Irak, líderes cristianos: la sangre de Gaza (y Qaraqosh) "cancela" las celebraciones navideñas
Por invitación del Patriarca caldeo, se celebró ayer en Erbil una reunión de dirigentes de la Iglesia iraquí. La condena de la "guerra devastadora" entre Israel y Hamás, la crítica a la retirada del decreto presidencial y la petición de justicia para las víctimas del incidente de la boda. Card. Sako hizo hincapié en los "tres obstáculos" que se interponen en el camino de los cristianos y que amenazan su presencia en el país.
Erbil (AsiaNews) - Condena de la "guerra devastadora" en Tierra Santa, críticas por la retirada del decreto presidencial en el largo affaire que involucra al patriarca caldeo, y profundo "dolor" por la tragedia que ha golpeado a la comunidad cristiana de Qaraqosh y que, hasta la fecha, ve impunes a los responsables. Estos son los puntos principales del comunicado final emitido ayer al término de la reunión de los jefes de las Iglesias de Irak celebrada en el monasterio sacerdotal de Ankawa, en Erbil, capital del Kurdistán iraquí, por invitación del Card. Louis Raphael Sako. "Anunciamos la cancelación de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo", rezaba la nota de los líderes cristianos, con servicios "limitados a oraciones y ritos eclesiásticos" en señal de respeto por las víctimas de Qaraqosh y Tierra Santa. También se cancelaron las "tradicionales recepciones" de autoridades políticas y religiosas (incluidos musulmanes) con el consiguiente "intercambio de buenos deseos".
Se centró en la actualidad, en la guerra entre Israel y Hamás que amenaza con envolver a toda la región de Oriente Medio, así como en la tragedia que golpeó a la comunidad cristiana en septiembre con el incidente de la fiesta de bodas, la reunión entre los líderes y jefes de las Iglesias. Una cumbre que comenzó "con un minuto de silencio" por las víctimas "del holocausto" de Qaraqosh y del sangriento conflicto entre Israel y Palestina y, durante la cual, los dirigentes reiteraron que "los cristianos no son una minoría en su patria" y que sus "raíces" son "profundas" en Iraq. Antes y después del Islam, explicaba la nota, los cristianos "han desempeñado un papel muy arraigado en la historia" de Mesopotamia, desde las "primeras civilizaciones". Son "pacíficos" por su "naturaleza y fe", no propensos a la "violencia y la venganza", pero "a pesar de ello han sido objeto de presiones, ataques e intentos de apoderarse de sus hogares y propiedades de forma solapada". Todo ello ha llevado "a los que tienen medios a emigrar, para preservar su vida y el futuro de sus hijos", por lo que es hora de que el Estado tome "medidas serias" para "preservar" sus derechos, garantizarles justicia y "devolverles los bienes usurpados".
Este último punto enlaza con el asunto del Patriarca caldeo que, a mediados de julio, trasladó temporalmente la sede patriarcal de la capital iraquí a Erbil, en respuesta a la anulación por el Presidente de la República del decreto que reconocía su papel y su autoridad. Una decisión sorprendente, la del Jefe del Estado: Abdul Latif Rashid, de hecho, ha desautorizado una tradición secular al golpear a la más alta autoridad católica iraquí, que también es responsable de la gestión de los bienes y propiedades eclesiásticos. Y es aquí donde gira la cuestión de fondo: el control de las propiedades que han acabado en el punto de mira del autodenominado líder cristiano "Rayan el Caldeo" y de las milicias proiraníes que le apoyan (una abigarrada galaxia que incluye a chiíes, cristianos, suníes, etc.), una amenaza para la paz y la convivencia de toda la nación. De ahí la petición, en el comunicado de los líderes cristianos, de restablecer la tradición milenaria porque "estos decretos son importantes" en la medida en que "reconocen la cabeza de cada Iglesia" y sancionan sus "plenos poderes".
Refiriéndose a la tragedia ocurrida en la boda cristiana de Qaraqosh, los dirigentes de las Iglesias hablan del "dolor y la conmoción" aún presentes por la muerte de "133 personas" inocentes y los numerosos heridos. "Pedimos al gobierno iraquí", dice la declaración, "que lleve a cabo una investigación seria para averiguar quién causó el incidente y que rinda cuentas ante la justicia". Una referencia que sin duda no es casual, dado que dos meses después (fue el 26 de septiembre) se ha hecho el silencio sobre la masacre y aún no hay elementos ciertos ni sospechosos. Por ello, los líderes cristianos se dirigen también a los responsables iraquíes pidiéndoles "sabiduría y valor" para "luchar contra la corrupción, poner fin a las cuotas sectarias, limitar las armas a las fuerzas legítimas reconocidas por la Constitución, reforzar el ejército y la policía" con vistas a "la estabilidad y el progreso".
Al inaugurar la reunión, el Card. Sako se dirigió a los presentes destacando los "tres obstáculos" que hay que superar para conseguir un país y una sociedad en los que los cristianos puedan vivir de verdad: en primer lugar, "superar el fanatismo-extremismo" rechazando lo que "obstaculiza el encuentro y el diálogo honesto"; "lealtad a Dios, a Cristo y a nuestro país" al que "seguimos amando, a pesar de las heridas" con la esperanza de "vivir en paz, libertad, dignidad"; en tercer y último lugar, "vigilancia y atención" para identificar las "múltiples presiones" a las que están sometidos los iraquíes y los cristianos en particular, recordando a todas las confesiones y denominaciones cristianas presentes que "es importante trabajar como un único equipo en este momento difícil"
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