Hassaké: los cristianos sirios y la Navidad, bajo la amenaza turca
El Patriarca sirio católico Ignacio José III Younan realizó en los últimos días una visita pastoral al noreste de Siria. Describe una realidad de "tristeza, angustia, pero también de retos y esperanza". La guerra, la crisis económica y el temor a un ataque turco han vaciado la región. De 100.000 fieles solo quedan 20.000, cuyo ingreso promedio es de apenas 30 euros al mes. Las sanciones y el abandono de la comunidad internacional.
Hassaké (AsiaNews) - Una situación "muy dolorosa" marcada por la "falta, ya crónica, de agua y electricidad" que se suma a la "devaluación de la moneda nacional" creando unas condiciones de vida "realmente insoportables". A ello se suma la amenaza de una ofensiva terrestre turca, que podría desencadenarse en cualquier momento. Los cristianos del noroeste de Siria se preparan para vivir una Navidad marcada por la preocupación y en condiciones extremadamente difíciles, según nos comentó el Patriarca sirio católico Ignacio José III Younan, quien hace pocos días realizó una visita pastoral a la arquidiócesis de Hassaké-Nisibi. Luego de pasar seis días con la comunidad local, a su regreso, el primado conversó con National Catholic Register y contó que fue una "visita llena de tristeza y angustia, pero también de desafíos y esperanza" en una realidad que vive en un continuo "via Crucis" desde hace 12 años
La devaluación, la crisis económica, el desempleo, la guerra y la amenaza turca han trastornado la vida de una comunidad que supo ser próspera. Hoy, una familia tipo apenas dispone de 30 euros al mes, explica el patriarca, pero la fuente de mayor dolor es "la ausencia de jóvenes en las parroquias y centros pastorales" que antes solían ser "los lugares más frecuentados". "Los horrores del conflicto y la falta de trabajo", añade, "han creado un horrible vacío de jóvenes. Para nuestras comunidades cristianas, ya de por sí pequeñas, esto representa un desafío muy peligroso para su "supervivencia" en una tierra que ha sido cristiana por milenios.
Los padres de Ignace Joseph III Younan eran originarios de Hassaké, de donde huyeron en 1918 durante el terrible genocidio perpetrado por el Imperio Otomano. Y la amenaza turca vuelve a ser un tema actual, con la operación "Espada y Garra" lanzada por Recep Tayyip Erdogan, que se espera incluya una ofensiva terrestre y un nuevo e inevitable derramamiento de sangre. Ayer, el presidente turco volvió a proponer conversaciones y la normalización de relaciones con Damasco, pero los kurdos del noreste de Siria siguen siendo el principal objetivo a atacar. Esto termina afectando a los cristianos que sufren desde hace tiempo. Y que huyen.
El propio Patriarca fue testigo del dramático declive de la presencia cristiana en la región. "Cuando yo era un joven sacerdote, en la década de 1970, la comunidad cristiana del noreste de Siria -todos refugiados del Imperio Otomano- representaba más de un tercio de la población: eran unas 100.000 personas. Hoy -continuó- hay menos de 20.000, ya que la mayoría se vio forzada a huir a otras partes de Siria o a cruzar la frontera para huir de los grupos terroristas, como el Estado Islámico (ex ISIS)".
Durante la visita pastoral, el primado celebró la consagración y la toma de posesión del nuevo arzobispo sirio católico Jacob José Shimei en la catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Hassaké. En su homilía, el Patriarca Younan recordó los numerosos llamamientos del Papa Francisco por la "atormentada" Siria, el país que "sufre más que ningún otro" advirtiendo que "12 años de tormento son suficientes". No se ahorró críticas al referirse a Occidente y a los que continúan con la política de sanciones "injustas" que está machacando a un pueblo al límite de sus fuerzas: "Azotan ante todo a gente inocente, que quiere vivir con dignidad y con un sincero espíritu patriótico", dijo.
El Patriarca denunció la negligencia de la comunidad internacional y de los gobiernos occidentales, y recordó que "nuestro pueblo, al tiempo que agradece lo que la Iglesia ha hecho y hace para aliviar el sufrimiento de la gente, es consciente de que las instituciones eclesiásticas no son capaces de dar las respuestas adecuadas a una situación extremadamente complicada a nivel nacional, regional y mundial". "Los cristianos de Oriente Medio", añadió, "no sólo nos sentimos abandonados, sino también traicionados" y está en juego "nuestra propia supervivencia".
(Imágenes del Patriarcado Sirio Católico)
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