Handan: hostias y tabernáculos profanados; la policía prohíbe ceremonias y novenas de reparación

de Eugenia Zhang

Después del robo de tres tabernáculos y la profanación de la Eucaristía, el obispo había invitado a una novena de oración, pero la policía y la seguridad pública la frenaron, quizás, por miedo al aniversario del 4 de junio. Pueblo rodeado y sacerdotes intimados a no abandonar sus casas.

Handan (AsiaNews)- La policía y la Oficina de asuntos religiosos de Handan (Hebei) prohibió a los fieles de la diócesis reunirse hoy para rezar, en una jornada de oración y de ayuno convocada por el obispo, como gesto de reparación por la profanación de la Eucaristía.

Las fuerzas del orden han declarado que la diócesis no tiene el permiso para reunir a los fieles que provengan de diversos distritos, y ha rodeado el pueblo de la profanación, para prohibir reunirse a quien proviene de otros lugares. Algunos sacerdotes están incluso bajo vigilancia, y han sido intimados a no salir de sus casas. El obispo, Mons. Stefano Yang Xiangtai fue obligado a cancelar el encuentro de oración, considerado “ilegal” por la Oficina de asuntos religiosos.

Todo comenzó el 27 de mayo, cuando los fieles de pueblo de Xiao Di Ba se dieron cuenta de que el tabernáculo de la iglesia había sido destruido y robado, y que las hostias habían sido arrojadas al suelo, fuera del edificio sagrado.

Otros dos tabernáculos fueron violados el 26 y el 27 de mayo.

A partir del 3 de junio, la diócesis invitó a una novena de oración y penitencia con adoración eucarística para manifestar el alto honor del sacramento y pedir perdón por no haber vigilado las iglesias, salvaguardando su dignidad. Hoy se debía realizar un encuentro en la iglesia de Xiao Di Ba con oraciones y ayuno.

La policía, a la cual se le pidió intervenir, se encontró delante de una comunidad herida en sus sentimientos religiosos y llena de fervor por reunirse. En el temor de posibles sublevaciones, fue llamada también la seguridad Pública, que prohibió toda reunión, si bien logró atrapar al ladrón: se trata de un joven de diecinueve años, un tal Chen Jing En.

Mons. Yang fue obligado a cancelar los encuentros públicos y pidió a los fieles rezar y hacer penitencia en casa.

Un católico local comenta: “Que la policía y la seguridad pública tengan miedo de una reunión de oración y penitencia realmente provoca risa. Está bien que estamos cerca del 4 de junio (el aniversario de la masacre de Tienanmen- ndr), pero la neurosis de la policía siempre se traducen en una afrenta a la libertad religiosa”.