Huyó de Rusia el escritor Šenderovič, crítico de Putin

de Vladimir Rozanskij

Se desconoce su destino, pero probablemente viajó a Israel, país que le ha otorgado la ciudadanía. Utilizando la sátira, Šenderovič acusó al presidente ruso de pertenecer a un grupo criminal. Las autoridades lo consideran un "agente extranjero" al igual que a otras figuras de la cultura y el espectáculo.

Moscú (AsiaNews) - Uno de los escritores contemporáneos más importantes de Rusia, Viktor Šenderovič, huyó ayer de Rusia con destino desconocido. El hecho fue anunciado en su página de Facebook. Las autoridades lo habían etiquetado como un "agente extranjero", como a casi todos los periodistas e intelectuales rusos no alineados con el poder. Reconoció que se sintió intimidado por la presión de las autoridades y de los tribunales, que lo amenazaron con condenarlo por delitos muy "políticos".

Šenderovič, de 64 años, poeta, dramaturgo y guionista, es también periodista y publicista. Gracias a su trabajo como presentador en varios programas de televisión se ha convertido en un rostro muy popular en Rusia. Su actividad está vinculada principalmente al Teatro de la Sátira de Moscú, una institución de la escena cultural rusa, fundada en 1924 en la época de Majakovsky y los grandes autores grotescos del teatro y la literatura rusos. Miembro de la Unión de Escritores desde 1992, fue uno de los intérpretes del gran giro postsoviético, con tres famosos cortometrajes: "El nuevo pensamiento", "Examen de madurez" y "La voz de Dios". Su famosísimo "Títeres" (Kukly), uno de los programas de sátira política más populares de los años 90 en el canal NTV fue censurado y cerrado por las autoridades en 2002.

Šenderovič siempre criticó la política del presidente Putin desde sus primeros años en el gobierno. En 2010 fue uno de los principales firmantes del llamamiento público "Putin debe irse". El escritor es originario de San Petersburgo, al igual que el presidente, y desde hace años lo acusa de pertenecer a uno de los principales grupos criminales de la "capital del norte". En 2013 produjo el vídeo "Contra la homofobia" en defensa de la comunidad LGBT, y en 2014 se unió a numerosos representantes de la intelectualidad rusa en la condena de la anexión de Crimea, uno de los actos más significativos del nacionalismo expansivo del régimen de Putin. En 2020 fue uno de los pocos en Rusia que apoyó las protestas de los bielorrusos contra el fraude electoral que dio la victoria a Lukashenko.

En noviembre de 2021 el escritor, de etnia judía, obtuvo la nacionalidad israelí. “Hace tiempo que estoy en casa", afirma, pero no aclara a qué país se trasladó "para escapar de la vigilancia de los servicios de seguridad". El conflicto más explícito de Šenderovič es con el empresario Evgenij Prigožin, un hombre poderoso y muy cercano a Putin que presentó una demanda contra él y el jefe de redacción de Ekho Moskvy, Aleksej Venediktov, por acusaciones de corrupción que lo involucran.

El mes pasado, las autoridades incluyeron a Šenderovič en la "lista negra", el registro de personas y empresas definidas como "agentes extranjeros". Le acompañan otras figuras de la cultura y los medios de comunicación, como las cantantes de Pussy Riot Nadežda Tolokonnikova y Veronika Nikulšina, el galerista Marat Gelman, los periodistas Taisja Bekbulatova, Elena Vladykina e Ivan Beljaev, y el empresario ecologista Andrej Alekseev.

Hay que recordar que incluso en la época soviética había espacio para la sátira, algo que ya no se tolera en la Rusia de Putin. Sin Šenderovič, será difícil tomar en serio a quienes no soportan una broma.