Iglesia y abuso infantil, carta del arzobispo de Singapur

A la comunidad católica local, conmocionada por la condena de un religioso por pederastia, Mons. William Goh escribe: "Recemos para estar todos más vigilantes y atentos. Recordemos que los pecados de uno también afectan a los demás. Que esto sea un recordatorio oportuno para renovar nuestra fe, encontrar la sanación en el perdón y la misericordia de Dios y buscar la reconciliación con nuestros hermanos y hermanas heridos".

Singapur (AsiaNews) - La Iglesia católica de Singapur se ha visto sacudida en los últimos días por la noticia de la condena del director de una escuela católica local, declarado culpable de abusar sexualmente de dos menores. El hombre - un religioso no sacerdote originario de Singapur, cuya identidad no se ha hecho pública en virtud de las leyes locales de protección de menores - fue sentenciado a 5 años de cárcel el 5 de mayo.

Lamentablemente las Iglesias de Asia también tienen que hacer frente a este grave problema que socava la credibilidad del testimonio de la Iglesia. Esta misma semana, por ejemplo, en la India, en el estado de Kerala, un sacerdote de 35 años perteneciente a la una congregación local, la Sociedad de San Eugenio De Mazenod, fue condenado a 18 años de cárcel por abusar de cuatro niños de un seminario menor. Arina Gonsalves, religiosa india que es miembro de la Comisión Pontificia para la protección de los Menores, declaró a AsiaNews que espera que "la sentencia traiga consuelo y paz a las víctimas" y recordó que "el Papa Francisco ha puesto la lucha contra estos abusos en el centro de la acción de gobierno de la Iglesia".

En el mismo sentido, resulta muy significativa y ejemplar la carta pastoral que dirigió a la diócesis el arzobispo de Singapur, Mons. William Goh, en referencia a lo ocurrido, porque hace partícipe a toda la comunidad eclesial

“Con gran tristeza y pesar - escribe el prelado - hemos tomado conocimiento del caso de un miembro de nuestra Iglesia que ha cometido delitos sexuales contra jóvenes. Como muchos de ustedes, estoy consternado, conmocionado y avergonzado. Algunos de nosotros estamos confundidos por lo que ha pasado y cómo pudo haber ocurrido. Como arzobispo y guía de la comunidad católica de Singapur, pido humildemente perdón en nombre de la Iglesia. Mi más profunda cercanía a quienes han sufrido como consecuencia de este crimen. Rezo para que encuentren sanación y paz, y que nosotros, como Iglesia, caminemos junto con ellos a través de este dolor. Que se haga justicia como corresponde”.

En su mensaje, el arzobispo de Singapur recuerda que en 2011 se instituyó en la diócesis el Departamento de Normas Profesionales se estableció en la diócesis desde 2011 precisamente para garantizar que las estructuras eclesiales sean un ambiente seguro, sobre todo para los más pequeños. “Está integrado por profesionales que incluyen a ex jueces de distrito, abogados, personas con formación jurídica y psicólogos que no son todos católicos. Opera de manera independiente de acuerdo con las leyes del país y los dictados del derecho canónico y desde 2018, para mejorar aún más su imparcialidad, está encabezado por un laico”.

Sin embargo - continúa Mons. Goh - "un caso como este debería hacernos reflexionar". Si es cierto que "muchos buenos dirigentes de la Iglesia han entregado su vida para mantenerse fieles al Evangelio y han trabajado intensamente para inculcar los valores de nuestra fe católica en los jóvenes", en este momento "se cierne sobre toda la Iglesia de Singapur una nube de sospecha"..

“Les pido a todos ustedes - dice el arzobispo - que estén unidos en la oración y busquen sinceramente la misericordia y el perdón de nuestro Dios. Pidamos al Espíritu Santo que nos guíe para fortalecer nuestras organizaciones, consejos e instituciones católicas, para que seamos una Iglesia más segura, más creíble, más fuerte y más compasiva. Oremos para que todos estemos más vigilantes y alertas como responsables y miembros de la Iglesia”.

“Consideremos lo que ha pasado -continúa el prelado- como un llamado de atención para todos nosotros, para que tomemos en serio nuestra vida espiritual y despertemos de una fe complaciente. Toda la Iglesia debe convertirse. No olvidemos que los pecados de uno también afectan a los demás. Es un recordatorio oportuno para que renovemos nuestra fe, encontremos sanación en el perdón y la misericordia de Dios y busquemos la reconciliación con nuestros hermanos y hermanas heridos tomando en serio el llamado a la conversión de la vida”.

"Por último - concluye el arzobispo de Singapur - les pido que recen también para que los responsables de nuestra Iglesia, los sacerdotes, los religiosos y los agentes pastorales sean fieles a las responsabilidades que les han sido confiadas, para que puedan ser verdaderos testigos de la fe, viviendo vidas ejemplares que nuestros jóvenes puede imitar. Recen también por mí, para que tenga la sabiduría y el coraje de conducir la Iglesia según el corazón del Buen Pastor”.

(con la colaboración de Nirmala Carvalho)

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