Hna. Rozario: de Bangladés a Milán para dar testimonio de Cristo entre los jóvenes
La religiosa de 33 años de las Misioneras de la Inmaculada -que dependen del PIME- está a punto de partir como misionera a Italia. En la misa de despedida, celebrada por el P. Giacominelli, expresó su "alegría" de trabajar en el campo de la educación, como hacen muchas religiosas italianas en su parroquia de Bonpara. Su testimonio es un ejemplo para otras jóvenes que quieren seguir el mismo camino.
Daca (AsiaNews) - “Antes las religiosas italianas del PIME [Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras] venían a nuestro país como misioneras, ahora somos nosotras las que vamos a su país como misioneras”. La hermana Happy Martha Rozario, de 33 años, religiosa de las Misioneras de la Inmaculada (MSI), la congregación femenina que depende del PIME, se prepara para partir con destino a Milán para dar testimonio de la fe entre los jóvenes, con un mandato del Iglesia de Bonpara, su parroquia de origen. La despedida fue el 18 de agosto con una solemne celebración eucarística a la que asistieron más de 300 fieles y estuvo presidida por el padre Dino Giacominelli (PIME), quien le entregó una Biblia y una cruz como símbolo de la misión. "Estoy feliz de ir a la misión - cuenta a AsiaNews - para ser testigo de Cristo entre los jóvenes italianos".
Las Misioneras de la Inmaculada llegaron a la región de Bengala en 1953 procedentes de Europa y todavía hoy se encuentran en Bangladés 18 misioneros extranjeros del PIME, en su mayoría italianos. Pero también hay 52 hermanas locales del PIME y 16 de ellas trabajan como misioneras en el exterior. La hermana Rozario dedicará la mayor parte de su tiempo a los jóvenes, tratando de transmitirles los valores cristianos: "Italia - dice la religiosa, sexta de siete hermanos - necesita misioneros extranjeros para trabajar con los jóvenes. Yo llevaré a cabo mi servicio con los de Milán. Como formadora, voy a transmitirles valores cristianos para que puedan seguir las enseñanzas de Jesús”. La hermana ya ha trabajado antes en un albergue y en una escuela.
Con respecto al origen y la maduración de su vocación, la religiosa cuenta que durante su infancia "vi a muchas religiosas del PIME que visitaban a las familias en nuestra aldea de Bahimaly, en la parroquia de Bonpara. La sinceridad que transmitían, su vida sencilla, sus rostros sonrientes y su buen comportamiento - añade - me alentaron a ser religiosa. Entre ellas, la hermana Gertrude Reberio fue la que tuvo mayor influencia en mí", continúa, confirmando el valioso trabajo que realizan las religiosas del PIME, que han conquistado el corazón de los católicos locales.
La hermana Martha confiesa que no tenía una idea clara de lo que era la vida misionera, pero cuando ingresó a la casa de formación -donde vivió desde 2007 hasta 2018- de inmediato tuvo clara su vocación religiosa. Cuando terminó los estudios, "hice mi profesión el 15 de agosto de 2018". Al principio "mis padres no estaban de acuerdo", pero siempre la apoyaron, lo mismo que las hermanas del PIME.
Otra figura fundamental para su vocación ha sido el misionero italiano p. Giacominelli quien, en la homilía de despedida de la hermana Rozario, puso de relieve cómo ha cambiado la perspectiva misionera: "Antes los misioneros del PIME veníamos a Bangladés, ahora son los jóvenes de Bangladés los que van a nuestro país [Italia] como misioneros. Esta es una buena señal. Felicito a la hermana Happy Martha por la bendición que ha recibido”, y también porque su decisión de consagrarse a la vida religiosa ya se ha convertido en fuente de inspiración para otras jóvenes que quieren seguir el mismo camino. "Quiero ser religiosa -dice Saroshi Corraya, de 15 años- y ser testigo de Cristo para los demás". Todo un desafío en un país como Bangladés, donde la inmensa mayoría de los 166 millones de habitantes son musulmanes y sólo hay cerca de un millón de cristianos, la mitad de los cuales son católicos.
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