Francisco se reúne con Mar Awa III: Isaac de Nínive símbolo de unidad entre la Iglesia católica y la asiria
En Roma el histórico encuentro entre el Papa y el Catholicos Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, sobre los pasos de la Declaración Cristológica común firmada el 11 de noviembre de 1994 por San Juan Pablo II y Mar Dinkha IV. Isaac el Sirio incluido en el Martirologio Romano: «La santidad supera las separaciones». El Pontífice sobre los cristianos de Oriente Medio: «Dan testimonio de Cristo en tierras marcadas por la guerra».
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Qatar, Mosul (Irak), Irán. Son lugares donde desde hace años los pertenecientes a la comunidad cristiana afrontan cotidianamente pruebas. Persecuciones frecuentes, ser considerados ciudadanos de segunda clase, intimidaciones, huidas forzadas. Sin embargo, fue aquí donde nació san Isaac de Nínive, monje y obispo en la segunda mitad del siglo VII, perteneciente a la tradición preefesiaca, hoy «uno de los Padres más venerados de la tradición siro-oriental», ha dicho hoy el Papa Francisco al reunirse en el Vaticano con el catholicos (patriarca) de la Iglesia asiria de Oriente. El místico oriental se convierte ahora en un símbolo de unidad entre la Iglesia católica y la Iglesia asiria, porque ha sido incluido por el obispo de Roma en el Martirologio Romano, el libro que contiene los santos de los calendarios litúrgicos.
Bergoglio lo anunció durante la histórica audiencia en el Vaticano con Mar Awa III, catholicos a partir del 8 de septiembre de 2021. Se trataba de un encuentro para celebrar dos aniversarios importantes para las relaciones entre las dos Iglesias, que desde hace 1.500 años han vivido diversas controversias cristológicas que se remontan al Concilio de Éfeso (431). El primer acontecimiento tuvo lugar hace 40 años: en 1984 se produjo la primera visita a Roma de un Patriarca asirio, Mar Dinkha IV. En esta ocasión, san Juan Pablo II sentó las bases del diálogo que condujo 10 años más tarde -hace 30 años- a la redacción de la Declaración cristológica común entre la Iglesia católica y la Iglesia asiria de Oriente. Este documento, nacido de un «deseo de unidad», preveía también la creación de una Comisión Mixta para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia asiria de Oriente, que Francisco también recibió en audiencia. «Recientemente ha iniciado una nueva fase de diálogo sobre la liturgia en la vida de la Iglesia», reza una nota del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
«Nacido en el actual Qatar, donde tuvo una temprana experiencia monástica, fue ordenado obispo de la ciudad de Nínive, cerca de la actual Mosul (Irak), por el catholicos de Seleucia-Ctesifonte, Jorge I. Tras unos meses como obispo, pidió volver a la vida monástica y se retiró al monasterio de Rabban Shabur en Beth Huzaye (en el actual suroeste de Irán). Aquí compuso varias colecciones de discursos de contenido ascético-espiritual que le han hecho famoso», prosigue la nota. Los escritos de Isaac el Sirio, «a pesar de pertenecer a una Iglesia que ya no estaba en comunión con ninguna otra», fueron traducidos a todas las lenguas habladas por los cristianos. «La inclusión de Isaac el Sirio en el Martirologio Romano demuestra que la santidad no se detuvo con las separaciones y existe más allá de las fronteras confesionales», prosigue el Dicasterio. «Espera que [...] contribuya al redescubrimiento de su enseñanza y a la unidad de todos los discípulos de Cristo». La inclusión de santos y testigos de la fe de otras Iglesias en el calendario litúrgico -como acaba de ocurrir con San Isaac- es una acción que también propugna el documento final del Sínodo sobre la Sinodalidad que acaba de concluir: «Un don que podemos recibir».
En la audiencia con Mar Awa III y la Comisión mixta para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia asiria de Oriente, el Papa Francisco, refiriéndose a la Declaración de 1994, dijo: «Reconoció la legitimidad y la exactitud de las diversas expresiones de nuestra común fe cristológica, formulada por los Padres en el Credo Niceno». La Comisión creada a raíz del documento «ha dado resultados notables, también a nivel pastoral». Bergoglio mencionó el acuerdo de 2001 sobre la Anáfora de los Apóstoles Addai y Mari, que «permitió a los respectivos fieles una cierta communicatio in sacris en determinadas circunstancias», y en 2017 una Declaración Conjunta sobre la «vida sacramental», así como más recientemente un documento sobre Las imágenes de la Iglesia en las tradiciones siríaca y latina, que «sentó las bases para una comprensión común de la constitución de la Iglesia». Luego, dirigiéndose a los teólogos miembros de la Comisión: «el diálogo teológico es indispensable en nuestro camino hacia la unidad, ya que la unidad que anhelamos es la unidad en la fe, siempre que el diálogo de la verdad no esté nunca separado del diálogo de la caridad y del diálogo de la vida».
Aquí, las vidas santas se convierten en las «mejores guías en el camino hacia la plena comunión». «Por la intercesión de San Isaac de Nínive, unida a la de la Santísima Virgen María, Madre de Cristo nuestro Salvador, que los cristianos de Oriente Medio den siempre testimonio de Cristo resucitado en esas tierras desgarradas por la guerra», añadió Francisco en la audiencia al concluir su discurso. «Que la amistad entre nuestras Iglesias siga floreciendo, hasta el día bendito en que podamos celebrar juntos en el mismo altar y comulgar del mismo Cuerpo y Sangre del Salvador». Palabras a las que se añadieron los agradecimientos dedicados al Catholicos Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, y la invitación a trabajar y caminar juntos de nuevo en el «camino hacia la plena unidad». Por último, la recitación compartida del Padre Nuestro: «Cada uno lo reza según su tradición y su lengua, a media voz».
