India, potencia tranquilizadora para las islas del Pacífico
Al igual que en Ucrania, Delhi intenta mantener un delicado equilibrio entre Washington y Beijing en Oceanía. El primer ministro de Papúa Nueva Guinea, James Marape, la definió como "líder del Hemisferio Sur". Por su parte, India puede vender tecnología barata y explotar la presencia de la diáspora, pero el compromiso militar (por ahora) se lo deja a Occidente.
Delhi (AsiaNews) - Las dos últimas semanas fueron testigo de una serie de diálogos por parte de la diplomacia india: el primer ministro Narendra Modi asistió al G7 en Japón, luego a una cumbre entre los líderes del Quadrilateral Security Dialogue (Quad); en Australia firmó una serie de acuerdos con el primer ministro Anthony Albanese, mientras que en la disputada región de Cachemira se celebró una cumbre sobre turismo antes del G20.
En medio de todas estos eventos, pasó a un segundo plano la visita a Papúa Nueva Guinea -la primera de un primer ministro indio- para una reunión del Foro de Cooperación Indo-Pacífico (FIPIC), a la que inicialmente iba a asistir el presidente estadounidense, Joe Biden, quien más tarde fue llamado a su país debido a la crisis presupuestaria. En su lugar, el secretario de Estado Antony Blinken encabezó la delegación estadounidense.
A primera vista, está claro que la región del Pacífico es una de las zonas de contención donde se miden ahora las fricciones con China. Las 14 islas del Pacífico con las que Delhi inició un lento diálogo en 2014 son "lugares muy estratégicos si se quiere establecer una base naval, un puerto amigo o una pista de aterrizaje amiga, y además cuentan con vastos recursos oceánicos", señaló el capitán retirado de la Marina Arun Prakash. "La principal preocupación de los países occidentales y de India es que muchos de estos países son un vacío y China tiende a entrar en los vacíos y llenarlos".
La mediación de Delhi con Port Moresby puede suponer una conexión para Washington después del acuerdo militar que las Islas Salomón firmaron con Beijing y que alarmó a Occidente.
India fue recibida como el "líder del Hemisferio Sur", en palabras del primer ministro de Papúa, James Marape, según el cual Delhi es "la tercera gran voz" que "debe emerger" y tras la cual "se unirá el Pacífico". Como en el caso de la guerra de Ucrania, Delhi se presenta como una nueva potencia no demasiado desequilibrada, más cercana a los intereses de las naciones no occidentales y dispuesta a prestar apoyo económico en la lucha contra el cambio climático, la principal preocupación de los atolones del Pacífico que corren el riesgo de desaparecer por la subida del nivel de los océanos. "Uno de los principales retos a los que se enfrenta Papúa Nueva Guinea es el cambio climático y la adaptación. Son áreas en las que India puede desempeñar un papel importante ofreciendo asociaciones asequibles en ámbitos como la energía solar", explicó Swati Prabhu, investigadora del Center for New Economic Diplomacy de Nueva Delhi. Modi reiteró el mismo concepto durante el Foro de Cooperación Indo-Pacífico: "Estamos dispuestos a compartir nuestras capacidades y experiencias en tecnología digital, tecnología espacial, seguridad sanitaria, seguridad alimentaria, cambio climático y protección del medio ambiente", declaró el primer ministro indio.
Mientras tanto, Washington firmó un acuerdo de defensa con Port Moresby por un valor de 45 millones de dólares, que incluye una mayor presencia militar estadounidense en la isla y asistencia al desarrollo. Estados Unidos también proporcionará patrullas de guardacostas para vigilar la zona económica exclusiva de Papúa Nueva Guinea y combatir las actividades pesqueras ilegales. Ante las protestas de los estudiantes universitarios contra el acuerdo, Marape respondió que "no hay nada que temer" porque el acuerdo "no tiene nada que ver con China", que sigue siendo "un importante socio comercial".
En este contexto, India se presenta como una potencia tranquilizadora en la región, donde también puede aprovechar la presencia de la diáspora: en Papúa Nueva Guinea, que tiene una población de 9,5 millones de habitantes, hay unos 3.000 indios, mientras que en Fiyi el 38% de la población es de origen indio. Se trata de una migración que se remonta a la época colonial, y que en la actualidad asciende a 320.000 personas según cifras del Ministerio de Asuntos Exteriores indio: India ya aprovechó esta ventaja en el pasado para firmar acuerdos económicos y ahora tiene todo el interés en ampliarlos. Las islas del Pacífico están rodeadas por una zona marítima de 40 millones de kilómetros cuadrados y disponen de zonas económicas exclusivas más grandes que las de India.
Sin embargo, la influencia india en el Pacífico tiene sus límites, según los analistas: actualmente, India carece de las capacidades militares de otros países occidentales y no puede equipararse a los recursos chinos: "Si te consideras una potencia del Indo-Pacífico y formas parte del grupo Quad, tienes que llegar también al Pacífico. Pero si tenemos capacidad para mantenernos tan lejos en el Pacífico es una incógnita. No tenemos los bolsillos tan llenos e incluso nuestra armada es relativamente pequeña", comentó el ex capitán naval Prakash. "Pero tal vez en coordinación con Japón, Australia y Estados Unidos, podamos prestar ayuda allí".
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