de sr. Agnes Gangmei

El relato de una misionera salesiana india que ejerce su ministerio entre los apenas 1.500 católicos mongoles que recibirán al pontífice del 31 de agosto al 4 de septiembre. "Nuestro pueblo se siente privilegiado, honrado y bendecido por este regalo. Recemos para que traiga consigo avances que faciliten el servicio que la Iglesia ofrece a todos en la educación y la caridad".

Hace unos días, el Vaticano difundió el programa del viaje apostólico que llevará al Papa Francisco a Mongolia desde el 31 de agosto hasta el 4 de septiembre. La hna. Agnes Gangmei, misionera india de las Hijas de María Auxiliadora, relató a AsiaNews la alegría de la pequeña comunidad católica local por este regalo en muchos sentidos inesperado. Misionera salesiana en Ulan Bator desde 2012, regresó a la India hace dos años para estudiar y se está preparando para volver a Mongolia el próximo año. 

 Soy sor Agnes Gangmei, de la congregación de las Hijas de María Auxiliadora, también conocidas como Hermanas Salesianas de Don Bosco. Desde hace más de una década trabajo en la tierra de Gengis Kan. Me sentí muy contenta y rebosante de alegría cuando me enteré de la visita de nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, a la tierra de Mongolia. Mi sentimiento en este momento puede compararse al de Santa Isabel, cuando recibió la visita de María: "¿A qué debo que la madre de mi Señor venga a visitarme?" (Lc 1, 43). El pueblo de Mongolia se siente privilegiado, honrado y bendecido por acoger al Papa Francisco en nuestra comunidad.

La comunidad católica de Mongolia es muy joven y pequeña. Sólo hay unos 1.500 católicos bautizados. Es una de las misiones más jóvenes, acaba de cumplir 30 años de presencia católica entre los mongoles. Ni siquiera podíamos soñar con una visita del Santo Padre a Mongolia, donde la presencia católica es mínima. Sin embargo,  lo esperábamos y con frecuencia rezábamos por ello. Y al final Dios escuchó nuestras plegarias y la comunidad mongola le da gracias a Dios por enviarlo a nuestra comunidad, con sincera gratitud por su sacrificio y amor incondicional por el pueblo de Dios en la tierra de Mongolia. Su sola presencia dice mucho de su inmenso amor por los mongoles y no hay palabras que alcancen para agradecérselo lo suficiente. Estoy segura de que su visita profundizará y fortalecerá la fe de la comunidad católica al mostrarse como un buen pastor que cuida de sus ovejas.

Deseamos que la visita del Santo Padre permita avanzar lo antes posible en la cuestión de los visados para los misioneros que están destinados aquí. Este ha sido uno de los mayores problemas a los que nos hemos enfrentado los misioneros en los últimos años. Rezamos y esperamos que se establezcan mejores lazos entre el Vaticano y la tierra de Mongolia para que podamos vivir nuestro apostolado en diferentes ámbitos como la educación, las obras de caridad, la asistencia médica, el desarrollo social y hacer que nuestra presencia sea más productiva.

Concluyo aquí extendiendo mi más calurosa bienvenida, mi más sincero aprecio y gratitud al Papa Francisco por haber aceptado nuestra invitación a visitarnos a través de la voz de nuestro card. Marengo. El Santo Padre es el verdadero pastor que conoce a sus ovejas, un modelo de quien practica lo que predica. Su debilitada salud y su edad avanzada no le impiden ir a las periferias y tocar el corazón de los marginados. Los mongoles se sienten en deuda y estamos felices de tenerlo entre nosotros.

Este viaje histórico, su amor incondicional y sus sacrificios por los mongoles conmoverán sin duda a la tierra de Gengis Kan y a su gente. Rezamos para que a través de él fluyan abundantes bendiciones en nuestro país para todos los católicos, y también para los budistas y los que siguen el chamanismo. Asegurándole nuestro amor, oraciones y mejores deseos....

¡Dios bendiga al Papa Francisco!

Hna. Agnes Gangmei

 

(Colaboró Nirmala Carvalho)

 

"ECCLESIA IN ASIA" ES EL BOLETÍN DE ASIANEWS DEDICADO A LA IGLESIA EN ASIA. ¿QUIERE RECIBIRLO TODOS LOS DOMINGOS EN SU CORREO ELECTRÓNICO? SUSCRÍBASE AL BOLETÍN EN ESTE ENLACE.