Ericsson List: cómo una empresa de telecomunicaciones pudo haber financiado al ISIS
El International Consortium of Investigative Journalists obtuvo los documentos de la investigación interna de la empresa sueca. Además de los casos flagrantes de corrupción y lavado de dinero en varios países, los informes muestran que desde 2014 en adelante la empresa pudo haber pagado a los terroristas para continuar con su negocio.
Bagdad (AsiaNews/Agencias) – Ericsson, el gigante de las telecomunicaciones con sede en Suecia, pidió al Estado Islámico en 2014 que le permitiera seguir operando en Mosul e introdujo equipos de contrabando en las zonas controladas por el ISIS. Así lo demuestra una investigación del International Consortium of Investigative Journalism (ICIJ), que obtuvo los documentos de una inspección interna de la empresa.
Contratos ficticios, facturas infladas, balances falsos y pagos a "consultores" con un historial turbio, son solo algunos de los elementos de la Ericsson List que el ICIJ ha compartido con varios órganos de prensa internacionales. Después de que se publicó la investigación, Ericsson emitió una declaración pública el 15 de febrero en la que reconoció "conductas indebidas relacionadas con la corrupción" en Irak y posibles pagos al ISIS.
Oficialmente conocida como Telefonaktiebolaget LM Ericsson, la empresa tiene una facturación anual de 25 mil millones de dólares y cuenta con aproximadamente 100.000 empleados en más de 140 países. Es uno de los mayores proveedores de torres, estaciones de radio y centros de conmutación móvil, esenciales para las comunicaciones modernas. Las ventas de Ericsson en Irak fueron de aproximadamente 1900 millones de dólares entre 2011 y 2018.
En 2019 el gigante sueco admitió que se había involucrado en prácticas comerciales ilícitas en cinco países (China, Vietnam, Indonesia, Kuwait y Yibuti) y que había cerrado un acuerdo de corrupción de mil millones de dólares con las autoridades estadounidenses para evitar un juicio penal. Las investigaciones internas de la empresa también estudiaban casos de corrupción de sus propios empleados en otros 15 países, entre ellos Irak. Según los documentos filtrados, en 2014, cuando estaban en pleno apogeo las conquistas del Estado Islámico en Siria e Irak, dos empleados habían propuesto la retirada de la empresa. La opción fue rechazada de inmediato por la alta dirección de la multinacional: abandonar el país "destruiría nuestro negocio", dijeron los directivos.
Poco después, Ericsson pidió a su socio local, Asiacell Communications, que "pidiera permiso al ISIS para seguir operando en Mosul". Las investigaciones internas concluyeron que no podían descartar la posibilidad de que la empresa hubiera financiado al terrorismo a través de sus subcontratistas, aunque no pudieron identificar a ningún empleado "directamente involucrado".
Sin embaro, ICJI descubrió que la investigación interna está claramente incompleta, porque no incluye entrevistas a las personas que estarían directamente implicadas. Aun así, se evidencian casos flagrantes de corrupción. Por ejemplo, Elie Moubarak, gerente de cuentas de Ericsson para Korek Telecom, el mayor cliente de la empresa en Irak, estuvo involucrado en "corrupción e irregularidades financieras". Había pedido una "donación" de 50 mil dólares a las fuerzas peshmerga de Kurdistán "por haber luchado contra ISIS". El jefe de la milicia era Sirwan Barzani, uno de los principales accionistas de Korek. Los Barzani son una familia de oligarcas kurdos con los que Ericsson tenía estrechas relaciones. Según las investigaciones internas, Korek ha evadido impuestos y comisiones por valor de 375 millones de dólares y amenazó con "demoler las torres de empresas rivales en territorio kurdo".
Pero los mayores problemas comenzaron con el ascenso del Estado Islámico: Ericsson y su socio Asiacell necesitaban transportar torres de telefonía móvil y otros equipos desde Erbil, en el norte de Irak, hasta Ramadi, en el centro del país. Un contratista de transporte, Cargo Iraq, había ofrecido a la empresa dos opciones: la "ruta legal" y la "ruta rápida". Esta última pasaba por los territorios del ISIS pero por lo menos evitaría los controles aduaneros iraquíes, que podían bloquear las mercancías durante semanas. Más de 30 camiones pagaron entre $ 3.000 y $ 4.000 para transportar equipos de distinto tipo a los territorios del ISIS. En marzo de 2017, la empresa pagó 22.000 dólares por tres envíos en un solo día. Los documentos de las investigaciones, que todavía no han terminado, no excluyen que de esta forma se haya financiado directamente al terrorismo.
17/12/2016 13:14
29/04/2021 13:48