'Fratelli tutti' y las desigualdades en Asia y América Latina

de P. Fredrick D'Souza

Comentario del ex director de Caritas India, sobre la nueva encíclica social de Papa Francisco.

Nueva Delhi (AsiaNews) – Tomando el nombre de San Francisco de Asís, la vida del santo y su enseñanza como modelo para el papado, Jorge Mario Bergoglio elaboró la encíclica "Fratelli tutti", sobre "la fraternidad y la amistad social". Anteriormente, el Papa Francisco, siempre inspirado por la pasión de San Francisco de Asís por el medio ambiente y la ecología, difundió la encíclica "Laudato sì", sobre la creación de Dios y nuestro destino común.

Desde el comienzo de su papado, la inclusión ha sido la fuerza que ha impulsado al Santo Padre. El hincapié en extender la atención pastoral para llegar a todas las personas ha sido su gesto ejemplar como Vicario de Cristo. Esta encíclica debe ser entendida desde esta perspectiva. Por un lado, expresa su insatisfacción con varias fuerzas del mundo que son responsables de crear la "exclusión" de la gente. Confiar completamente en el mercado para atender las necesidades de la gente, el consumismo irresponsable de los ricos, la inestabilidad política y el cierre de fronteras han incrementado la exclusión de millones de personas.

Por otro lado, miles de millones de personas excluidas deben convivir diariamente con la guerra, los levantamientos sociales, las migraciones y la trata de seres humanos.

Partiendo de las encíclicas anteriores sobre la doctrina social de la Iglesia, el Papa nos recuerda que nuestra responsabilidad ante el destino común debe permitirnos construir una solidaridad imbuida del valor de la subsidiariedad.

Tomando el ejemplo de la parábola del Buen Samaritano, el Papa se lamenta por el aislamiento, la falta de conexiones, los prejuicios y otras barreras culturales. Debemos reconocer el rostro de Cristo en cada persona excluida. Para promover la paz y la igualdad, tiene que haber un diálogo constante entre las personas. Cada ser humano es capaz de contribuir al bien común y, por lo tanto, siempre debemos esforzarnos para incluir a todas las personas.

La promoción de la fraternidad y la amistad social debiera conducir a una "familia de naciones" en lugar de a las "naciones unidas".

He oído que en Europa algunas personas han reaccionado a las reflexiones del Papa sobre la propiedad privada, diciendo que el cristianismo siempre ha defendido el concepto de propiedad privada. El punto es que en Europa, la práctica de la propiedad privada puede no haber llevado a la enorme disparidad, a la desigualdad que vemos en los países de Asia y América Latina

Europa tiene un sistema de distribución de recursos mejor y más equilibrado. La desigualdad que se ve en algunos países es escandalosa e inaceptable. Por eso entiendo por qué el Santo Padre expresa su preocupación fraterna frente a una creciente pobreza en medio de la abundancia.

“Fratelli tutti” propone un “nuevo orden mundial”, posterior a la pandemia. El Covid-19 nos ha mostrado nuestras necesidades, ya que nuestra existencia está atada a la interdependencia. No podemos ignorar el hecho de que nuestros problemas son interdependientes, y también lo son las soluciones. Se necesita construir una fraternidad a nuestro alrededor, que facilite un crecimiento que sostenga la dignidad humana. La amistad social traerá consigo el amor, la compasión y el cuidado recíproco.