos para quienes viven hacinados en centros de evacuación donde, según las autoridades, se han detectado infecciones respiratorias y gastroenteritis. El intenso frío también supone un desafío, especialmente para las decenas de residentes que duermen en sus coches. La zona se vio afectada por fuertes nevadas la semana pasada y las autoridades han advertido del riesgo de desprendimientos de tierra. Según los expertos en salud pública, más de 900 personas han muerto desde el devastador terremoto de Kobe de 1995, debido a la gripe y a la falta de atención médica en los centros de evacuación. Las autoridades de la prefectura de Ishikawa empiezan hoy, 1 de febrero, a vacunar a los evacuados contra la gripe.

En la diócesis japonesa de Nagoya -que cuenta con 27.000 bautizados de una población de 12 millones de habitantes- se inauguró el 20 de enero el "Centro de Apoyo de Cáritas Noto [la península más expuesta al seísmo]", una base operativa para coordinar los esfuerzos de la Iglesia católica de Kanazawa. De él dependen las iglesias de Wajima y Nanao, las dos comunidades que sufrieron los daños más graves. Dado que ambas albergan comunidades católicas muy pequeñas sin sacerdote residente, fue el párroco de Kanazawa, P. Yoshihiro Kataoka, de 41 años, quien inmediatamente trató de llegar hasta ellas para verificar la situación. Las condiciones más graves son las de Wajima: afortunadamente no hubo víctimas entre los católicos locales, pero la iglesia sufrió daños tan graves que habrá que reconstruirla.

En Nanao, en cambio, es la guardería Seibo el corazón palpitante de la ayuda ofrecida por la comunidad católica: aquí, aunque falta el agua corriente, se han restablecido las redes eléctrica y de gas. Junto a la guardería se ha instalado el "Jinnobi" -palabra que significa "relajarse" en dialecto nanao-, una especie de restaurante que ofrece comidas calientes los fines de semana, pero que no es un simple comedor de beneficencia: "También preparamos 8 condimentos y decimos a todos los que vienen que disfruten de la comida añadiendo sus favoritos", explican los organizadores. Muchos nos dieron las gracias diciendo: "Estoy feliz de poder comer por fin comida caliente". Los grupos de ayuda vinculados a las parroquias de las zonas afectadas por el terremoto se están coordinando para cubrir las necesidades y requerimientos de las familias necesitadas de las ciudades de Nanao, Anamizu y Shiga: "Todavía hay algunas zonas en las que el gobierno no es capaz de cubrir las necesidades de las víctimas del desastre, pero estamos haciendo lo que podemos para apoyarles". Para apoyar estas iniciativas, la Iglesia Católica de Japón ha puesto en marcha una campaña de recaudación de fondos.