Iglesia siro-malabar: viva y bajo acusación
Está entre las Iglesias más antiguas de India, con 5 millones de fieles, 34 diócesis, 8500 sacerdotes, 32 mil religiosas. Obispos y sacerdotes están sufriendo graves ataques dentro y fuera de la Iglesia. Muertos que vienen denunciados como suicidios; acusaciones al Card. Alencherry de corrupción. La fuerza de esta Iglesia, son sus escuelas y sus hospitales, que la hacen un objetivo de críticas. La necesidad de reformas.
Cochin (AsiaNews) – La Iglesia siro-malabar, entre las más antiguas Iglesias de India, que data de la época del apóstol Tomás (según la tradición), es una comunidad en continuo crecimiento y vital, aunque si desde hace algunos años está en la mira con pesadas y graves críticas desde su interior y de afuera.
La Iglesia siro-malabar es la segunda Iglesia católica oriental (después de la Iglesia ucraniana), con 5 millones de fieles. Desde el año 2004 es una Iglesia “sui iuris”: la Santa Sede le garantizó plenos poderes administrativos, entre los cuales el poder de elegir los obispos y poderse ocupar del ministerio pastoral de sus fieles en todo el mundo. De hecho, de las 34 diócesis de la Iglesia, sólo 18 están en el Estado de Kerala, el lugar originario; las otras están en otros Estados de India (13) o en el extranjero, formadas por los fieles emigrados a otros países. EEUU, Canadá, Reino Unido, Australia, Nueva Zelandia. Para los otros países en Europa, existe un Visitador apostólico, que reside en Roma.
La Iglesia tiene más de 8.500 sacerdotes y 32 mil religiosas. El 18 de junio pasado, aún entre tantas limitaciones, debidas al Covid-19, fue consagrado el 62do obispo siro-malabar en la persona de Mons. Peter Kochupurackal (Foto 2). El ahora s obispo auxiliar de la diócesis de Palaghat (Kerala).
No obstante esta larga tradición que se un con la llegada d san Tomás, el apóstol en el año 52, sta Iglesia oriental-obispos, curas, religiosas-está sufriendo pesados ataques al interior y desde afuera de la Iglesia.
Desde inicios de 2018, el Card. Alencherry (Foto 3), que es arzobispo mayor de Ernakulam-Angamaly y presidente del Sínodo siro-malabar, fue acusado de corrupción en el haber vendido algunas tierras de su arquidiócesis. Ya en este momento está claro que las compras y ventas fueron preparadas o gestionadas por sus colaboradores y que el obispo sólo puso la firma final. Pero, los ataques contra él vinieron de sus propios curas que hasta han organizado manifestaciones contra el purpurado. En cuanto supremo jefe de la Iglesia siro-malabar, fueron enviadas también peticiones al Vaticano, que la Santa Sede resolvió. Pero los casos civiles continúan.
Algunos muertos han creado también otra malevolencia. Recientemente, el 7 de mayo, la novicia Divya P. John fue encontrada muerta en un pozo del seminario cerca de Thiruvalla. Y se habló de suicidio. En el mismo período y en el mismo modo- en un pozo de agua potable- fue encontrado el cuerpo del p. George Ettuparayil en su parroquia de Punnathra (Kerala).. De por sí la muerte del p. George se debió a un incendio que sucedió en su parroquia, en el cual murieron 4 personas, Pero en los medios, en la Tv y en las redes sociales se habla de suicidio y se discute y se acusan las autoridades que no habrían escuchado al sacerdote, que tenía mucha dificultades en el aceptar la asignación a la parroquia.
El p. Noble Parackal, vocero de la diócesis de Manathawady y escritor, explicó a AsiaNews que a menudo el público no busca “la verdad” y se detiene en las críticas. Por otro lado hay que notar que una parte de estas críticas surgen por el hecho que la Iglesia siro-malabar está establecida en modo sólido en Kerala y esto genera nvidia o tensión.
De todos modos, dice él, las acusaciones con razón o sin ella, son siempre desproporcionadas.
Que los obispos y sacerdotes sean a menudo criticados, esto se debe en particular a la gran influencia que estas personas tienen en las instituciones educativas y caritativas: la Iglesia siro-malabar dirige 4860 escuelas; 2614 instituciones educativas y sanitarias, además de centenares de parroquias muy organizadas.
El p. Noble Parackal, hace notar que de todos modos, es tiempo para la Iglesia siro-malabar de realizar reformas estructurales y de calidad. El primer compromiso debería ser una mayor unidad del Sínodo. Un ejemplo: cada obispo del Sínodo siro-malabar decidió configurar la liturgia en su diócesis o siguiendo el rito antiguo o con las reformas “latinizantes”, pero ellos no alcanzaron una decisión “armoniosa”. De este modo la jerarquía arriesga no testimoniar el Evangelio a los fieles.