Gazipur, el p. Liton Gomes lleva la eucaristía a los encarcelados cristianos
Hace dos años la Comisión episcopal Justicia y paz inició las visitas a los detenidos de fe cristiana. En todo Bangladés existen 68 cárceles. Detrás de las rejas hay 175 cristianos, 40 de los cuales son extranjeros. La Iglesia los apoya desde el punto de vista espiritual y legal.
Gazipur (AsiaNews) – Los encarcelados cristianos “necesitan una atención espiritual”. “So ellos que nos piden que los visitemos y se ponen muy contentos cuando los vamos a ver”. Lo afirma a AsiaNews, el p. Liton Hubert Gomes, el sacerdote que lleva la eucaristía a los prisioneros encerrados en la cárcel de máxima seguridad de Kashampur en Gazipur, periferia de Daca. Aquí 11 cristianos condenados a descontar penas carcelarias. Antes de su llegada, nadie se ocupaba de los fieles. Uno de ellos, Raphael Gomes, afirma llorando: “Cuando el p. Liton viene a celebrar la misa y yo recibo la eucaristía, y pruebo una inmensa paz”
En Bangladés existen 68 cárceles esparcidos en todo el territorio. Desde hace 2 años la Oficina para el servicio en las cárceles (Prison Ministry Desk) de la Comisión Justicia y paz inició las visitas a los detenidos de fe cristiana. En total, los cristianos encerrados detrás de las rejas son 175, de los cuales 40 son extranjeros. Este último grupo “está compuesto por personas provienen de África, India, Alemania, España. La mayor parte está encarcelada por tráfico de oro, estafas bancarias o permisos de entrada ilegales. Recientemente hemos ayudado a 7 indios a obtener la liberación y volver a su país”.
El p. Liton dice: “Nosotros trabajamos para asegurarnos que ellos obtengan justicia y por su cuidado espiritual”. El sacerdote narra que al inicio del apostolado en las cárceles se encontró con la desconfianza de los directores. “No nos permitían entrar. Junto a un funcionario de Caritas, fui a la cárcel por 15 días y siempre me rechazaron. Al final, gracias a la ayuda de un alto funcionario, hemos obtenido el permiso y ahora trabajamos con los presos. Los aconsejamos, los apoyamos y rezamos con ellos”.
Las visitas se realizan por una hora y media. Durante el último encuentro, el sacerdote estaba acompañado por 2 seminaristas de Holy Cross. Celebró la misa, leyó pasajes de la Biblia, cantó con ellos; luego compartimos con los detenidos de algunos dulces que llevamo de afuera y los donamos a los nuevos “lungi” (el típico pantalón que usan los hombres en Asia del sur).
Entre los presentes estaba Raphael, consumidor habitual de estupefacientes, condenado por homicidio. “Yo no tengo nada que ver- declara- un día la policía me capturó y me incriminó con acusaciones falsas”. Otro cristiano es Nirmol Sangma (nombre inventado), de la diócesis de Mymensingh. Él y su hermano fueron condenados a muerte por violación. “Somos inocentes- afirman- y somos víctimas de una conspiración. Fuimos acusados por un musulmán que quería nuestra tierra”.
La Oficina asiste a los encarcelados también escuchando sus denuncias y tratan de juntar pruebas para desenmascarar las injusticias contra los cristianos, a menudo son víctimas inocentes que continúan estando detenidos porque no pueden pagar la caución o el proceso. En lo que se refiere al caso Nirmol y del hermano, el p. Liton afirma: “estamos haciendo todo lo posible para que obtengan justicia. Diversas Ong cristianas nos están ayudando. Tenemos esperanza”.
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