Irak fija las elecciones para el 11 de noviembre: el desafío de dejar atrás guerras y yihadismo
Estas serán las sextas elecciones parlamentarias desde la caída de Saddam. Divisiones en el frente chiíta; el primer ministro saliente al-Sudani busca una coalición fuerte para conseguir un segundo mandato. El juego también está abierto en el frente kurdo, y los partidos de oposición buscan romper la hegemonía del KDP y el PUK. Incógnita del voto cristiano y dudas sobre la representatividad.
Milán (AsiaNews) - Divisiones en el frente chiíta, el intento de la sociedad civil de dar vida a un movimiento unificado que permita tener mayor representatividad a nivel político, y líderes cristianos que piden una reforma de las cuotas para evitar que la votación se disperse. El próximo 11 de noviembre los iraquíes serán convocados a las urnas para las elecciones parlamentarias, una ronda electoral fundamental para establecer los pasos futuros de un país que quiere - o por lo menos está intentando - dejar atrás dos décadas de guerra y violencia yihadista. En los últimos días, la Alta Comisión Electoral Iraquí (IHEC) hizo el anuncio oficial, que inmediatamente después fue confirmado por una nota del gabinete del primer ministro Mohammed Shia al-Sudani. Un paso que en modo alguno se puede dar por descontado, visto el clima de intenso debate sobre las diversas propuestas de modificación de la ley electoral, los pedidos de extensión de la duración del actual Parlamento y la institución de un Ejecutivo de emergencia.
El frente chiíta
Incluyendo el Kurdistán iraquí de mayoría kurda, hay aproximadamente 29 millones de votantes potenciales, pero solamente podrán votar aquellos que tengan tarjetas biométricas. De los 314 partidos registrados, 70 han presentado la candidatura oficial, en un proceso que comenzó el 15 de abril y continuará hasta el 23 de mayo próximo, según informa el IHEC. Las elecciones de noviembre serán la sexta ronda parlamentaria desde la invasión estadounidense de Irak en 2003. El gobierno se enfrenta ahora a una creciente presión tras los rumores - desmentidos - de que el Marco de Coordinación estaba intentando retrasar las elecciones. La legislatura actual, que comenzó el 9 de enero de 2022, concluirá el 8 de enero del próximo año. A diferencia de las anteriores, con distrito único por provincia, la última votación se realizó con un sistema multidistrital que fue anulado en marzo de 2023 por un tercer decreto que reintrodujo el sistema anterior.
Mientras tanto en el frente chiíta, a siete meses de las urnas, parece prevalecer una situación fluida en la definición de listas y alianzas. Al-Sudani busca un segundo mandato y se espera que encabece una lista amplia que podría asegurarle un paquete significativo de votos (y escaños parlamentarios). Sin embargo, analistas y expertos informan que existe una situación de gran tensión bajo la superficie, vinculada a la creciente presión sobre las milicias chiítas en Irak, expresión de la "mano larga" iraní que durante años ha influido en los asuntos internos del país vecino. El Marco de Coordinación, la alianza chiíta en el poder, ha anunciado su intención de presentarse en seis listas separadas, para luego reunirse al concluir la votación. Uno de los factores conflictivos es la decisión del primer ministro de iniciar conversaciones con el presidente sirio interino Ahmed al Sharaa, además de invitarlo a la cumbre de la Liga Árabe en Bagdad el próximo mes. Sharaa es rechazado por muchos chiítas por sus antecedentes yihadistas, su afiliación a Al Qaeda y su papel en el derrocamiento de Bashar al Assad. Un factor que se suma al del desarme de las milicias chiítas. Por último, está el papel del poderoso líder Muqtada al Sadr, quien anunció en marzo su intención de no participar en las próximas elecciones, aunque ha dado instrucciones a sus seguidores para que actualicen - y regularicen - su posición electoral.
Kurdos y sociedad civil
En estas semanas los partidos kurdos de oposición han iniciado intensas negociaciones para formar una coalición unitaria, tratando de rediseñar el panorama político para interrumpir el predominio de los dos principales bandos: el Partido Democrático del Kurdistán (KDP) y la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK). La iniciativa fue liderada por el Grupo de Justicia del Kurdistán, junto con la Unión Islámica del Kurdistán (KIU) y el Frente Popular, lo que condujo a un acuerdo preliminar. Por otra parte, el KDP y el PUK también están considerando presentar una lista conjunta en las áreas en disputa, en un intento de asegurar una representación más fuerte en esas regiones sensibles. En el punto de mira están las provincias de Diyala, Kirkuk, Nínive y Saladino, que en el pasado fueron escenario de tensión entre los gobiernos de Bagdad y Erbil. Esos territorios son ricos en petróleo y tienen una considerable importancia estratégica. Las disputas derivan de los cambios demográficos, sobre todo el desplazamiento forzado de kurdos y turcomanos y el asentamiento de árabes bajo Saddam Hussein.
