Ferrocarriles y rutas comerciales: las manos de Pekín sobre Kirguistán

de Vladimir Rozanskij

El gigantesco centro logístico-comercial de Manas, en la localidad de Leninskoe, que los chinos están construyendo no lejos de Biskek, está llamado a convertirse en un eje clave (y alternativo a la ruta rusa) para el comercio entre Oriente y Occidente. El Primer Ministro kirguís, Žaparov, ya lo ha bautizado como el «gran puerto marítimo» de un país sin salida al mar.

Biskek (AsiaNews) - China interviene cada vez más amplia y activamente en Kirguizistán, realizando numerosos proyectos de infraestructuras, sin temer ya la competencia de Rusia, como documentan varios sitios web locales e internacionales. Se espera que la construcción de la línea ferroviaria China-Kirguistán-Uzbekistán, confiada a la empresa conjunta «Kyrgyz-Chinese Investment Holding Company», comience pronto, tras las promesas de Biškek de iniciar las obras ya en octubre pasado, para abrir uno de los principales tramos del Corredor Medio como alternativa al Corredor Norte de Rusia y Kazajistán, y al Corredor del Sur de Asia.

Al mismo tiempo, otros proyectos por valor de miles de millones de dólares ya están en marcha desde hace años en Kirguistán, financiados en gran parte por capital chino. Ya en 2007, una consultora sueca había afirmado que Kirguistán «es el país más conveniente para Papá Noel», en virtud de su centralidad en el mapa mundial, para llevar regalos por todo el mundo, dada también «la cantidad de dinero que entra a raudales en este país». El problema es que Papá Noel puede desplazarse por el aire en un trineo de renos volador, mientras que el problema de Kirguizistán sigue siendo el del transporte terrestre, aún muy deficiente entre rutas montañosas, carreteras llenas de socavones y falta de puentes.

Estas limitaciones no han frenado a los chinos, que ven en el sur del país tártaro-mongol una alternativa eficaz a Rusia y al vecino Kazajistán, con los que no faltan proyectos conjuntos de desarrollo. El ferrocarril transeurásico requiere una inversión de varios miles de millones de dólares, y podría cambiar realmente la dinámica del comercio entre Oriente y Occidente, reduciendo el plazo de entrega de los cargamentos chinos a Europa en al menos una semana.

El proyecto más simbólico, ya en marcha, es el gigantesco centro logístico-comercial de Manas, en la localidad de Leninskoe, no lejos de Biskek, bajo la responsabilidad del Hunan Construction Investment Group (Hcig), cuya primera fase de construcción se ha iniciado por 700 millones de dólares, cifra que se elevará al menos a 4.000 millones. Repartida en 700 hectáreas, incluye zonas de almacenamiento, logística, venta y comercio. Es casi seguro que aquí se ubicará una estación importante del nuevo ferrocarril, aunque el plan aprobado actualmente no lo prevé, ya que Leninskoe está en el lado de la frontera con Kazajistán, y no hacia las zonas montañosas que hay que atravesar.

El embajador de China en Kirguizistán, Du Dewen, elogió el 17 de octubre, con motivo de la colocación de la primera piedra del futuro ferrocarril, a Kirguizistán como «país de unión», importante no sólo para Asia Central, sino para todo el continente y Europa. El diplomático confirmó que el eje comercial también es importante para el transporte ferroviario, a lo largo del cual se ubicarán otros mercados, almacenes y centros logísticos. De hecho, se están debatiendo otros 49 proyectos similares, además del de Manas, que lleva el nombre del héroe mítico de Kirguizistán.

El Primer Ministro Akylbek Žaparov ha comparado el centro con un «gran puerto marítimo»: aunque Kirguizistán no tiene acceso al mar, y aunque el comercio con los chinos de todo el mundo se realiza en más de un 25% por vía marítima, este proyecto dará de hecho a los kirguises acceso a las aguas. Esto permitirá un gran desarrollo de la agricultura, la industria, la extracción de minerales y el uso de nuevas tecnologías. El Manas ofrecerá así una valiosa competencia al otro «puerto terrestre», el de Khorgos, un gran centro chino situado en la frontera entre Xinjiang y Kazajistán, punto de referencia del «corredor del Norte».

Rusia asiste impotente a la expansión china en estos territorios, como condición inevitable del apoyo de Pekín a la guerra de Moscú contra Ucrania, y esta línea de desarrollo parece ahora imparable, cualesquiera que sean las perspectivas futuras de equilibrio geopolítico.