Gaza: Ataque a una escuela católica, cuatro víctimas. Condena del Patriarcado

En el ataque perpetrado ayer por el ejército israelí, fue alcanzada la escuela de la Sagrada Familia, que acoge desde hace meses a desplazados del conflicto. En una nota, el Patriarcado latino de Jerusalén expresa su "grave preocupación" por las "escenas de víctimas civiles y de destrucción en el complejo". Párroco P. Romanelli: "Estamos bien, recen por la paz". El día anterior, al menos 16 personas murieron en la escuela al-Jawni de Nuseirat, gestionada por la Unrwa.

Gaza (AsiaNews) - Dos escuelas alcanzadas por los ataques del ejército israelí contra "objetivos" de Hamas en la Franja, una de ellas perteneciente al Patriarcado latino de Jerusalén. Una estructura que ha sido "un lugar de refugio para cientos de civiles" desde el comienzo del conflicto en Gaza, según una nota emitida por la Iglesia local de Tierra Santa. Ha sido un fin de semana de derramamiento de sangre y guerra que acaba de terminar y que ha vuelto a implicar a los institutos educativos que durante meses han acogido a familias sin hogar ni refugio; el balance es de al menos 20 muertos, 16 de los cuales fallecieron en el asalto a la escuela de la ONU y otros 4 en la católica, según fuentes de la Franja. Inmediatamente después del ataque, el padre Gabriel Romanelli, párroco de la Sagrada Familia en Gaza, publicó un mensaje en las redes sociales en el que afirmaba que "estamos bien" aunque la situación sigue siendo "muy mala" y por ello pide a todos que "recen por la paz".

Se dice que uno de los muertos en el bombardeo de la escuela católica, que llevaba tiempo cerrada y se utilizaba para acoger refugiados, es Ihab al-Ghusain, viceministro de Trabajo de Hamás. En una nota hecha pública ayer, pocas horas después del atentado, el Patriarcado Latino de Jerusalén dice estar "siguiendo, con grave preocupación, las informaciones sobre las incursiones aparentemente lanzadas por el ejército israelí" contra la escuela de la Sagrada Familia en Gaza por la mañana. "Las imágenes y los informes de los medios de comunicación procedentes del lugar", prosigue el comunicado, "incluyen escenas de víctimas civiles y destrucción en el recinto".

Aunque es propiedad del patriarcado, la institución educativa ha sido "desde el comienzo de la guerra, un lugar de refugio para cientos de civiles" mientras que, hasta la fecha, "ningún personal religioso reside en la escuela". La nota del patriarcado continúa condenando "en los términos más enérgicos" los ataques contra civiles o cualquier acción bélica "que no garantice la protección" de los civiles, para que "permanezcan fuera del teatro de los combates". "Seguimos rezando por la misericordia del Señor y esperamos que las Partes", concluye, "lleguen a un acuerdo que ponga fin inmediatamente al aterrador baño de sangre y a la catástrofe humanitaria en la región".

Tras la creación de la escuela del Patriarcado en Gaza en 1974 y la construcción de nuevos edificios e instalaciones en los años siguientes, con el tiempo surgió con fuerza la necesidad de una institución moderna capaz de responder a la demanda de educación. La escuela actual, convertida en centro de acogida, se construyó en 2001 gracias a los esfuerzos del entonces párroco de la Sagrada Familia, el padre Manuel Musallam, y a donaciones de benefactores externos. También en ese año, la nueva escuela fue bautizada con el nombre de la Sagrada Familia, al igual que la parroquia local, que lleva este nombre para conmemorar el paso de María, José y el Niño de Gaza a Egipto. Hasta su cierre forzoso a causa de la guerra, era uno de los más importantes del Patriarcado Latino en Palestina y uno de los mejores de la región, proporcionando un alto nivel educativo, apoyando los intercambios culturales y ofreciendo "un entorno adecuado y seguro para una educación excepcional para todos", como explica la página web del instituto. Incluye "todas las etapas educativas: jardín de infancia, primaria y secundaria" y "el número de alumnos es de 700" antes, por supuesto, del inicio del conflicto que paralizó todas las actividades.

El ataque a la escuela católica de la Franja no es el único que ha tenido como objetivo una institución educativa durante el fin de semana que acaba de terminar. Según fuentes de Al Yazira, el 6 de julio, misiles israelíes alcanzaron la escuela Al Jawni de Nuseirat, gestionada por Naciones Unidas (UNRWA), donde se alojaban palestinos desplazados que habían huido de la Franja, matando al menos a 16 personas. El ataque afectó al campo de refugiados y sumió en el caos al hospital de los Mártires de Al Aqsa en Deir el-Balah, con capacidad para 200 personas y que debe atender a más de 600 pacientes. Los dirigentes del ejército afirmaron que en el asalto a la escuela de la ONU el objetivo eran los "terroristas" que operan en la zona. Por otra parte, la agencia palestina Wafa informó de que el edificio se utilizaba como refugio para desplazados y albergaba a cientos de personas, principalmente mujeres y niños, mientras que Hamás negó que sus combatientes estuvieran presentes en las instalaciones.

"Otro día. Otro mes. Otra escuela golpeada", escribió ayer el jefe de la Unrwa, Philippe Lazzarini, en la plataforma social X (antes Twitter). La portavoz de la agencia de la ONU para los palestinos, Juliette Touma, dijo a Afp que 190 instalaciones, más de la mitad de las que gestiona la Unrwa en la Franja, habían sido atacadas desde el 7 de octubre, algunas de ellas "más de una vez", y que al menos 196 trabajadores habían muerto, dos de ellos durante el pasado fin de semana. "Cuando empezó la guerra cerramos las escuelas y se convirtieron en refugios", prosiguió la portavoz, y hay al menos "450 incidentes" relacionados con edificios de la agencia, con daños en las instalaciones "sin precedentes en la historia de Naciones Unidas". Hamás calificó el asalto a la escuela de Al Jawni de "masacre odiosa", mientras que Israel afirma que tuvo como objetivo "un escondite y una infraestructura operativa desde la que se llevaron a cabo ataques" contra sus tropas. El ataque de Hamás contra el sur de Israel se saldó con la muerte de 1.195 personas, en su mayoría civiles, y el secuestro de 251 rehenes, 116 de los cuales siguen en manos del movimiento extremista o cuya suerte se desconoce. El ejército israelí ha matado al menos a 38.153 personas en Gaza, también en su mayoría civiles.