Informe de la ONU: Myanmar segundo productor mundial de opio, aumento del 26 % en los cultivos
Yangon (Agencia Fides ) - En 2013, la producción de opio en Myanmar ha crecido "significativamente" a causa de la falta de alternativas para los agricultores; en muchos casos, es la única posible fuente de sustento de la población. Así lo demuestra un informe del Departamento de Drogas y el Delito, de las Naciones Unidas (Unodc) publicado en estos días, según la cual la ex Birmania, en el año en curso habrá puesto en el mercado hasta 870 toneladas de opio. Por séptimo año consecutivo, hay un aumento de las tierras cultivables y está en segundo lugar - detrás de Afganistán - entre los países productores del mundo. Para los expertos de la ONU, entre los factores que llevaron a esta escalada continúa están la "creciente demanda de heroína en la región" y "la falta de alternativas para los agricultores" en algunas áreas clave.
En Myanmar, en 2013 hubo un aumento del 26 % en la producción de opio. "La inseguridad alimentaria y la pobreza necesitan alternativas viables" dijeron funcionarios de la Unodc, de lo contrario el sentimiento generalizado de "desesperación" dará lugar a picos adicionales. El cultivo se concentra en dos áreas: el Estado de Shan, con el 92 % del producto, y el resto en el Estado de Kachin, ambos territorios habitados por minorías étnicas en conflicto con el gobierno central de Birmania. Desde un estimado de 51 mil hectáreas en 2012 el número creció a 57.800 este año.
El Departamento de las Naciones Unidas agrega que el "Triángulo de Oro" (entre Myanmar, Laos y Tailandia, el segundo en importancia y tamaño del área de Asia en la producción de opio después de la Media Luna de Oro de Afganistán) "cubre al menos el 18 % " del cultivo y la venta en todo el mundo". Esta región es también el escenario de una de desarrollo de la infraestructura y de la liberalización del comercio que finalmente beneficia a los traficantes de drogas. Para los expertos de la ONU sirven "soluciones políticas y económicas" debido a que un número creciente de jóvenes birmanos y tailandés presenta graves problemas de adicción a las drogas, anfetaminas y heroína.
Fuentes católicas de AsiaNews en el Triángulo de Oro hablan de un "fenómeno creciente". Hay razones históricas que datan la época colonial británica, cuando "el cultivo era legal", un factor que dio lugar a desequilibrios pesados, ya que "las personas están acostumbradas al opio, mientras falta el arroz". Con el tiempo, la fuente continúa, el fármaco "se ha convertido en un gran negocio, así como el apoyo económico a las minorías étnicas de Myanmar" en la lucha con Naypyidaw.
Hoy en día, el impacto es "importante" y "no hay ningún pueblo en el norte de Tailandia, que no está involucrado en el consumo o transporte de drogas". Para las familias pobres, dijo la fuente católica, "se convierte en una especie de oportunidad de redención, pero las consecuencias son devastadoras: Detenciones, familias destruidas, niños abandonados, y en los pueblos los adictos parecen realmente muertos vivientes". Un motivo de mayor preocupación son las "reflexiones sobre la gente joven, para quien se promete un futuro oscuro". La droga, por último, en Tailandia también se convierte en un arma política en la lucha entre el gobierno y la oposición, con la complicidad de la policía y el ejército.
A través de los años, la Iglesia Católica y las misiones han puesto en marcha centros de recuperación, que se acompañan de programas educativos que buscan brindar educación a los niños y adultos. También hay directrices pastorales que tratan de explicar la gravedad del problema y ofreciendo lugares para la rehabilitación de drogadictos. "Uno trata de contener la plaga y dar al mismo tiempo una esperanza - dijo la fuente - incluso si el problema es muy grande y es difícil llegar a todos".
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