Fue identificado el segundo terrorista que asesinó al P. Jacques Hamel: un joven de 19 años
El joven había intentado llegar a Siria para combatir con el Estado Islámico. En un video, Abdel Malik Nabil Petitjean y Adel Kermiche, los dos terroristas, juran fidelidad al “califa” Abu Bakr al Baghdadi. Representantes religiosos en Francia dicen No a la guerra de religiones. Para derrotar al ISIS, los intelectuales musulmanes proponen garantizar la libertad religiosa a las comunidades no musulmanas en los países islámicos. Otros piden una revisión de las alianzas con Arabia Saudita, los Emiratos, Kuwait, Turquía, que son quienes apoyan el yihadismo wahabita y que indirectamente son sostenedores del Estado islámico.
París (AsiaNews) – La policía francesa identificó hoy al segundo terrorista que dos días atrás atacó la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, cerca de Ruan, matando al sacerdote, el P. Jacques Hamer, que estaba celebrando la misa, e hiriendo a otros feligreses.
Se trata de Abdel Malik Nabil Petitjean, nacido en 1996 en Saint-Dié-des-Vosges. El joven de 19 años no tuvo ninguna condena en el pasado, por lo que la policía no cuenta con datos en sus archivos, ni cuenta con el ADN del atacante, lo cual dificulta su identificación. Igualmente, el joven estaba siendo observado por haber intentado dirigirse a Siria –a través de Turquía- para combatir junto a los milicianos del Estado islámico.
Abdel aparece en un video difundido por el EI en el cual, tomado de la mano de Adel Kermiche – el otro joven autor del ataque-, ambos juran fidelidad al “califa” Abu Bakr al Baghdadi, jefe supremo del EI (v. foto).
En la mañana de ayer, los responsables religiosos de Francia se reunieron con el presidente Francois Hollande, instando a sus fieles a la unidad y a resistirse a una “guerra de religiones”, como quiere el EI. Para el Card. André Vingt-Trois, arzobispo de París, los creyentes de Francia “no deben dejarse implicar en el juego político” del EI, que quiere “enfrentar entre sí a los hijos de una misma familia”.
En tanto, de todas las expresiones de solidaridad recibidas, hay una que ha generado una discusión entre los franceses: se trata del mensaje de Arabia Saudita, que condena el “cobarde acto terrorista… rechazado por el islam”, el cual, por el contrario. “pide la protección de los lugares de oración, y prohíbe la violación de su sacralidad”. Algunos franceses han hecho notar que precisamente en Arabia Saudita –un aliado de los EEUU en la lucha contra el terrorismo- las iglesias y los lugares de culto no musulmanes están prohibidos, lo mismo que la oración en privado de las comunidades que no son islámicas.
No son pocos los intelectuales musulmanes que piden que, justamente para neutralizar la violencia “religiosa” propagada por el EI, urge “declarar la guerra a los yihadistas, y mostrar con las acciones el verdadero rostro de los musulmanes, comenzando por el reconocimiento del derecho de quienes no son musulmanes a vivir y practicar en libertad su religión” en los países islámicos.
Otros intelectuales, en cambio, piden que se revean las alianzas con algunos países que, tanto de manera directa como indirecta, sostienen el yihadismo wahabita, el islam del EI. En un comentario publicado en la edición de Le Monde del día de hoy, Bernard Hourcade, ex director de investigación del CNRS, se cuestiona: ¿por qué no pueden ponerse condiciones a nuestros aliados de Arabia, Qatar, los Emiratos y Kuwait o Turquía, para que éstos cambien sus políticas? Y continúa: “Las excelentes relaciones políticas, económicas, militares (y deportivas…) que tenemos con estos Estados nos brindan una multiplicidad de modos eficaces para activar una lógica de una nueva política de defensa contra las redes yihadistas, bloqueando desde la raíz su alimentación”.
17/12/2016 13:14