Gas: los rusos exigen lealtad a los turkmenos

de Vladimir Rozanskij

Presión sobre Ashgabat para que renuncie al proyecto del gasoducto transcaspiano, que debería abastecer a la UE. Moscú quiere que el gas turkmeno vaya a Turquía a través de Irán. Es poco probable que Turkmenistán se deje intimidar por el Kremlin.

Moscú (AsiaNews) - El presidente del gigante del gas ruso Gazprom, Aleksej Miller, viajó a Ashgabat, capital de Turkmenistán, para reunirse con los dos Berdymuhamedov, padre e hijo, que dirigen el país intercambiando roles. El "brazo energético" de Putin ha advertido a la familia presidencial turkmena que Moscú se opone terminantemente al gasoducto transcaspiano sobre el que se está hablando en los últimos tiempos.

El canal de Telegram Mirada a Oriente, que responde a la misma Gazprom, informó sobre el encuentro explicando que Rusia propone a Turkmenistán participar en el suministro de gas a Turquía a través de Irán. El Kremlin también invita a Ashgabat a convertirse en miembro de un consorcio petrolero similar a la OPEP, que por iniciativa de Gazprom debería integrar a Rusia e Irán, incluyendo también a Qatar en el futuro.

En declaraciones a Azattyk, John Roberts, asesor de la empresa estadounidense Trans Caspian Resources, explicó que las advertencias de Miller son expresiones de una "política de presión" y recomendó no confiar en las amenaza rusas, considerando que los turcomanos protegen celosamente su independencia. Recordó asimismo que "la exportación del propio gas en cualquier dirección es un derecho soberano de todo Estado, y las únicas objeciones contra el gasoducto transcaspiano son las relativas a la protección del medio ambiente".

Roberts afirmó que "Turkmenistán y Azerbaiyán respetan todos los estándares ecológicos en la zona del mar Caspio", y la prepotencia de los rusos no tiene fundamento para tratar de limitar las posibilidades de otros Estados. Por otra parte, no es de extrañar que Rusia intente por todos los medios bloquear rutas alternativas para la exportación de gas a Occidente tras las sanciones impuestas por la guerra en Ucrania.

La propuesta de Miller de explotar la ruta turco-iraní se justifica por "la oportunidad de no crear nuevas estructuras en la zona" y aprovechar las que ya existen. Sin embargo, en ese caso Turkmenistán no obtendría ninguna ventaja, ya que su objetivo son los grandes suministros que podría ofrecer a la Unión Europea. Las exportaciones a Turquía se limitarían a un volumen de entre 3 y 5 mil millones de metros cúbicos por año, menos de la mitad de lo que podría llevar a Europa. Además, Turquía podría rechazar la oferta de los rusos, dado que la UE no estaría dispuesta a importar el gas transportado a través de Irán.

En diversas publicaciones, los rusos hacen alarde de su liderazgo en las reservas de gas, que ascienden a 37.400 billones de metros cúbicos, compartido precisamente con Irán, al que se atribuyen 32.100 billones de metros cúbicos. La compañía British Petroleum estima las reservas de Turkmenistán en 19.500 billones de metros cúbicos. El control del gas es una de las armas geopolíticas más sensibles del Kremlin y Rusia está tratando por todos los medios de confirmar su influencia sobre todas las repúblicas postsoviéticas de Asia Central en ese sector.

Recientes investigaciones de Radio Ozodi han puesto en evidencia las maniobras en Uzbekistán, donde los rusos han tomado el control del sector petrolero local a través de un sistema de empresas offshore de varios países, lo que ha tenido graves consecuencias en el abastecimiento interno a la población y ha provocado un gran escándalo en la opinión pública uzbeka. El régimen familiar de los Berdymuhamedov no parece ser tan manipulable como el del presidente uzbeko Mirziyoyev.