Entre otros elementos de novedad de cara a la votación se encuentra el intento de movimientos de la sociedad civil y grupos políticos de crear una alternativa a los partidos tradicionales, a pesar de las dudas sobre su eficacia real. Aunque han participado en elecciones anteriores, los votantes los consideran incapaces de realizar un verdadero cambio o implementar las reformas prometidas, como eliminar el reparto sectario del poder y la rotación de los cargos. Según algunas fuentes, los movimientos podrían dividirse en dos alianzas, formadas por grupos con escaso apoyo y financiados por partidos tradicionales. Alrededor de veinte grupos políticos - entre ellos el Movimiento Nazil Akhud Haqqi, el Partido Hogar Nacional y la facción Nuestra Causa - se han reunido para discutir una coalición unificada, pero cuentan con poco apoyo del electorado.
El Partido Comunista Iraquí y sus aliados tradicionales están tratando de formar una alianza más amplia, promoviendo una plataforma de reformas contra la corrupción y el sectarismo. Sin embargo, los activistas más jóvenes han rechazado en gran medida estos esfuerzos y desconfían de los grupos que anteriormente habían entrado en el gobierno a través del sistema de reparto - y división - del poder. "La idea de las alianzas y las elecciones ha perdido gran parte de su impacto y significado" debido a su incapacidad para generar "un cambio real", subraya el analista político Ali al-Hajimi en una entrevista con la edición árabe de The New Arab. El objetivo es crear un frente capaz de oponerse a las continuas violaciones de las libertades públicas y privadas, la inestabilidad y la proliferación incontrolada de armas. Sin embargo, el analista Abdullah al-Rikabi advierte que "la actual ley electoral está diseñada para servir a los grandes partidos con poder financiero e influencia geográfica", mientras que los movimientos civiles todavía se encuentran en una posición de desventaja.
Cuotas cristianas
Uno de los temas centrales de la próxima ronda electoral es la representatividad de las minorías, en particular la cristiana, sobre la que también se ha pronunciado en las últimas semanas el cardenal Louis Raphael Sako, patriarca de Bagdad de los caldeos. Hace poco más de un mes, el purpurado - que en estos días se encuentra en Roma para el Cónclave que debe elegir al sucesor del papa Francisco - hizo un llamamiento subrayando que el actual proceso electoral no ha garantizado una representación real de la minoría cristiana en el Parlamento. Detrás de sus palabras se encuentra el durísimo enfrentamiento con el Movimiento Babilonia, una facción "cristiana" que en realidad está vinculada a milicias chiítas pro iraníes que operan en Irak y encabezada por el autodenominado líder cristiano "Rayan el Caldeo". En este momento, cuatro de los cinco escaños reservados a los cristianos en el Consejo de Representantes están en manos de este grupo, que persigue políticas e intereses ajenos a las necesidades de la minoría.
El primado anima a los cristianos a registrarse y participar en las elecciones con convicción, pero también pide que se tomen las medidas oportunas, porque "nuestra representación actual es incorrecta y nos negamos a ser utilizados en función de los intereses de otros". Actualmente en el Parlamento hay nueve escaños reservados a las minorías sobre 329, de los cuales yazidíes, shabak, mandeos y kurdos feyli tienen un escaño para cada uno. Los cinco escaños cristianos se distribuyen por región entre Bagdad, Dohuk, Erbil, Nínive y Kirkuk, todas ellas ciudades con comunidades cristianas de dimensiones considerables. La victoria del Movimiento Babilonia en 2021 fue motivo de controversia, mientras que el quinto escaño fue para un independiente. El ex parlamentario Joseph Sliwa señaló que los ganadores "no representan realmente a los cristianos, porque el 90% de los votos obtenidos provenían de no cristianos"; en efecto, los seguidores de Rayan el Caldeo ganaron gracias a la movilización del Marco de Coordinación Chiíta, una coalición de partidos musulmanes chiítas. El llamamiento del cardenal Sako es una confirmación más de la importancia de la representatividad cristiana, una comunidad reducida a un tercio en los últimos 20 años debido a la guerra y la violencia confesional.
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