Francisco con las familias de los prisioneros el día en que se renovó la esperanza

Dos encuentros distintos a primera hora de la mañana con las familias de 12 rehenes de Hamás en Gaza y las de algunos detenidos en las cárceles israelíes. La aclaración del Papa: "Esto no es una guerra, es terrorismo. No sigamos alimentando pasiones que al final matan a todos". A partir de mañana a las 10 horas comenzará la tregua que debería conducir a la primera liberación de 10 israelíes y 30 palestinos. Incertidumbre sobre los rehenes asiáticos, incluida una mujer tailandesa que, según se dijo, ha dado a luz.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “Esto no es una guerra, esto es terrorismo. Por favor, avancemos hacia la paz". Con estas palabras pronunciadas públicamente al final de la audiencia general en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco ha querido expresar su estado de ánimo después de mantener esta mañana temprano dos encuentros separados con dos delegaciones, una de familias israelíes que tienen miembros retenidos como rehenes en Gaza y otra de familias palestinas cuyos parientes están encarcelados en Israel. La iniciativa fue anunciada hace varios días y el director de la Oficina de Prensa vaticana, Matteo Bruni, explicó que eran dos momentos distintos "de carácter exclusivamente humanitario", con el propósito de expresar un gesto de "cercanía espiritual al sufrimiento de cada uno".

Los dos encuentros tuvieron lugar a primera hora de la mañana, antes de la audiencia general, y coincidieron precisamente con el momento en que se concretó el acuerdo para una tregua de cuatro días que depende de la liberación de al menos 50 rehenes israelíes y 150 menores y mujeres palestinos detenidos en Israel. Según lo anunciado hoy, el alto el fuego debería comenzar mañana en Gaza a partir de las 10.00 am. Hamás liberaría a los rehenes en grupos de 10 y cada grupo debería corresponder a la liberación de 30 prisioneros de las cárceles israelíes.

La embajada de Israel ante la Santa Sede comunicó que habían viajado al Vaticano los familiares de 12 de los aproximadamente 240 rehenes que se encuentran en manos de Hamás desde el 7 de octubre. Entre ellos hay jóvenes como Or y Andrey, secuestrados en el Festival Nova en el desierto de Negev, padres e hijos como Gabriela y Mia, secuestradas mientras visitaban a un familiar en el Kibbutz Nir Yitzhak, a unos 4 kilómetros de la frontera con Gaza, y personas mayores como Alex, de 75 años, hijo de sobrevivientes de la Shoá, quien participa activamente en el diálogo interreligioso entre cristianos y judíos a partir del compromiso de no olvidar esa gran tragedia. En el otro encuentro paralelo, Francisco se reunió en cambio con algunas familias de detenidos palestinos: según datos de la asociación israelí de derechos humanos B'Tselem (actualizados a finales de septiembre, es decir, antes de que comenzara la guerra actual), habría 4764 personas encarceladas por razones "de seguridad", entre los cuales hay al menos 170 menores y cerca de treinta mujeres. Son personas detenidas por distintos motivos, no necesariamente vinculados directamente con hechos de violencia.

Estas familias “sufren mucho. Percibí que ambos grupos sufren. Esto es lo que hacen las guerras”, siguió diciendo Francisco a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro. “Por favor - añadió - avancemos hacia la paz. Recen mucho por la paz. Que el Señor intervenga en todo esto y nos ayude a solucionar los problemas y a no seguir adelante con las pasiones que al final matan a todos. Oremos por el pueblo palestino, oremos por el pueblo israelí, para que llegue la paz. Mi bendición para todos".

Una oración que acompaña la esperanza de estas familias, renovada en estas horas, de volver a abrazar pronto a sus seres queridos. Pero también alimenta la esperanza de que la tregua para la liberación de rehenes y prisioneros y el ingreso de la ayuda humanitaria a la Franja -negociada por Qatar, Egipto y Estados Unidos- sea el primer paso hacia un alto el fuego más duradero. Según los términos actuales del acuerdo, sólo es una tregua temporal que podría prorrogarse otros diez días si las condiciones permiten liberar a más rehenes israelíes y más prisioneros palestinos. Pero el gobierno de Netanyahu - cuando aprobó anoche el acuerdo - reiteró que una vez que termine la tregua tiene la intención de reanudar las operaciones militares en Gaza, con el objetivo de desmantelar la presencia de Hamás.

También hay que añadir que los términos del acuerdo sólo hablan de rehenes israelíes. Hasta el momento no ha trascendido nada sobre las negociaciones paralelas llevadas a cabo también por Qatar y que se refieren a las decenas de rehenes tailandeses y nepaleses secuestrados en los kibutzim israelíes cerca de Gaza. Los inmigrantes extranjeros son las víctimas más olvidadas de este conflicto. Entre ellos también se encuentra una mujer tailandesa, Nutthawaree Munkan, de 35 años, que estaba embarazada de ocho meses en el momento del secuestro y se cree que dio a luz durante el cautiverio. Se espera que esta mujer y su bebé recién nacido puedan estar entre los primeros rehenes liberados.