Guerra, embargo, sanciones: Ramadán pobre y ‘frugal’ para los musulmanes sirios
Según fuentes de la ONU el 83% de la población vive por debajo del límite de la pobreza. Los productos vuelven a los puestos en el mercado, pero las personas limitan las compras para el Iftar. Caritas promueve una iniciativa para garantizar la comida de la noche también a las familias más pobres.
Damasco (AsiaNews) - Un Ramadán en tono menor, a causa del aumento de los precios y de la difundida pobreza, provocada por 8 años de guerra y aumentada por el embargo de los EEUU y por las sanciones europeas, que redujeron más del 80% de la población a estar por debajo del límite de la pobreza. Así están viviendo el mes sagrado de ayuno y oración los musulmanes sirios, la mayor parte de los cuales se limitan a observar los productos alimenticios en los puestos del mercado y se contienen con un Iftar (la cena que rompe el ayuno) “frugal”.
En el mercado de Bab Srijeh, uno de los más famosos de Damasco, los más se limitan a observar las mercaderías y los bancos de alimento, pero pocos son las compras. La guerra gastó los fondos de ahorro y a despecho de una reducción de los precios respecto al pasado, los comercios son modestos. “Teníamos la costumbre de reunir a la familia y a los amigos al menos 6 o 7 veces -nos cuenta Abou Anas al-Hijaz, cantante de 45 años - en ocasión del Iftar”. “Hoy -agrega- los invito sólo 1 o 2 veces al máximo”.
Una mujer de la periferia del sur de Damasco, volviendo de los mercados menores de la capital donde los precios son más accesibles, cuenta que sustituyó las lentejas con los porotos porque son más económicos. Y los zapallitos, ahora están llenos de arroz a causa de los precios demasiado elevados de la carne. La liberación de la Ghouta oriental determinó una recuperación en la producción y un aumento de los productos en los mercados; sin embargo, la mayoría de las personas no tiene dinero suficiente para las compras. Hay hasta quien ha debido vender el propio automóvil, para garantizarse una comida cotidiana.
Fuentes de las Naciones Unidas refieren que hoy cerca del 83% de la población siria vive por debajo del límite de la pobreza. Para entender la devastación causadas por el conflicto y por el embargo de los EEUU y la UE, basta pensar que antes de 2011 el dato era del 28%. Lo que agrega la crisis económica debida a la guerra se agregan las medidas punitivas estadounidenses y europeas contra la dirigencia de Damasco, que terminar repercutiéndose sobre la población civil.
Esta restricción de naturaleza económica y comercial, unida a la devastación del conflicto, causó la muerte de casi medio millón de personas-casi la mitad de la población- obligados a abandonar sus casas. Desde 2009 poco menos del 60% de las empresas se transfirió al extranjero y la desocupación pasó del 10% de 2010 a más del 50% en 2015. Las pérdidas en términos del PIB entre 2011 y 2016 amontan a 226 millardos de dólares.
En un contexto de extrema necesidad, Caritas Siria promovió una serie de iniciativas durante el Ramadán para testimoniar - con gestos y no sólo con palabras- la cercanía con los “hermanos musulmanes”. “Durante el mes sagrado - cuenta a AsiaNews, la responsable de la comunicación Yerado Krikorian - jóvenes voluntarios de Caritas Siria, en colaboración con la Sa`ed Society (musulmana), participan en la campaña ‘Khasa Al Jou’ preparando platos cotidianos para distribuir al final de la jornada a las familias más pobres, a los que pasan, a las asociaciones de beneficencia”. “Esta iniciativa no implica sólo el hecho de preparar la comida. Lo nuestro quiere ser un mensaje de tipo humanitario y social, un deber moral que nos corresponde a todos. Para nosotros es una alegría -continúa la activista cristiana- preparar la comida que marca la finalización del ayuno y consumirlo con los pobres y las personas comunes, en este mes sagrado”.
17/12/2016 13:14
05/05/2021 13:01