Falleció el p. Giampietro, apóstol web en la diáspora china
Misionero italiano del PIME, ejerció su ministerio durante 65 años en numerosas parroquias de Hong Kong. Desde 2005 había puesto en marcha una Escuela de Evangelización online en mandarín y cantonés. En 2019, había reunido a artistas y productores en un gran musical sobre Matteo Ricci que atrajo a miles de personas.
Hong Kong (AsiaNews) - Después de 65 años dedicados a la misión en Hong Kong, el padre Gianni Giampietro, misionero italiano del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME), falleció ayer a la edad de 89 años. Un largo apostolado que lo mantuvo activo hasta el final en la comunidad de San Juan Bautista de Kwung Tong, donde todavía residía, pero también al frente de la pastoral online: en 2005, de hecho, creó una Escuela de Evangelización en línea a través de la cual organizaba catequesis y evangelización por Internet en cantonés y mandarín, prestando atención especialmente a los chinos de la diáspora que tenían dificultades para encontrar comunidades que hablaran su misma lengua.
Nació en 1934 en Marsicovetere, en la región italiana de Basilicata, y fue ordenado sacerdote en 1958. Ese mismo año llegó a Hong Kong, que entonces era colonia británica. Durante este largo periodo de tiempo, ejerció su ministerio en numerosas parroquias: la iglesia de Santa Margarita en Happy Valley, la iglesia de Santa Cecilia en Diamond Hill, Nuestra Señora del Monte Carmelo en Wan Chai, Nuestra Señora de China en Tai Kok Tsui, la iglesia de los santos Cosme y Damián en Tsuen Wan, y el Resurrection Mass Centre en Kwun Tong, antes de pasar sus últimos años en San Juan Bautista.
Pero el p. Giampetro también es recordado en Hong Kong por promover el espíritu de la liturgia del Concilio Vaticano II en la Comisión Diocesana para la Liturgia, de la que también fue director. A pesar de su avanzada edad, siempre había permanecido muy atento a los lenguajes de los jóvenes: con ellos había promovido en 2019 un musical sobre la vida del padre Matteo Ricci, el gran evangelizador jesuita de la China durante la dinastía Ming. Una obra que fue fruto de más de dos años de trabajo, en la que el misionero había involucrado a famosos productores, directores y actores de Hong Kong y Singapur, y que, cuando se puso en escena, atrajo a decenas de miles de espectadores.
"Ricci me ayudó a ver la presencia de Dios en el pueblo chino", nos dijo en aquella ocasión el p. Giampietro. "Ricci escuchaba y aprendía de los chinos sin confundir la fe con las culturas europeas. De él aprendí tener una gran estima por la cultura china. Como Matteo Ricci, deseo dedicar mi vida a los chinos y permanecer en esta tierra hasta mi muerte".
La misma escuela de evangelización nació a través de la música cristiana. "Muchos jóvenes de Hong Kong tienen parientes en el extranjero", contaba, "a veces casi toda la familia. A través de sus contactos, estos jóvenes entusiastas de la música descubrieron que otros jóvenes chinos hacían lo mismo, especialmente en Australia y Nueva Zelanda. Después de unos años de contacto a través de Internet, se decidió organizar un concierto con todos estos grupos aquí, en Hong Kong. Canciones chinas modernas, pero impregnadas de espíritu cristiano. Fue un gran éxito. Tanto que nuestros hongkoneses fueron después a Canadá. De ahí nació el formato del EV Concert (Concierto de Evangelización): actuaciones, canciones, intercambio, testimonios. Se trataba simplemente de evangelizar, pero a través de la música, con los jóvenes y para los jóvenes".
Gracias a estos contactos, el p. Giampietro y sus colaboradores se dieron cuenta de que en muchas comunidades de la diáspora china no había catequistas ni otras personas capaces de acompañar a quienes querían prepararse para el bautismo. Así nació la escuela de evangelización online: un curso de dos años que incluye la enseñanza del catecismo católico en el primer año y una actividad concreta de evangelización en el segundo. Cada semana se proporciona material para un total de unas tres horas de estudio: "No siempre es fácil para los sacerdotes aceptar esta solución. Les gustaría ver físicamente a la gente cada semana", explicaba el padre Gianni, "pero en algunos casos no es posible, sobre todo por motivos de trabajo o de viaje. Recuerdo un caso en Australia. La persona en cuestión estaba en la cárcel por inmigración ilegal. Había conocido a agentes pastorales que visitaban el centro penitenciario. Pero, ¿cómo habría podido participar en el catecumenado de la parroquia? Por no hablar de todos aquellos a los que las parroquias y los catequistas no pueden llegar".
31/05/2023 13:00
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