Estambul: murió mons. Rubén Tierrablanca, hombre del diálogo, abatido por el Covid

de Dario Salvi

Tras pasar tres semanas intubado en terapia intensiva, ayer murió Rubén Tierrablanca, vicario apostólico de Estambul y presidente de la Conferencia Episcopal. Mons. Bizzeti lo recuerda como un "pastor sereno, amable y cordial". Los esfuerzos para fortalecer la "dimensión diocesana" de la Iglesia local.

Estambul (AsiaNews) - "Un hombre dedicado al diálogo interreligioso, especialmente con la corriente musulmana sufí, con la que había forjado fuertes y excelentes relaciones a lo largo del tiempo. Durante muchos años fue vicario general de monseñor Louis Pelâtre, por lo que era muy consciente de que la Iglesia turca es una pequeña minoría, sin reconocimiento legal, pero de gran valor. Le encantaba estar en este país, aunque conocía sus limitaciones". Así lo recuerda monseñor Paolo Bizzeti, vicario apostólico de Anatolia y presidente de Cáritas Turquía, pocas horas después de darse a conocer la muerte de monseñor Rubén Tierrablanca González. El vicario apostólico de Estambul y presidente de la Conferencia Episcopal Turca murió ayer a la edad de 68 años por complicaciones relacionadas con el Covid-19, tras pasar tres semanas intubado en cuidados intensivos, luchando contra los efectos del virus.

Mons. Bizzeti, también estuvo delicado tras contraer Covid-19 y ahora se está recuperando, pero dice que "siempre se mantuvo informado del estado de salud de Mons. Tierrablanca. Lamentablemente, la prolongación del coma farmacológico no fue un signo positivo. “Esperábamos que hubiera un gran avance”, añadió, que un nuevo medicamento experimental tomado la semana pasada surtiera efecto, pero luego su cuerpo se rindió", el virus se impuso.

"Éramos amigos - recuerda Mons. Bizzeti - y cuando visitaba Estambul me quedaba en su casa. Era ante todo un hombre, antes que pastor: sereno, amable y cordial. Nunca lo vi enfadado, nervioso, y supo llevar a cabo su tarea con humildad, incluso como Presidente de la Conferencia Episcopal... ¡era un hombre encantador!". "El amaba la variedad cultural de Turquía, su historia, su religiosidad”, continúa el prelado. “Había llegado a Estambul con un proyecto franciscano centrado precisamente en el diálogo interreligioso, del que era artífice y protagonista, sin olvidar las dificultades que experimentaban los cristianos por ser una minoría. Pero no era un hombre que se asustara ante los problemas o las dificultades".

Monseñor Rubén Tierrablanca González nació el 24 de agosto de 1952 en Cortázar, en el centro de México, y desde abril de 2016 fue vicario apostólico de la capital económica y comercial de Turquía - nación en la que vivió desde 2003 - y administrador apostólico de la Constantinopla de los griegos. En 2018 fue nombrado presidente de la Conferencia Episcopal Turca. En su juventud asistió al seminario menor franciscano y entró en el noviciado el 22 de agosto de 1970. Su profesión solemne fue el 2 de agosto de 1977, seguida de su ordenación presbiteral al año siguiente.

El Vicario Apostólico de Estambul "era una persona realista, no se hacía ilusiones" y "había identificado las cuestiones en las que había que trabajar" para fomentar el crecimiento de la Iglesia local. En primer lugar, cuenta Monseñor Bizzeti, la necesidad de "afianzar la vida diocesana, en una situación en la que todavía hay muchos religiosos que vienen del extranjero, especialmente de Europa, de Occidente. De ahí su compromiso de tratar de fortalecer la realidad de la comunidad local, de encontrar gente para servir al Vicariato de Estambul. Para los fieles - añade - es un gran dolor por la pérdida pero, al mismo tiempo, está la conciencia de que este hombre ha llegado al paraíso en la víspera de la Navidad".

Para el Vicario Apostólico de Anatolia y presidente de Cáritas Turquía “de la misión de Mons. Tierrablanca, hay "tres aspectos que quedarán: el hecho de ser un hombre del diálogo y la colaboración, incluso a nivel sinodal; la búsqueda incesante de diálogo con las otras religiones, basado en el respeto y la acogida; el deseo de relanzar la dimensión diocesana de la Iglesia en Turquía, incrementando su pastoral y haciéndola cada vez más responsable".