Galstanyan, el obispo armenio que aspira al gobierno

de Vladimir Rozanskij

El arzobispo de Tavowš, la zona más afectada por las últimas disputas con los azeríes, es ahora el líder de las fuerzas que se oponen a las negociaciones con Bakú. Apoyado por el propio katholikos Karekin II, ha pedido ser suspendido de sus funciones pastorales, pero sin embargo sale a la calle con sus vestiduras episcopales, sin escapar a los empujones de las fuerzas policiales. Y no oculta su ambición de dirigir el país tras derrocar al "traidor" Pašinyan.

Ereván (AsiaNews) - Una nueva figura se impone en la escena política de Armenia, desgarrada por el conflicto entre las fuerzas mayoritarias, favorables a las conversaciones de paz con Azerbaiyán, y las fuerzas de la oposición que reivindican la defensa de los territorios fronterizos. Desde el 9 de mayo, estas últimas han encontrado su líder en un clérigo, el arzobispo Bagrat Galstanyan, de la diócesis de Tavowš, la zona más afectada por las últimas disputas entre armenios y azeríes.

Tras una "marcha sobre Ereván" a través de Armenia desde la periferia hacia el centro, a imitación de la que llevó al poder al actual primer ministro Nikol Pašinyan, el obispo incita ahora a continuas protestas callejeras. La última procesión salió de la iglesia de Santa Ana de la capital sin decir adónde se dirigía, "hacia un lugar importante", aseguró Bagrat, y llegó finalmente a la oficina del Garante de los Derechos Humanos, "para obtener respuestas a nuestras preguntas, y saber si los derechos siguen existiendo en nuestro país".

El arzobispo Galstanyan actúa con la bendición del patriarca de la Iglesia Apostólica Armenia, Katholikos Karekin II, dejando clara la oposición de la Iglesia a las políticas del gobierno actual, y el papel de la intervención directa en cuestiones sociales de una institución religiosa que quiere representar la identidad de toda la población. El obispo ha sido suspendido de sus funciones pastorales a petición propia, lo que no le impide salir a la calle con los ornamentos y ajuares de su dignidad eclesiástica para encabezar el movimiento "Tavowš en nombre de la Patria", que aglutina a su alrededor a grupos y partidos de todo tipo de oposición, incluso muy alejados ideológicamente de la Iglesia y la religión, pero todos más bien partidarios de las relaciones con Rusia.

Bagrat es monje, como todos los obispos de las tradiciones orientales, y por tanto no tiene más familia que la Iglesia y el pueblo, y no oculta sus ambiciones de ser primer ministro tras derrocar al actual "traidor" Pašinyan. El arzobispo, de 53 años, ha impresionado por su energía y carisma, y no ha dudado en forcejear con la policía y celebrar encendidos mítines en las calles, abandonándose después a los abrazos de miles de seguidores. Sus cualidades como político quedan patentes en su capacidad para entablar continuas negociaciones con representantes de otras fuerzas políticas, empresarios y hombres de negocios, e incluso con grupos de la diáspora armenia de todo el mundo.

Al pedir su suspensión del cargo eclesiástico, Bagrat mostró su confianza en su destino: "No puedo mantener mi cargo junto con el de primer ministro, estoy dispuesto a deponer este sacrificio en el altar sagrado de la patria". Además, la oposición no tiene votos suficientes en el Parlamento para someter a Pašinyan a un procedimiento de destitución, y ya ha sido derrotada una vez en unas elecciones anticipadas, teniendo en cuenta que el actual primer ministro había ganado él mismo el poder tras una "revolución suave", levantando al pueblo contra la corrupción de la casta gobernante postsoviética y prorrusa de sus predecesores.

Otro problema se deriva de la ciudadanía canadiense de Galstanyan, que recibió hace 20 años como joven obispo de la eparquía norteamericana. El procedimiento para ser únicamente armenio es bastante largo, y las leyes prohíben ocupar cargos institucionales a quienes tienen doble nacionalidad, aunque él asegura que "por servicio a la patria" se deshará de su segundo pasaporte. La cuestión más sensacional, sin embargo, sigue siendo la postura muy poco "pacifista" del obispo de incitar al enfrentamiento con los enemigos azerbaiyanos, cuando el primer ministro laico predica el diálogo y la resolución de conflictos, postura que Galstanyan condena como "digna de un esclavo", desafiando al presidente de Azerbaiyán con las palabras "Te lo diré a la cara: tu amiguito de Armenia ya no tiene poder".

El arzobispo-candidato premier comenzó su carrera eclesiástica en 1988, ingresando en el seminario cuando aún era la época soviética y ocupando diversos cargos en la curia del Santo Ečmjadzin, la sede del Katholikos-Patriarca Apostólico, antes de terminar sus estudios en Inglaterra y regresar como oficial de información patriarcal, antes de ser enviado a Canadá. Era obispo fronterizo desde 2015 y nadie lo conocía, y su parábola del último mes aparece para muchos armenios como una verdadera revelación de la voluntad divina para el renacimiento de la Armenia cristiana.