Flores, el ‘turismo halal’ de los islamistas es una provocación para el gobierno y para los católicos
La propuesta de la Agencia de Turismo de Labuan Bajo es blanco de duras críticas. El territorio pertenece a la diócesis de Ruteng, donde cerca del 90% de los habitantes es de religión católica. El inventor del “Wisata Halal” es Sandiaga Uno, un hombre de negocios devenido en político gracias al apoyo de los islamistas. Mons. San: “La idea es una deshonra para el pluralismo de la sociedad indonesia”.
Yakarta (AsiaNews) – El gobernador de la provincia de Nusa Tenggara Oriental (NTT) y la Iglesia de Flores -”la isla católica” del vasto archipiélago indonesio- reaccionan con disgusto ante la propuesta de lanzar servicios de “turismo halal”, es decir, conforme a la ley islámica. El motivo de la dura reacción por parte de las autoridades civiles y eclesiásticas es el proyecto de la Agencia de Turismo de Labuan Bajo, en la regencia de Manggarai. El territorio forma parte de la diócesis de Ruteng, donde cerca del 90% de los habitantes es de religión católica.
Existen dos enfoques diferentes de la religión islámica que caracterizan la vida religiosa del país musulmán más poblado del mundo: por un lado, el islam de la tradición indonesia, moderado y abierto a la convivencia con las demás religiones. Por otro, el fundamentalismo de quien ostenta símbolos y enseñanzas islámicas en contraposición a las demás comunidades y a la sociedad moderna. El primer enfoque halla expresión en movimientos como Nahdlatul Ulama (NU) y Muhammadiyah; mientras que los principales paladines del segundo son los grupos radicales. En los últimos meses, estos últimos se han hecho promotores de polémicas ideologías identitarias, utilizadas para fines políticos y como instrumento de división, en un país que siempre ha hecho de la diversidad una de sus riquezas.
El ideólogo del “Wisata Halal” (turismo halal) es Sandiaga Salahuddin Uno, un hombre de negocios que se convirtió en vice-gobernador de Yakarta en octubre de 2017 gracias al apoyo de los islamistas. Menos de un año después de asumir, presentó su renuncia para postularse como vice de Prabowo Subianto en las últimas elecciones generales. Sandiaga dio a conocer públicamente su invención en febrero de este año, durante un mitin en Bali, un lugar donde más del 80% de la población es de religión hindú. Al igual que en Flores y en Bali, en algunas de las casi 17.500 islas de Indonesia, los musulmanes constituyen una minoría. Por este motivo, según el político y sus sostenedores, es necesario garantizar, en estos lugares, comidas “puros” para los turistas de fe islámica que tengan intención de visitarlos.
La propuesta enseguida se topó con la firme condena de las autoridades balinesas y de cuantos se oponen a la distinción, incluso en el turismo, entre ciudadanos islámicos y aquellos que no lo son. A pesar de ello, la idea fue acogida favorablemente por Shana Fatina, la directora de la Oficina de Turismo de Labuan Bajo -un importante sitio turístico para quien visita la isla de Komodo. La funcionaria lanzó la iniciativa el 30 de abril pasado. El gobernador de Nusa Tenggara Oriental, Viktor Laiskodat, se expresó en contra el “Wisata Halal”: “No hay ninguna necesidad de este tipo de etiquetas, y el turismo no tiene nada que ver con la religión”, afirmó hoy. “En nuestra provincia no hay lugar para todo aquello”. Las observaciones del gobernador fueron hechas un días después de la publicación de un mensaje por parte de Mons. Silvester Tung Kiem San (foto 2), obispo de Denpasar y administrador apostólico de la diócesis de Ruteng.
El prelado expone las razones que motivan su condena: “Dicha iniciativa -escribe- ha desatado la inquietud entre la población local. Esta [propuesta] podría desencadenar desórdenes que pondrían en peligro el turismo en Labuan Bajo. Al mismo tiempo, [la idea de un turismo halal] deshonra el pluralismo de la sociedad indonesia, que ha sido puesto como fundamento de la nación. La actuación de semejantes políticas exclusivistas puede ensombrecer nuestra diversidad en términos de cultura, etnia y religión”. Mons. San concluye su mensaje brindando algunas recomendaciones: la participación del “genio y de la industria local” en el sector del turismo, a través de programas orientados a la protección del ambiente y a ejercer un control sobre los inversionistas en el área forestal; la promoción de un turismo que se base “en el bien común, en el respeto de la dignidad humana y en la justicia social”; la resolución de cualquier controversia con la sabiduría del refrán local “lonto léok, réjé lélé, bantang cama” (buen debate, para hallar una solución común que promueva la justicia, realizada en un espíritu de igualdad, honestidad y fraternidad).
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