Fátima: El patriarca Bechara Rai consagra el Líbano y el Oriente Medio al Inmaculado Corazón de María
Las celebraciones tendrán lugar los días 24 y 25 de junio en Fátima, con la participación de los patriarcas y obispos del Líbano. El hilo que une la "pequeña" historia con la "grande". La lucha espiritual de la Iglesia. Oración a San Miguel Arcángel querida por León XIII.
Beirut (AsiaNews) - A menudo se dice que en la "pequeña historia" se encuentra el sentido de la grande, o por lo menos de los vínculos secretos que unen a los eventos aparentemente desconectados entre sí. Esta regla se aplica de nuevo en el caso de las apariciones de la Virgen en Fátima (del 13 de mayo al 13 de octubre de 1917), cuya autenticidad fue confirmada por la Iglesia Católica y a cuyo centenario se le dio mucha importancia.
El Papa Francisco, que ha construido todo su pontificado bajo este signo, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María el 13 de octubre de 2013, justo en frente de la estatua del santuario de Fátima (Portugal), transportado a Roma para la ocasión.
Muchos líderes y obispos de la Iglesia comparan este gesto al que seguirá el próximo domingo, 25 de junio; será el turno del Líbano y Oriente Medio. El "Día del Líbano en Fátima" está programado desde la tarde del sábado 24 al domingo 25 de junio en el gran santuario portugués, por lo cual el sábado el patriarca Rai dirigirá el rosario y la procesión de las velas, y el domingo celebrará la misa de consagración. La peregrinación es organizada por la Comisión Patriarcal para la consagración del Líbano y el Oriente Medio y el santuario de Harissa. Muchos otros patriarcas y obispos participarán.
Entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, en el pequeño pueblo de Fátima, Portugal, el día 13 de cada mes, seis apariciones consecutivas fueron concedidos por la Virgen a los tres niños, Lucía, Jacinto y Francisco, que estaban haciendo pastar sus pequeñas ovejas en un prado cercano. A través de ellos, la Virgen le dio al mundo una advertencia la cual, en la época, no fue considerada. Esta negativa le costó al mundo (muy esquemáticamente) la Revolución rusa (1917), la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y el atentado contra Juan Pablo II (13 de mayo de 1981). La historia de las apariciones es de dominio público y, por esta razón, es imposible hablar de las muchas especulaciones, positivas y negativos, que la rodean.
Sólo recordar que para salvar al mundo de los errores del Comunismo (la revolución bolchevique de octubre de 1917), la Virgen le había pedido al Papa, el 13 de mayo del mismo año (cinco meses antes), la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, en unión con todos los obispos católicos del mundo. Por embarazosas razones de conveniencia a nivel diplomático, en el momento este acto de consagración no se ha hecho público. Sin embargo, en respuesta a la solicitud, Pío XII lo puso en acto - de manera imperfecta - en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial. Los Papas Juan XXIII y Pablo VI se negaron. Sería Juan Pablo II quien con el tiempo atenderá, con más de 30 años de retraso, la demanda.
Convertida en religiosa, Sor Lucía, la única de los tres niños que se mantuvo en vida después que sus primos fallecieron y a quien la Virgen había continuado apareciéndosele de vez en cuando después de 1917, había declarado que de las cuatro consagraciones que se llevaron a cabo (una por Pío XII y tres de Juan Pablo II) sólo la última había respondido a la exigencia del Cielo, la del 25 de marzo de 1984.
La implosión de la Unión Soviética, en 1989, sin un solo acto de violencia, era como una confirmación de las enigmáticas palabras pronunciadas en 1917, en medio de la revolución bolchevique, sin que nadie sospechara los trastornos históricos que seguirían.
La última aparición de la Virgen en Fátima tuvo lugar el 13 de octubre de 1917. Ese día, a petición de los niños y la jerarquía religiosa que los había recibido, la Virgen había prometido darles una "señal" que autenticará su mensaje y su persona. En presencia de una multitud de decenas de miles de personas que se habían reunido en el lugar de la aparición, ella mantuvo su promesa y el sol "danzó" en remolinos sobre sí mismo, se separó del cielo y bajo a la tierra bajo la mirada sorprendida de la multitud, que creyó por un momento el inminente fin del mundo. Entonces el sol volvió a su posición normal y el prodigio terminó.
Para aquellos que, contra toda evidencia, creen fue alucinación colectiva, la Virgen les concedió una nueva señal. Las ropas y el suelo húmedos por la persistente lluvia de ese día se volvieron a secar por milagro después del prodigio. Varios periódicos informaron de la noticia.
Entonces, ¿dónde está el hilo secreto? El 13 de octubre de 1884, es decir, 33 años antes del gran signo ocurrido en Fátima (la edad de Cristo en el momento de su muerte en la cruz, en la tradición católica), Papa Leone XIII, uno de los grandes papas de la Iglesia Católica, después de una misa celebrada Vaticano, entró en éxtasis durante unos diez minutos, profundamente inmerso en una visión de miedo, la de un diálogo sobre el destino de la tierra entre Jesús y Satanás, el adversario al que se había enfrentado en el desierto, como se dice en los Evangelios. En esta visión, al Papa le fue dado ver a través de un abismo sin fondo una serie de espíritus impuros determinados a destruir la Iglesia. León XIII se puso inmediatamente a su escritorio y compuso una oración que ordenó se recitara al final de cada misa, y se hizo durante mucho tiempo. En ella encargaba a San Miguel arcángel la misión de defender la Iglesia.
La lucha en la que se ha comprometido la Iglesia es una batalla espiritual secular, pasando por eventos que atraviesan las naciones, por las circunstancias en las que vivimos, a nivel individual. Para un cristiano, la historia va a alguna parte; el tiempo no es cíclico. El acto de consagración al Inmaculado Corazón de María no es un acto "mágico", que pretende ser una especie de contrato entre "espíritus" con obligación de resultado. Es una forma de expresar nuestra absoluta fidelidad a Aquel cuyo amor y la sangre nos han traído "de las tinieblas a Su luz admirable", y volvemos a la mujer a través de la cual Él "se hizo carne" y a la cual ha conferido, por Su gusto, la autoridad de ser "Reina del cielo y de la tierra."
02/05/2017 13:54
25/03/2022 23:33