30/03/2020, 15.41
LIBANO
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Fuerte unidad nacional bajo el coronavirus. Los estudiantes quieren volver a su patria

de Pierre Balanian

Cristianos y musulmanes de acuerdo en el cerrar iglesias y mezquitas para los encuentros: se reza en casa. Un minuto de aplausos para el personal médico. El país es rico en médicos, pero no de infraestructuras; en riesgo los pobres (el 70% de la población) y los 2 millones de refugiados sirios y palestinos. Toque de queda de las 19 a las 5 de la mañana. El gobierno rechaza el retorno de los libaneses del extranjero (sobre todo de aquellos que provienen de África) por temor de nuevos contagios. Los estudiantes en Europa no logran recibir dinero de los bancos. Un discurso histórico del jefe de los Hezbolá, crítico hacia los bancos: “Aferrados al dinero, que arriesgan transformarse en papel usado a causa de la crisis mundial”.

 

Beirut (AsiaNews) – El Covid-19 une a los libaneses siempre divididos. Hubo un descenso al campo de religiosos cristianos y musulmanes que invitaron a los fieles a no concurrir a iglesias y mezquitas para rezar en casa. Ayer artistas y periodista televisivos lanzaron la invitación a asomarse a las ventanas y a los balcones de sus casas a las 20 de esta noche para aplaudir como agradecimiento al personal médico. Con el hashtag “aplaudir a los héroes”, un grupo de artistas famosos grabó un video, invitando a todos los libaneses, en la patria y en la diáspora a expresar con el aplauso de 1 minuto la inmensa gratitud por el sacrificio realizado por los médicos, enfermeros, personal de los hospitales, farmacéuticos, protección civil, agentes de seguridad, agentes de desinfección y limpieza, de limpieza urbana. Ellos son verdaderos soldados ignotos, que combaten en primera línea contra el enemigo invisible que afectó hasta ahora a 442 personas (10 muertos y 30 internados). Cifra irrisoria si comparada a los números espantosos de otros países, pero terrible para un país como el Líbano ya al borde del fracaso económico, político y social después de meses de protestas anti-corrupción.

La Revuelta libanesa quedó atrás: el 27 de marzo fueron hasta desmanteladas las tiendas de la sentada en el centro de Beirut. Ahora todos están aterrorizados sobre cómo afrontar esta pandemia, en un país rico de médicos, pero sin infraestructuras adecuadas para garantizar una protección sanitaria y asistencia social para todos. El Líbano con sus cerca de 6 millones de habitantes, con cerca de 2 millones entre refugiados sirios y palestinos, no logrará en ningún caso afrontar el intensificarse de la pandemia. Es un milagro si hasta ahora la epidemia haya quedado contenida, en ciudades superpobladas, para no hablar de los campos de refugiados, verdaderas y propias favelas. Inicialmente tomada a la ligera, el ejemplo italiano, francés y español seguido por el estadounidense han aterrorizado hasta los más incrédulos sostenedores de la teoría del complot, muy difundida en Oriente Medio. 

El país inmediatamente se aisló cerrando las fronteras terrestres, no obstante no hubiese todavía ningún caso de contaminación en la vecina Siria. Ayer Damasco anunció l primer deceso y 9 casos de infección. 

A continuación, fue cerrado el único aeropuerto del país, con la excepción de los vuelos diplomáticos y militares d la misión de paz UNIFIL, en el sur del Líbano. Faltando una ley que regule el estado de emergencia nacional a partir del 26 de marzo se emitió una orden de estado de sitio y prohibición total de circulación de las 19 a las 5 de la mañana. Según muchos, el estado de sitio es una precaución para impedir ataques armados y a los supermercados en un país donde tienen alguna arma. La orden fue violada, sobre todo en Trípoli, donde algunos dijeron que eran precarios, que si no trabajan, arriesgan morir de hambre.

Este es el problema crucial. El gobierno obliga a permanecer en casa, pero, ¿cómo pueden hacer los desocupados y los trabajadores precarios? ¿Los trabajadores que desde hace meses reciben sólo la mitad de su sueldo a causa de la post-revolución? ¿Los pobres que en Líbano son más del 70% de la población? ¿Los refugiados sirios ya en situación desesperada? El gobierno libanés que decidió no pagar la deuda externa, destinó 75 millardos de liras libanesas (unos 35 millones de dólares) para las familias más afectadas. Se trata de garantizar 180 mil liras libanesas (unos 90 euros) a cada familia, un una tantum renovable por otro mes. Pero ya es polémica en cuanto a decidir sobre quién tendrá el derecho, serán los intendentes y los partidos políticos, conocidos por el tradicional clientelismo y nepotismo.

Otra polémica se refiere a socorro hacia los connacionales que están en el exterior. La diáspora libanesa en África-entre los primeros en enviar ayudas en dinero en respuesta al pedido del gobierno en el pasado-hoy pide ser repatriada de los países africanos donde el virus se difunde rápidamente y escasean las estructuras médicas. El pedido viene sobre todo de Ghana, Senegal y de la República Democrática del Congo. Con la excusa que el aeropuerto está cerrado, el gobierno tergiversa, pero hay quien acusa al egoísmo inexplicable de algunos políticos que tuvieron el coraje de expresar temores de ulterior difusión del virus en el caso de repatriación de los trabajadores de los trabajadores libaneses en el extranjero. El 28 de marzo a la noche, el Secretario de los Hezbolá, Hassan Nasrallah hizo un discurso televisivo. Por primera vez en la historia de los Hezbolá, no mencionó al “enemigo” israelí. Su discurso con un fuerte tono moral y social fue en defensa de los marginados y de los connacionales en el extranjero. Él desató un ataque sin precedentes contra los bancos libaneses que continúan negando a los libaneses la posibilidad de retirar efectivo de sus cuentas bancarias. “Habrá otro mundo diverso después de coronavirus” dijo. “Piensen en el más allá, en qué dirán al Señor, ustedes que se aferraron al dinero que a causa de la crisis mundial, arriesgan en breve de transformarse en papel usado sin valor”. Nasrallah prevé un “próximo derrumbe de las mondas a nivel mundial”.

El pedido más doloroso llega de parte de los estudiantes libaneses en Europa, que desean retornar al Líbano. “Queremos morir con nuestros queridos y no solos aquí”, dicen. Los estudiantes libaneses en Italia, Francia y Alemania están dispuestos a pagarse los gastos solos, pero los bancos libaneses rechazan a sus familiares enviarles dinero: los bancos permiten ahora sólo transferencias para las transacciones económicas o para atenciones médicas en el extranjero. Después de la dura admonición sobre la suerte de los libaneses en el extranjero, agregó que es “es un  deber además que imperativo hacerlos volver”, según Nasrallah, el gobierno será obligado a adoptar rápidamente una solución que sea a ellos favorable.  

 

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