Hermanas del Santo Rosario, testimonio cristiano de mujeres en el mundo árabe musulmán
Beirut (AsiaNews)- Fundada en 1880 por la beata María Alfonsina, de la cual el sábado 24 de mayo, el Patriarca de los Latinos Fouad Twal pidió la canonización durante la misa celebrada por el Papa Francisco en Amman (Jordania), primer día de la visita a Tierra Santa, la congregación de las Hermanas del santo rosario de Jerusalén de los Latinos es la más antigua realidad femenina del Mashrek árabe (el conjunto de países que se encuentran en el este del Cairo y al norte de la península arábiga). La obra misericordiosa de ellas se extiende de Jerusalén al Cairo, de Beirut hasta Kuwait City.
Nacida en 1843 con el nombre de bautismo de Danil Ghattas, la futura suor María Alfonsina- no obstante la oposición inicial de su padre- vistió el hábito de las religiosas de san José de la Aparición a los 14 años. En el curso de las numerosas apariciones, la Virgen le confió repetidas veces su deseo urgente e imperioso de fundar una congregación, de origen palestino, que llevase el nombre de Hermanas del Rosario. También en los frecuentes sueños, le parecían con claridad las imágenes de hermanas revestidas con un manto azul, mientras la Virgen le reprochaba la lentitud con la cual le respondía a su pedido.
Las apariciones de la Virgen la empujan a confiarse totalmente en las manos y en la voluntad de Dios. "Estaba deseosa de soportar cualquier prueba" escribió en su diario la religiosa. "Encontraba leve todo lo que parecía amargo y doloroso. La soledad era el paraíso de mi corazón y la obediencia era el horizonte de mi espíritu. Encontraba las órdenes de los superiores fáciles de seguir". La congregación vio finalmente la luz en 1880, eran 7 las primeras hermanas, una cifra que se relaciona con la perfección.
En su obra, suor Alfonsina fue guiada y asistida por un sacerdote palestino, el p. Joseoh Tannous, cuyos abuelos estaban emparentados con una familia importante de la ciudad de Eden, los Yammine. Él murió poco después de haber visto el nacimiento de la congregación femenina, asistido por suor Alfonsina.
La vida de la beata estaba caracterizada por la recitación del Rosario meditado que, en intervalos, era ilustrada por apariciones. En el curso de su vida, además de las apariciones de la Virgen, la religiosa fue capaz de hacer gestos prodigiosos. Se cuenta que en 1885 una estudiante de la escuela de las Hermanas de Jaffa en Galilea, creca de Nazaret de nombre Nazira Eid, se cayó en una cisterna llena de agua; suor Alfonsina logró salvarla tirándole el propio rosario. El 25 de marzo, fiesta de la Anunciación, a la hora ya anunciada en precedencia, la madre Alfonsina se dejó ir entre los brazos del Señor.
Las hermanas del Rosario tienen hoy 250 religiosas y están presentes en Tierra Santa, en Jordania, en Líbano, en el Cairo (Egipto), en Kuwait, en Abu Dhabi y en Roma. Sus centros comprenden también orfelinatos, casas de reposo para ancianos, escuelas y hospitales. La mayor parte de las hermanas que aquí deciden tomar los votos provienen del Líbano, Tierra Santa y Jordania. En Líbano las hermanas del santo Rosario tienen 10 conventos y también un hospital (Gemmayzé). Enviadas en 1887 por el Patriarca maronita, las religiosas han contribuido-bajo la guía de suor Rosalie Nasr y otras- a la fundación de las religiosas de la Santa Familia Libanesa (Ibrinas).