Erdogan participa en la ‘conversión’ islámica de Santa Sofía
La fecha es simbólica. El 24 de julio se firmó el Tratado de Lausana, con el cual, en 1923, las potencias vencedoras pusieron fin al Imperio Otomano. Y entre las tres mil personas que hoy acudieron a la primera oración islámica en Santa Sofía, después de 86 años, se vio gente llevando banderas del Imperio. Y también volvieron a verse, por aquí y por allá, los fez, el gorro otomano que el padre de la Turquía moderna Kemal Atatuk prohibió en 1925. Él quería un país laico, tanto es así que hizo de Santa Sofía un museo.
Estambul (AsiaNews) – Sobre una placa, colocada al ingreso, se lee “La Gran Mezquita de Hagia Sophia”. Hoy resonó allí el adhan, la invitación musulmana a la oración, Desde los cuatro minaretes, construidos luego de la conquista de Constantinopla de 1453, los muecines llamaron a los fieles a orar.
Millares de personas fueron admitidas en el lugar; los mosaicos de los pisos quedaron cubiertos de alfombras azules y los de los muros – con representaciones cristianas –, ocultos tras telas colgantes. Entre la gente estaban el presidente Recep Tayyip Erdogan y Ali Erbas, el responsable de la Diyanet, la Dirección de Asuntos Religiosos de Turquía.
La fecha es simbólica. El 24 de julio se firmó el tratado de Lausana con el cual, el 1923, las potencias vencedoras pusieron fin al Imperio otomano. Y entre las miles de personas que hoy acudieron a la primera oración islámica en Santa Sofía, aún después de 86 años, había personas llevando las banderas del Imperio. Y también se vieron, por aquí y por allá, los fez, el gorro otomano que el padre de la Turquía moderna, Kemal Ataturk, prohibió en 1925. Él quería un país laico, a tal punto que hizo de Santa Sofía un museo.
Hoy, Erdogan lidera un partido donde los reclamos islámicos hallan amplio espacio y con una política claramente neo-otomana. También mira con preocupación la caída en el consenso popular debido a la crisis económica. Todo ello está en el origen de la decisión de convertir a Santa Sofía, nuevamente, en mezquita. “Un sueño de la infancia hecho realidad”, así lo definió él mismo hace algunos días. Y antes de las oraciones, Erdogan recitó dos pasajes del Corán, y optó por la Sura Al-Fatihah y por la Sura Al-Baqarah. Según parece, son exactamente los mismos pasajes que eligió Mahoma II, el conquistador de Constantinopla.
Para convertir en realidad su sueño, Erdogan ha pasado por encima de las previsibles reacciones del Cristianismo, y no solo de él. “Pienso en Santa Sofía y estoy muy dolorido”, dijo el 12 de julio Papa Francisco. Por toda respuesta, Erdogan lo invitó al rito. El patriarca ecuménico Bartolomé I advirtió que la conversión del lugar sagrado será un motivo que tenderá a enfrentar a los cristianos del mundo contra el islam. Y en todo el mundo ortodoxo hoy es “un día de luto y sufrimiento”: habrá vigilias, liturgias y oraciones. Y esto no es todo: El Consejo Mundial de las Iglesias advirtió que la decisión sembraría la división.
Fuera del mundo cristiano, la UNESCO declaró que lamenta que se haya tomado la medida.
Pero cabe destacar que la “conversión” de Santa Sofía también divide al mundo musulmán. Qatar, Libia e Irán felicitaron a Erdogan por la “valiente decisión”. Los Emiratos, Egipto y Arabia Saudita acusan al presidente turco de valerse del islam para recuperar el consenso de los ciudadanos. (FP)
17/12/2016 13:14
02/05/2017 13:54