Ilan Shor, el amigo moldavo de Putin
Las manifestaciones contra el gobierno no se detienen en Chisinau desde septiembre, y la presidenta Maia Sandu acusa que están directamente inspiradas por el Kremlin, mientras la negativa de Moscú a entregarle gas ha llevado la inflación al 33%. Perfil del joven oligarca nacido en Tel Aviv que con su propio partido personal mueve desde el exterior (debido a una condena por fraude) los hilos de la oposición .
Chisináu (AsiaNews) - En momentos de graves conflictos internos entre las facciones políticas de Moldavia, amenazada por la posibilidad de quedar involucrada en la guerra rusa contra la vecina Ucrania, no parece decaer la suerte del más descarado de los referentes prorrusos, el volcánico Ilan Shor, fundador del partido que lleva su nombre, “Shor”. No cesan desde septiembre del año pasado las manifestaciones contra el gobierno, que la presidenta Maia Sandu considera directamente inspiradas por el Kremlin, sobre todo en protesta por la crisis energética provocada por el rechazo del gas de Moscú.
El precio de la electricidad para los ciudadanos moldavos se ha multiplicado por más de seis y la inflación ronda el 33%, y estos factores alimentan la posibilidad de que los políticos de la oposición aprovechen la crisis en su propio beneficio. Shor es considerado el enlace con Rusia, donde es muy conocido como esposo de la cantante Jasmine. Él no da la cara en su propio país, pero es el principal patrocinador de las manifestaciones. Fue condenado a 15 años de prisión por una estafa de mil millones de dólares que sacó de contrabando de Moldavia, y se ve obligado a vivir en Israel, desde donde maniobra a sus numerosos seguidores, muchos de los cuales, a su vez, también se encuentran bajo investigación.
La periodista y escritora moldava Paula Erisanu ha reconstruido para Novaya Gazeta Evropa la biografía del populista rusófilo, un excelente ejemplo de cómo utiliza el Kremlin sus peones en los juegos políticos internos de los países europeos. A Shor le encanta aparecer en las pantallas de televisión -que hace llevar a hombros a sus secuaces- así como en los monitores de los teléfonos móviles, para anunciar que pronto regresará a Moldavia para liberar al pueblo de la "dictadura occidental". Nacido en Tel-Aviv en 1987, es hijo de un empresario moldavo, Miron, que inicialmente trabajó en el teatro ruso "Chéjov" en Chisináu y después emigró a Israel en la década de 1970, donde, junto con los negocios, también comenzó a interesarse por la política, representando los intereses de los judíos provenientes de la URSS.
La familia regresó a Moldavia en la década de 1990, y Miron Shor lanzó en su país las grandes marcas de la moda, organizó desfiles y muestras de arte e incluso abrió una sección moldava del Rotary Club, siempre llevando consigo al pequeño Ilan. Tras la prematura muerte de su padre en 2005, Ilan Shor, de 18 años, se hizo cargo de todos sus negocios y, en vez de continuar con la característica discreción de Miron, comenzó a hacer alarde de su fortuna, convirtiéndose en la figura pública más glamorosa de Moldavia.
Atravesaba el país a toda velocidad en su Ferrari rojo y organizaba fiestas sensacionales en todas partes con cataratas de dólares de muy dudoso origen y destino. En la discoteca "Flamingo" de la capital conoció en 2008 al futuro primer ministro moldavo Vlad Filat, y se dejó atraer a las aventuras de la política. Su casamiento con la estrella rusa Jasmine, que se celebró en el edificio del parlamento de Chisináu, lo convirtió en una auténtica celebridad en su propio país y en Rusia, con tan solo 24 años.
Mientras el gobierno moldavo se acercaba cada vez más a Europa, entre 2009 y 2019, Shor y sus amigos construyeron una de las redes de corrupción más desenfrenadas de la historia del país, comenzando por la concesión para la compra del aeropuerto de la capital, hasta malversar más del 12% del PIB de Moldavia. El dinero que sacó del país se compensó con una deuda del Estado que los ciudadanos moldavos deberán pagar hasta 2041.
Habiendo alcanzado un poder económico dominante, Shor decidió incursionar en la política en forma directa, primero como líder del partido Ravno Pravie ("Justicia y Derecho"), que después se transformó en un partido personal con un lema decisivo: “Moldavia solo puede existir dentro de las fronteras de Rusia”. Llegó a ser alcalde de la pequeña ciudad de Orej, a la que convirtió en una "zona franca" para los negocios.
Por último, en 2017, tras otros varios desfalcos, Shor fue condenado. y dos años más tarde escapó ilegalmete cuando llegaron al poder los proeuropeos de Sandu. Desde entonces sigue trabajando a la distancia para derrocar al gobierno actual y devolver a Moldavia a los brazos de su amigo Putin.
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