Haifa inaugura el puerto comercial 'Made in China' que preocupa a EE.UU.

Desde el primero de septiembre funciona el nuevo puerto, con el que Israel pretende impulsar su presencia en el comercio marítimo. Representa una inversión cercana a los 1.700 millones de dólares y es administrado por Shanghai International Port Group. El objetivo es convertir a Haifa en un centro regional y consolidar lazos con las naciones árabes. Washington se opone al eje Beijing-Jerusalén.

Haifa (AsiaNews) - Israel inauguró un nuevo puerto comercial dedicado al Mediterráneo. La jugada pretende impulsar la competitividad y reforzar su presencia en un sector desbordado por los retrasos e incumplimientos en las entregas, en parte debido a la pandemia de Covid-19. El objetivo es consolidarse como un centro regional, en las instalaciones portuarias situadas en la bahía de Haifa, cuya administración está a cargo del gigante chino Shanghai International Port Group (SIPG). El hub regional es el fruto de un renovado eje entre Jerusalén y Beijing que preocupa cada vez más a Washington.

El primer puerto comercial privado del Estado judío costó 1.700 millones de dólares y funciona desde el primero de septiembre. Permitirá que los grandes buques de carga -de 18.000 contenedores o más- atraquen en las costas israelíes. El gobierno ha comenzado a vender los puertos estatales para fomentar la construcción de otros nuevos, con el objetivo de recortar costes y reducir los tiempos de espera en las operaciones de carga y descarga.

Casi el 99% de productos que entran y salen de Israel llegan por mar, por lo que una mejora de las infraestructuras es necesaria y fundamental para sostener el crecimiento económico. La mejora de las relaciones con los países árabes de la región, desde los EAU hasta Bahréin, creará nuevas oportunidades de negocio y Haifa reúne todas las características necesarias para convertirse en un hub regional. Además, para fin de año se planea inaugurar un puerto en Ashdod, que será operado por la suiza Terminal Investment Limited.

El control chino del puerto comercial de Haifa y las crecientes inversiones de Beijing en Israel generan tensión con Estados Unidos, que se opone a un vínculo que se ha ido reforzando en la última década. La Sexta Flota de la Armada estadounidense atraca en el puerto de Haifa con cierta regularidad, y Washington teme que pueda ser vulnerable a los sistemas de inteligencia y vigilancia chinos. El riesgo es que el país del Dragón adquiera una posición dominante en la ciberguerra planetaria.

A pesar de sus lazos con la Casa Blanca, en los últimos años el gobierno israelí del ex primer ministro Benjamin Netanyahu reforzó su alianza estratégica y comercial con China. El propio Netanyahu se reunió con el presidente chino Xi Jinping en Beijing en 2017 y recibió al vicepresidente Wang Qishan en Jerusalén en 2018.

En diálogo con al-Monitor, la experta en asuntos chinos Doron Ella, del Institute for National Security Studies de la Universidad de Tel Aviv, explica que las inversiones de Beijing en el Estado judío apenas representan un 10%, mucho menos que las estadounidenses o eruopeas. Sin embargo, la preocupación de los Estados Unidos se centra en las inversiones chinas en sectores tecnológicos "sensibles". Beijing respondió rápidamente a estas declaraciones, a través del vocero de la embajada china en Israel, Wang Yongjun. En un artículo del Jerusalem Post, el diplomático chino escribió que el Estado judío "no debe tomar partido" en la disputa. "China está en contra de la mentalidad de la Guerra Fría", añadió. Tras aclarar que el país respeta la "independencia" de los Estados individuales "en todos los ámbitos", negó la participación de China en ataques informáticos.