Ho Chi Minh City, Mons. Oanh visita a las víctimas de las expropiaciones: ‘Ofrecer los sufrimientos a Dios’
Las autoridades comunistas demolieron al menos 112 casas de los parroquianos de Lộc Hưng. El terreno donde estaban construidas eran de propiedad de la Sociedad para las misiones extranjeras de París (MEP). El obispo emérito de Kontum. “Aunque nos traten con crueldad, continuamos a amar a los funcionarios como nuestros hermanos y hermanas”.
Ho Chi Minh City (AsiaNews) – Ofrecer nuestros sufrimientos a Dios, que para nosotros es luz esplendorosa: es la invitación que Mons. Michael Hoàng Đức Oanh, obispo emérito de Kontum (en la homónima provincia de Vietnam central) dirige a las cerca de 200 familias católicas expulsadas del “Vườn Rau Lộc Hưng” (La huerta di Lộc Hưng). Mientras el país se detiene para los tradicionales festejos del Tết (el Nuevo Año lunar), éstas dirigen sus propias plegarias a la Virgen y encuentran consolación con la visita del prelado.
La huerta de Lộc Hưng es un lote de tierra donde, a partir de 1954, los sacerdotes y los misioneros de la Sociedad para las misiones extranjeras de París (MEP) acogieron a las familias pobres, estudiantes, ex prisioneros de conciencia y veteranos de la armada survietnamita emigrados desde el Norte del país. En la huerta, ellos construyeron sus casas. El 4 y 8 de enero pasados, las autoridades de Ho Chi Monh City y el Comité del pueblo del distrito de Tân Bình enviaron a 300 agentes de policía a demoler al menos 112. Alentados por el creciente valor comercial, el gobierno ciudadano y “grupos de interés” intentan especular sobre la compra venta del terreno, situado en el corazón de la ciudad.
Las indemnizaciones ofrecidas son demasiado escasas y no permiten a los católicos de Lộc Hưng encontrar otra sistemación, condenándolos a vivir en la calle y convertirse en “dân oan” “firmatarios de peticiones sin esperanza). La señora Teresa H, que vivía en la huerta, declara a AsiaNews: “(Las autoridades) Han destruido todas nuestras casas durante la vigilia del Tết. Ahora debemos quedarnos en la calle. ¿Dónde está la ley en Vietnam? No han respetado la ley vietnamita. Después de haber emigrado al sur de Vietnam, mis padres en 1954 se transfirieron aquí, donde hemos vivido por cuatro generaciones. Ahora, para vivir estamos alquilando el terreno de un cementerio”.
A las palabras de la mujer le hacen eco aquellas de muchos otros parroquianos de Lộc Hưng: “Consideramos-afirman- que el comportamiento del gobierno local sea realmente malvado. Este año no podemos festejar el Tết. Cada tarde nos encontramos frente a la estatua de la Virgen para rezar y compartir las palabras del Señor entre nosotros. En 2019, continuaremos yendo a las agencias estatales para reclamar y pedir justicia y equidad”.
El señor Joseph Binh reafirma: “No hay felicidad en este Tết. Como padre de tres hijos, me siento triste y aturdido en esta ciudad moderna, en la que falta compasión y amor. Confiamos en los sacerdotes, que se preocupan por nosotros y nos confortan en una circunstancia tan difícil”. “REspondiendo a nuestras oraciones- prosigue Dios envió a Mons. Michael Hoàng Đức Oanh. Él nos visitó, infundiéndonos coraje para este Año Nuevo lunar. También rezó con nosotros junto a la estatua de Nuestra Señora María. Nuestro obispo donó ‘dinero de la suerte’ a los fieles que han participado en los encuentros de oración y a todas las familias que han vivido en la comunidad”.
Durante la visita, el obispo emérito de Kontum celebró una misa con los parroquianos de Lộc Hưng. “En esta situación tan complicada- afirmó en la homilía- debemos conservar nuestra fe en Dios. Escuchemos cada día las Palabras del Señor. Debemos afrontar tantas dificultades, pero al mismo tiempo estamos llamados a amar y tener compasión por el prójimo. Aunque si estos cuadros del Partido y autoridades locales nos han tratado con crueldad, debemos continuar amándolos como nuestros hermanos y hermanas”.
11/01/2019 13:03
07/01/2019 13:30