Expo2030 en Riad: la coronación de la 'Visión' de bin Salman

La adjudicación del evento a la capital saudita con 119 votos a favor sobre 165, arrasando a la competencia de Busan (29) y Roma (17), constituye el símbolo del plan de reforma y desarrollo que impulsa el príncipe heredero, que incluye Neom y la nueva Kaaba pero no ha superado las sombras en relación con los derechos humanos y la libertad. Sin embargo, no se detiene, como lo demuestra el Mundial de 2034, en una eterna competencia con Emiratos (y Qatar).

Riad (AsiaNews) - La Expo Riad es la coronación de un proyecto y de un camino que comenzó hace años y que, ya desde el nombre, tenía como punto culminante y como meta el año 2030. La asignación de la exposición universal a Arabia Saudita, en efecto, es la última pieza de la "Visión" promovida por el príncipe heredero - y quien realmente detenta el poder en el reino - Mohammed bin Salman (MBS), que liberó al país del petróleo abriéndolo al deporte, el entretenimiento, el arte y la cultura. El proceso era casi impensable siquiera en la década pasada, pero fue tomando forma y se convirtió en una realidad, aunque no ha superado las sombras y acusaciones en relación con los derechos humanos y la libertad. Un camino de reformas que en algunos ámbitos, como la libertad religiosa o el papel de la mujer, todavía parece una fachada.

Sin embargo, son innegables los triunfos en el ámbito económico y geopolítico, como el que se registró ayer con la adjudicación del evento a la capital saudita bajo el nombre de "Riyadh Expo 2030". Con el debido respeto a los otros candidatos, desde la Roma milenaria que descansa indolente en su pasado pero parece carecer de perspectivas de futuro, hasta la Busan surcoreana, la aspirante más acreditada y por tanto la verdadera derrotada en el duelo contra los sauditas. La filosofía y el motor de la campaña para la asignación de la exposición universal giran en torno al plan global "Visión 2030" fuertemente impulsado por MBS con una retórica que proclama una sociedad joven y vibrante.

La votación tuvo lugar ayer en el Bureau International des Expositions (BIE) de París, que cuenta con 182 países miembros. Los 165 delegados presentes emitieron un voto secreto. Arabia Saudita obtuvo 119 preferencias, aniquilando la competencia de Corea del Sur e Italia, con 29 y 17 votos respectivamente. Antes de Riad, la Expo se llevará a cabo en Osaka, Japón, en 2025, mientras que la anterior se celebró en Dubai, confirmando el predominio del continente asiático y poniendo en evidencia, si todavía fuera necesario, la competencia por el liderazgo entre saudíes y emiratíes. El reino anunció que destinará 7,8 mil millones de dólares a organizar el evento y ayer por la tarde celebró la victoria con un gran despliegue de fuegos artificiales lanzados desde un rascacielos que iluminó toda la ciudad de Riad. Analistas y observadores consideran que este triunfo es la guinda del pastel "Visión 2030" de MBS, como señaló el ministro de Relaciones Exteriores saudí, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud: "Teníamos un fantástico equipo de ministros [junto con Cristiano Ronaldo como testimonio, ndr. ] que ha viajado por todo el mundo involucrando a nuestras contrapartes de manera muy, muy activa para comprender qué esperan, qué buscan y qué debemos brindarles para ganarnos su confianza”.

Por otra parte Arabia Saudita tiene una economía floreciente y en pleno desarrollo, que abarca desde el sector energético hasta la arquitectura, e incluso el medio ambiente. Es el reflejo de un país ambicioso, que lleva mucho tiempo disputándose con Emiratos Árabes Unidos, aliados y rivales, el dominio de la región de Oriente Próximo en diversos campos, desde el entretenimiento hasta las finanzas. En esta perspectiva, la "visión" de la exposición refuerza la ambición de la capital de convertirse en un centro global, actuando como motor de un país que ya no es sólo un bastión del Islam sunita y custodio de dos lugares sagrados para los musulmanes, La Meca y Medina. Es un proyecto que mira más allá de la fecha de la "Visión" y se propone continuar - y seguir creciendo - como lo demuestra la asignación (no oficial) del Mundial de 2034.

El centro del proyecto son los sectores de las finanzas y el entretenimiento (desde inversiones multimillonarias en el fútbol hasta el cine, pese al amplio uso de la censura, especialmente en temas "sensibles" como la homosexualidad y la religión), así como los del medio ambiente y el desarrollo sostenible. Programas grandiosos y proyectos ambiciosos como la futurista Neom, la ciudad del "futuro" a orillas del Mar Rojo, con capacidad para albergar hasta nueve millones de habitantes en una superficie de sólo 34 km2. Todo en una ciudad sin automóviles, carreteras ni emisiones contaminantes, construida como una inmensa línea de edificios de 500 metros de altura, de 170 kilómetros de largo y apenas 200 metros de ancho, que se extenderá desde las montañas de Arabia Saudita hasta la costa. Un lugar construido desde cero en el desierto donde todo debe ser ecosostenible y accesible a pie en pocos minutos, pero también con la posibilidad de desplazarse de un extremo al otro en 20 minutos en un tren de alta velocidad. Y no importa si, para lograrlo, poblaciones enteras de beduinos fueron expulsadas en silencio y aquellos que se opusieron acabaron en la cárcel o algo peor, porque Neom también tiene sus mártires.

Pero no es sólo la ciudad del futuro sobre la costa. La "grandeza" de Bin Salman llega incluso hasta la construcción de una "nueva Kaaba", un cubo gigantesco de 400 metros de alto, ancho y profundidad. Será el corazón de la Riad del futuro, que tendrá capacidad para cientos de miles de habitantes, junto con hoteles de lujo, museos y lugares de esparcimiento, y se convertirá en el símbolo de la "Visión 2030". Mukaab es la continuación ideal de Neom, pero tocará más de cerca la vida de los sauditas porque ya desde su estructura apunta al lugar por excelencia de la nación: la estructura geométrica de la Kaaba - el edificio negro en el centro de La Meca en torno al cual convergen los peregrinos musulmanes - y ya es objeto de ironía porque constituye todo un signo de la "devoción" de MBS al "dios dinero" más que a Alá y al Islam wahabita. El proyecto ofrecerá cerca de 25 millones de m2 de superficie, con más de 104 mil unidades residenciales, 9 mil habitaciones de hotel y unos 980 mil m2 de locales comerciales, además de 1,4 millones de m2 de oficinas, 620 mil para entretenimientos legales y 1,8 millones para instalaciones comunitarias. También en este caso el objetivo es finalizar las obras en la misma fecha fatídica.

Para liberar al país de la dependencia del petróleo, base de la "Visión 2030", Bin Salman ha tenido que intervenir, aunque con cautela, en la estructura radical de la religión musulmana y de la vida social de la nación. Las reformas introducidas desde 2019 han tocado la esfera social y de los derechos - como la luz verde para que las mujeres puedan conducir vehículos y tengan acceso (controlado) a los estadios - así como la promoción de la industria del entretenimiento y de las nuevas tecnologías. También la esfera religiosa, con un abandono gradual del "wahabismo". Sin embargo, los arrestos de altos funcionarios y empresarios, la represión de activistas y voces críticas y el caso Khashoggi han arrojado muchas sombras sobre el cambio que realmente se ha producido, y al que también le falta una última palabra, la definitiva: la libertad religiosa que, como recordaba el Papa Benedicto XVI, es el verdadero motor que permite "a la persona humana realizarse plenamente y contribuir así al bien común de la sociedad".