Irán, crisis de medicamentos: falta de medicinas para enfermedades crónicas y atención básica

Los farmacéuticos de la capital «aconsejan» no enfermar o aplicar medidas preventivas como en los tiempos de Covid-19, como mascarillas y distanciamiento. El vaciado de las estanterías se debe a las sanciones occidentales y a los problemas críticos de la producción nacional. Para el Ministro de Sanidad, no hay urgencias y anuncia la eliminación de las tarifas especiales en divisas extranjeras.

Teherán (AsiaNews) - «El único consejo que me gustaría dar a los ciudadanos es que eviten enfermarse porque, para abreviar, no tenemos medicamentos para curarles». En las palabras de Hossein Behmanesh, farmacéutico de Teherán, entrevistado por el sitio IranWire, emerge el cuadro de la dura crisis económica y social que atraviesa Irán. De ahí la invitación, como en las primeras fases de la pandemia de Covid-19, cuando no había vacunas ni curas para combatir el virus, a poner en práctica «medidas preventivas que incluyan el uso de mascarillas y evitar los lugares concurridos». "Cuídense", advierte Behmanesh, “porque no podemos ayudarles”.

La República Islámica, en el centro de las noticias por la detención de la periodista italiana Cecilia Sala encerrada desde hace más de tres semanas en la cárcel de Evin, en las afueras de la capital, y desde hace algún tiempo en el punto de mira de Estados Unidos e Israel, sufre una escasez generalizada de medicamentos. Una emergencia que afecta a varias provincias donde escasean tanto los medicamentos comunes como los tratamientos especializados para enfermedades crónicas como la diabetes, la hemofilia, el cáncer y la esclerosis múltiple. El vaciado de las estanterías no se debe únicamente al bloqueo de los suministros procedentes del exterior debido a las duras sanciones occidentales contra el régimen de los ayatolás, ya que también hay problemas críticos en la producción nacional, con existencias casi reducidas a cero en zonas como Sistán y Baluchistán, Juzestán e Isfahán.

La escasez actual refleja problemas de suministro, pero la crisis del sector comenzó en 2022, cuando la administración del entonces presidente Ebrahim Raisi eliminó el tipo de cambio de 42 mil riales por dólar estadounidense fijado para la importación de medicamentos. Según un estudio del Centro de Investigación Parlamentaria de Irán, el sector farmacéutico sufrió el segundo peor declive entre todas las industrias, sólo superado por la madera y el papel, con menos 2,6% en primavera y 18,5% en verano. Jafar Qaempanah, jefe de la oficina presidencial, informa también de una caída del 30% en la producción global de medicamentos y de una huida al extranjero de los especialistas que abandonan las empresas del país. En el año que acaba de terminar, los problemas dentro de la cadena de suministro se vieron agravados por una caída del 13,6% en las importaciones de drogas, según revelan los datos de aduanas.

El colapso económico de la República Islámica también lo atestigua el rial, la moneda local, que ha perdido el 35% de su valor en seis meses; además, el gobierno ha tenido que imponer bloqueos en escuelas, oficinas e industrias debido a la crisis energética ligada al embargo. En los últimos días de 2024, se produjeron manifestaciones masivas en el bazar más importante de la capital: el 29 de diciembre, numerosos comerciantes se declararon en huelga para protestar contra el aumento de los precios y del tipo de cambio. Los manifestantes señalan con el dedo la escasez de materias primas, el grave estancamiento causado por los precios desorbitados, la falta de liquidez en el mercado y los impuestos que agotan los ya escasos recursos.

Behmanesh compartió su propia experiencia de primera mano con la escasez de medicamentos para la esclerosis múltiple: «Desde hace más de seis meses, no se distribuyen a las farmacias medicamentos procedentes del extranjero. Incluso los de producción nacional son difíciles de encontrar». Y en el ámbito nacional, advirtió: «Como farmacéutico, la calidad de los medicamentos fabricados en Irán, especialmente para enfermedades crónicas, es muy inferior a la de los extranjeros. Esto ha perjudicado a los pacientes, que se ven obligados a depender de los medicamentos nacionales». En este sentido, el investigador y experto en la industria farmacéutica Mohammadreza Danesh añade: «Dada la escasez de materias primas importadas, cabe esperar que las pocas empresas farmacéuticas que aún operan en Irán no dispongan de materiales de alta calidad... y la crisis monetaria ha agravado este problema». A pesar de las alarmas, el ministro de Sanidad, Mohammadreza Zafarghandi, niega la crisis y anuncia que los aranceles especiales en moneda extranjera para los medicamentos se eliminarán por completo en el año que acaba de empezar.