Familia de campesinos asesinada en Negros occidental, activistas acusan al ejército
La masacre tuvo lugar en los últimos días en una región donde la insurgencia comunista lleva décadas luchando contra el Estado filipino. Hacía tiempo que los Fausto estaban en la mira de las autoridades locales. Varias asociaciones de agricultores fueron obligadas a firmar una carta distanciándose del Partido Comunista.
Manila (AsiaNews) - Fueron asesinados a tiros los cuatro miembros de una familia de agricultores que cultivaban caña de azúcar, activos en la asociación local de agricultores, la Baclayan, Bito, Cabagal Farmers and Farmworkers Association. Según los defensores de los derechos humanos, se trató de un asesinato perpetrado por el ejército filipino, que acusó arbitrariamente a los agricultores de estar afiliados a la insurgencia comunista.
Los padres Roly y Emelda Fausto, de 52 y 50 años respectivamente, y sus hijos Ben, de 15, y Ravin, de 11, vivían en la ciudad de Himamaylan, provincia de Negros Occidental, y fueron masacrados el 14 de junio. Según las investigaciones policiales, los mataron con armas del tipo M16, de las que se encontraron 54 cartuchos.
Aunque algunos vecinos habían oído disparos hacia las 10 de la mañana, no dieron la voz de alarma. Quien encontró sus cuerpos al día siguiente fue su hija, que vive cerca.
Según el informe del sitio web Rappler y testimonios locales, los Faustos -que pertenecían a la Iglesia Filipina Independiente, confesión religiosa de la cual las autoridades sospechan actividades subversivas- llevaban tiempo en el punto de mira: habían sido registrados como rebeldes, sometidos a presiones y registros sin orden judicial, e incluso torturados. También habían denunciado recientemente la entrada de extraños en su domicilio.
Esta incursión, denunciada a mediados de mayo, se había producido tras un enfrentamiento entre militares y presuntos rebeldes cerca de la localidad de Kabankalan. Miles de residentes de las zonas rurales circundantes se vieron obligados a huir, mientras que dos soldados resultaron heridos y un presunto rebelde comunista, un granjero llamado Crispin Tingal Jr. resultó muerto.
No se trata de una situación novedosa en la isla de Negros, una tierra que durante la dictadura de Ferdinand Marcos (1972-1986), padre del actual presidente, presenció miles de muertos y desaparecidos, y que desde la década de 1970 ha sido testigo de la rebelión comunista contra el gobierno.
Las organizaciones de derechos humanos señalaron como responsable de la masacre de los Fausto a la 94° brigada de infantería, que desde hace meses conduce una campaña del terror, que este año comenzó el 9 de enero con el secuestro y asesinato -supuestamente a manos del ejército- de un campesino llamado José Gonzales. Por su parte, las Fuerzas Armadas de Filipinas afirman que fue el New People's Army, brazo armado del Partido Comunista de Filipinas, quien mató a la familia Fausto.
En realidad, cinco organizaciones de campesinos ya habían denunciado que habían sido obligados a enviar una carta de renuncia al Partido Comunista de Filipinas y al New People's Army. Después, según las denuncias de los campesinos, elementos de la 94º Batallón habrían presionado a los dirigentes de estas asociaciones para que difundieran el comunicado.
Los defensores de los derechos humanos consideran que la masacre de los Fausto es una consecuencia directa de estos hechos. El presidente de la International Coalition for Human Rights in the Philippines, Peter Murphy, pidió justicia para las víctimas y recordó al actual presidente Ferdinand Marcos Jr. su compromiso de anular las leyes que sitúan algunas zonas del archipiélago bajo la ley marcial de facto. Durante su presidencia, que comenzó hace un año, sólo en Negros murieron 24 campesinos a manos de las fuerzas de seguridad.
Foto: HIMAMAYLAN CITY POLICE STATION