Estado de Kachin: militares golpistas niegan atención médica a las víctimas de un ataque aéreo
Hay más de 50 víctimas, pero el número está destinado a aumentar porque el ejército ha impedido el acceso a las ambulancias. Recientemente se pidió a las industrias de Rangún que envíen información sobre sus cuentas bancarias. La represión también continúa en el frente digital.
Rangún (AsiaNews/Agencias) – La junta golpista birmana ha impedido que las víctimas de un ataque aéreo acudan al hospital para recibir atención médica. El 23 de octubre tres bombarderos atacaron la ciudad de Hpakant, en el estado de Kachin, donde se estaba realizando un concierto para celebrar el 62º aniversario de la fundación de la Organización para la Independencia de Kachin (KIO). Murieron más de 50 personas, entre ellos algunos cantantes conocidos.
La gente de la zona considera probable que el número de muertos siga aumentando, porque las fuerzas de la junta han impedido que se traslade a los heridos a hospitales de las vecinas Hpakant y Myitkyina, y no han permitido que las ambulancias lleguen al lugar del bombardeo. El coronel Naw Bu, portavoz de KIO, confirmó ayer a The Irrawaddy que los militares habían establecido puestos de control para impedir el paso de los heridos.
El brazo armado del KIO, el Kachin Independence Army, es una de las milicias étnicas que luchan contra el ejército birmano desde el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021. Antes del golpe ya se oponían al gobierno y exigían mayor autonomía.
Mientras tanto, el ejército ha pedido a las industrias de Rangún que envíen información sobre sus cuentas bancarias, pero aún no está claro para qué. Según algunos observadores, la información permitiría a la junta controlar los flujos financieros, porque los bancos facilitan las transacciones comerciales de las fábricas. Pero, con la guerra civil, retirar dinero se ha vuelto cada vez más difícil y muchos se preguntan para qué pueden servir los datos solicitados por las autoridades golpistas.
En los últimos meses el Banco Central de Myanmar ha congelado las cuentas bancarias en línea pertenecientes a personas sospechosas de oponerse al régimen o financiar la resistencia. El control del espacio digital en el país es cada vez más estricto. Según algunos estudios, desde el golpe de Estado del año pasado la represión en Internet en Myanmar ha alcanzado los niveles de China.
En el campo de las telecomunicaciones convencionales, tras la retirada del operador noruego Telenor, el ejército ya tiene la capacidad de monitorear el envío de llamadas y mensajes. En los últimos meses han aumentado los intentos de incautar datos de los ciudadanos y de construir una "muralla digital" siguiendo el modelo que funciona en China gracias a los equipos de vigilancia rusos y chinos. Sin embargo, todavía hay grandes regiones que no están bajo el control del ejército, sobre todo las que se encuentran sobre las fronteras del país, donde la resistencia de las milicias étnicas es más fuerte.
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