Grebenshchikov: Los imperios terminan mal

de Vladimir Rozanskij

El compositor más famoso de Rusia arremete contra Putin por el ataque a Ucrania. Insta a los rusos a no caer en la depresión por lo que está ocurriendo hoy. Recuerda que la Unión Soviética no sólo estaba influenciada por Occidente, sino también por Oriente y el Sur.

Moscú (AsiaNews) - "Hay un alma inmortal, la de Blok y Turguéniev, la del Cantar de las Huestes de Igor [un texto épico de la antigua Rusia], y un alma imperial que acabará mal, como ya ha ocurrido en el pasado... Hay una Rusia maravillosa y universal, y hay víctimas de la conciencia imperial, ya sea rusa o británica, o de cualquier otra latitud".

Es la advertencia de Boris Grebenshchikov, el compositor más famoso de Rusia, cuando habla de la Rusia de hoy, que parece borrar la de ayer: "El Tercer Reich no negó ni borró a Bach, Schiller o Goethe... Los hombres que intentaron utilizar a Alemania para construir un imperio han desaparecido de la faz de la tierra, y lo mismo ocurrirá con Rusia".

El artista emigró a Londres tras la invasión de Ucrania; lo hizo para "huir de la locura". En los últimos días, concedió varias entrevistas para presentar el lanzamiento del nuevo disco de su banda Aquarium ('The House of All Saints'), que compaginará con una gira de conciertos por Europa. El profeta del rock disidente de la época soviética confiesa a Radio Svoboda: "Muchos de mis amigos y familiares todavía esperan en secreto que me convierta en una persona respetable".

Boris estudió matemáticas en sus años de juventud, y explica que "existe una contradicción de la que hablan a menudo los filósofos, entre la descripción del mundo según la cual intentamos vivir, y la experiencia real del mundo". El cantante dice que él experimenta esto en la música, el arte y la libertad, que le enseñan a ser realmente él mismo: "Cada vez que quería convertirme en alguien, la vida me mostraba algo más interesante".

En los años 70 y 80, Aquarium fue muchas veces censurado y perseguido. "Habría sido difícil de soportar si hubiera esperado la ayuda del Estado. Sin embargo, sabía bien, por la educación que había recibido y por experiencia, que el Estado existe para utilizar a sus ciudadanos como esclavos" recuerda Grebenshchikov. Sus padres le enseñaron a no creer ni una palabra de lo que se dice en la televisión y en los discursos oficiales: "El Estado", argumenta, "no tiene nada que ver con la vida real".

El cantante insta a los rusos a no caer en una depresión por lo que sucede hoy: "No existe la opción entre la vida y la muerte, sólo hay vida. Para mí es la música, cada uno la expresa a su manera". En los tiempos más difíciles, Grebenshchikov se vio obligado a trabajar como cuidador de un estadio, cuando hasta el desempleo estaba prohibido por la ley, y solo se podía hacer música si era la oficial. De noche, junto a sus amigos, "colegas" que también trabajaban como cuidadores, publicaban el que fue el primer periódico musical clandestino de San Petersburgo, "Roxy", con poemas, relatos y dibujos. "No había manera de aburrirse", recuerda BG (Be-Yi, como le llaman los fans).

Cuando el Komsomol, la organización juvenil comunista, lo expulsó, a Boris se le prohibió dar conciertos. Dice que siente gratitud hacia el Estado: "He pagado mi deuda con ellos, me han dado la libertad". Grebenshchikov también representó el "rock religioso", en una mezcla de espiritualidad sincretista, que influyó mucho en el "renacimiento religioso" de la juventud antes del fin de la URSS. Incluso hoy en día afirma que "la música revela la naturaleza divina, y te hace descubrirla dentro de ti mismo, por lo que te sientes parte de la divinidad". Es una de las cosas más ciertas de toda mi existencia; por eso siempre he dicho que cuando canto, me siento como un dios".

Al reflexionar sobre los cambios del poscomunismo, que tanto resurgen hoy en día en los juicios negativos de los dirigentes rusos, BG sostiene: "No sólo estábamos bajo la influencia de Occidente, sino también de Oriente y del Sur. Yo escuchaba música japonesa, china, armenia, india, latinoamericana; recuerdo un disco sobre la música de Asia y África que me gustaba muchísimo".