Estambul, muere de un infarto el muecín de Santa Sofía
Osman Aslan había ingresado a la mezquita “en calidad de voluntario”, y era el responsable de las medidas de seguridad contra el Covid-19. Falleció el 2 de agosto pero se mantuvo la noticia oculta por varios días. La muerte habría sido provocada por un ataque cardíaco. Las condolencias del gobierno de Estambul, que invoca la “misericordia de Dios”.
Estambul (AsiaNews/Agencias) - El muecín Osman Aslan era el responsable de velar por las medidas de seguridad contra el coronavirus durante las celebraciones religiosas en Santa Sofía, desde que ésta fue transformada en mezquita. El hombre falleció repentinamente hace algunos días, mientras se encontraba en el interior del edificio. De acuerdo con el comunicado del gobierno de la ciudad de Estambul, su muerte se produjo por un ataque cardíaco cuyo desenlace fue fatal.
“Invocamos la misericordia de Dios para la familia y los parientes de la mezquita de Uhud y para el Muecín-Kayyum, que se fue de este mundo mientras prestaba un servicio voluntario en la mezquita de Santa Sofía, debido a un ataque al corazón”, afirma el gobierno.
Su muerte se produjo a pocos días de que el gobierno turco, y en particular, el presidente Recep Tayyip Erdogan, tomase la polémica decisión de transformar la antigua basílica cristiana en un lugar de culto islámico. El muecín Aslan prestó servicios en Hagia Sophia desde el primer día de su conversión en mezquita, el mes pasado. Su trabajo como “voluntario” consistía en informar a los fieles sobre las medidas implementadas por las autoridades para impedir los contagios de Covid-19 dentro del edificio.
Según las primeras informaciones, que son parciales, el hombre murió el 2 de agosto pasado, pero las autoridades quisieron mantener la noticia en secreto por varios días. En los últimos años, el muecín fue uno de los más fervientes partidarios de transformar en mezquita Santa Sofía - en su origen, una basílica, posteriormente convertida en mezquita con la conquista de Constantinopla, y a partir de 1934, devenida museo siguiendo a voluntad del presidente de la Turquía moderna, Ataturk.
En tanto, en Atenas, la comunidad musulmana local - de casi 300.000 personas, en su mayor parte migrantes que llevan más de 20 años en Grecia - teme que la conversión de Santa Sofía pueda demorar aún más la apertura de la primera mezquita de la capital, la única de toda Europa que no cuenta con lugares de culto islámicos. “Luego de este hecho - revela el imán Atta-ul Naseer - podría tornarse más difícil abrirla, algo que aguardamos desde hace casi diez años”. El proyecto se remonta al 2007, pero quedó empantanado en varias oportunidades debido a la oposición de la Iglesia ortodoxa griega y de los grupos nacionalistas helénicos; todavía hoy, los fieles continúan orando en casas, sótanos o aparcamientos.
