GU-won Lee: con el Papa Francisco, proclamar el Evangelio de la vida sin piernas ni brazos
Seúl (AsiaNews)- Sin piernas y sin brazos, pero con un enorme deseo de vivir y con tanta gratitud al Señor por una existencia llena de significado. Podría ser este el resumen de la vida del hermano Gu-won Lee, hoy misionero laico de la Sociedad de S. Lucas Hwang. No obstante haya sido abandonado desde su nacimiento por las gravísimas malformaciones congénitas, él sobrevivió y eligió dedicar su vida a Dios y al anuncio del Evangelio de la esperanza entre los minusválidos de Corea del Sur.
El encuentro con un sacerdote, su padre adoptivo, y el apoyo de la comunidad misionera en la cual creció lo han hecho hoy uno de los miembros más activos del grupo. El Papa Francisco tendrá un coloquio personal con él, durante la visita al "Pueblo de las flores" de Kkottongnae, el próximo 16 de agosto: inmediatamente después el pontífice rezará en el "Taeahdongsan", el cementerio de los niños abortados.
El hermano Lee Gu-won (que en coreano significa "salvación") nació el 9 de amyo de 1990, sin piernas ni brazos. Jamás tuvo contacto alguno con sus padres y no sabe dónde haya nacido. Lo único cierto es que fue abandonado en el Centro adopciones de la Santa Familia. El 12 de julio del mismo año, el p. John Bosco kim Dong-il va a visitar al niño Lee al orfelinato: sabe que nadie jamás lo adoptará, y por esto pide a su obispo el permiso de ser el padre del niño. Obtenido el permiso, lleva al neonato a la Sociedad misionera de S. lucas Hwang, en la diócesis de Chenogiu: aquí vivirán juntos con la comunidad.
Su padre adoptivo explica su elección con palabras simples: "Si no lo hubiese llevado conmigo, hubiese sido como matarlo. Me doy cuenta que un niño con estos problemas representa un gran sacrificio económico y de tiempo, pero no podemos basar todo sobre la fatiga o el dinero. La sociedad coreana debe entender que cada vida es preciosa, también aquella que parece más complicada". Sus hermanos serán los misioneros de S. Lucas, que los acompañarán por todo el camino.
Ayudado por tantos benefactores y por los misioneros, el joven Lee entra en el año 2008 en la Universidad católica de Daejeon. Sea él que su padre subrayan que estos resultados no fueron regalados, sino que son fruto de estudio y empeño. Mientras tanto, en el joven maduró la vocación misionera que los lleva- con el permiso del obispo- a pronunciar el 31 de enero de 2011 los primeros votos en el noviciado: "Había sentido hablar a mis hermanos del "Centro de la vida" de nustra Sociedad y decidí comprometer mi vida en esto. Mi sueño es el de proclamar el Evangelio de la vida y del amor por los seres humanos".
En marzo de 2013 logra licenciarse y su sueño se convierte en realidad. Hoy trabaja en el Centro, donde conforta a los enfermos y a los abandonados y escribe un boletín mensual que los lectores define "inspirador". Por su parte el Hno. Lee explica hoy. "El p. Bosco kim me pidió que anuncie el Evangelio a los minusválidos. Yo ruego a Dios y lo agradezco por sus bendiciones, entre ellas la de poder trabajar en favor de la vida entre los misioneros. Quiero comunicar al mundo y a Corea, que tiene el más alto número de suicidios juveniles en el mundo, el mensaje de esperanza de nuestro Señor.
27/07/2023 17:22
22/02/2022 12:46