Epifanyj, primera entrevista como metropolitano de Kiev

de Vladimir Rozanskij

Apenas reciba el Tomos de la auto-cefalia, la nueva Iglesia afrontará varios temas; los órganos directivos, la fecha de Navidad (25 de diciembre y/o 7 de enero); la situación de Crimea; las relaciones con las demás Iglesias ortodoxas. El patriarca de Moscú, Kirill, impulsa el aislamiento de la Iglesia ucraniana. El ajuste de cuentas entre Constantinopla y Moscú.

Moscú (AsiaNews) – El nuevo metropolitano, Epifanyj de Kiev, responsable de la Iglesia auto-céfala ucraniana, concedió su primera entrevista el 18 de diciembre pasado a Radio Svoboda, a tres días de su elección. El interés de muchos observadores, además de aquellos de los fieles ucranianos, se dirige a la estructura de la nueva Iglesia, que aún debe ser definida. Recién entrará oficialmente en vigor con la entrega del Tomos, en Constantinopla.

Según Epifanyj, luego de la institución oficial de la auto-cefalia, “serán formados los órganos directivos de nuestra Iglesia. Se trata de una estructura completamente nueva, que requerirá un gran trabajo, pero lo haremos con mucha calma, sabiduría y equilibrio. Debemos trabajar por la unión, no por la división”.

Por lo tanto, no se tratará solamente de la extensión del “patriarcado” creado en los años ’90 por Filaret Denisenko, con la incorporación de la llamada Iglesia “auto-céfala” surgida en la clandestinidad después del comunismo. En efecto, las dos Iglesias vivían en un clima de gran espontaneidad y acercamiento, al margen de cualquier reconocimiento canónico, y se orientaban basándose en las oscilantes direcciones que tomaban la política y la vida social ucraniana.

Ahora, según el nuevo joven primado, se podrán examinar decisiones muy delicadas, que quedaron en suspenso por mucho tiempo. “Tomemos, por ejemplo, la celebración de la Navidad de Cristo, y, en general, la cuestión del calendario. Muchos querrían trasladar la fecha del 7 de enero al 25 de diciembre, pero el pueblo podría no entender esto; es necesario explicar que se trata solamente de una fecha, no de un dogma”.

De hecho, en Ucrania (y en una parte considerable de Rusia) se festejan ambas fechas, si bien en diciembre se festeja la Navidad “comercial”, llamada simplemente “Christmas” y en enero las celebraciones litúrgicas. El intercambio de regalos se realiza en la noche de Año Nuevo. En muchas Iglesias ortodoxas del mundo, por otro lado, el calendario juliano fue suprimido, para adecuarse al contexto social.

El metropolita de Kiev subrayó que “la Iglesia debe ser el fundamento espiritual y la base de nuestro Estado ucraniano, en este difícil tiempo de pruebas que estamos atravesando. Tenemos a Crimea ocupada, y debemos lograr que vuelva a nosotros; el Donbass ha sido parcialmente ocupado, y creemos que el Señor escuchará nuestras súplicas por una paz justa en el único Estado ucraniano, con una única Iglesia”.

Es evidente el apoyo del primado a la posición política del presidente Petro Poroshenko, que, no casualmente ha orquestado su elección, declarando al mismo tiempo que “aprecia mucho las palabras del nuevo metropolita”.

Ante la pregunta de cómo apunta a restablecer las relaciones con el patriarcado de Moscú y sus estructuras en Ucrania, Epifanyj observó que “será un proceso muy largo. Cuando hayamos obtenido el Tomos, que garantiza nuestro estado de Iglesia auto-céfala, comenzaremos a trabajar, a tratar de comunicarnos, a invitar y a manifestar nuestro afecto y nuestro respeto hacia las otras Iglesias. Pienso que, con el correr del tiempo, entenderán que no hay otro camino sino reunirse en una única Iglesia ucraniana y construir juntos nuestro futuro”. La tarea emprendida choca con la más absoluta contrariedad por parte de Moscú; el 20 de diciembre, el patriarca de Moscú, Kirill (Gundjaev) envió cartas a los responsables de las otras Iglesias ortodoxas, para invitar a todos a tomar distancia de la Iglesia ucraniana.

El metropolita también expresó algunos detalles referidos a la modalidad de elección del Concilio de Unificación, en cuyas boletas electorales estaban escritos los nombres de la totalidad de los 200 obispos participantes, a fin de desmentir rumores que hablan de una elección “piloteada” y ya decidida de antemano, sobre todo por decisión política. En el primer turno fueron elegidos tres candidatos y su nombre obtuvo la mayoría en el segundo turno; los datos, según fue prometido por Epifanyj, serán publicados oportunamente.

Justo antes del Concilio de Unificación, el patriarca Bartolomé de Constantinopla había escrito al metropolita Onufrij (Berezovsky), que ocupa la cátedra de Kiev en nombre del patriarcado de Moscú, para explicar que deberá renunciar a dicho título en caso de negarse a participar. Trayendo a colación circunstancias históricas, Bartolomé recordó que “el Sínodo ruso se separó de la Santa Iglesia universal en 1448, pero en la ciudad de Kiev, los metropolitas canónicos continuaron sirviendo a la Iglesia del Patriarcado ecuménico, dado que sus fieles y obispos no se sometían a Moscú”.

Moscú rechazó a los metropolitas griegos luego de la firma de la Unión de Florencia en 1439, sin que nadie hubiese concedido oficialmente la auto-cefalia a los rusos. Bartolomé recuerda incluso que en 1685 Moscú se apropió unilateralmente del derecho de nombrar los metropolitanos de Kiev, luego de la anexión de estas regiones a Rusia. Constantinopla aceptó “temporalmente” estos abusos por el bien del pueblo, pero hoy se ha llegado a un ajuste de cuentas en la historia de las Iglesias ortodoxas, sobre todo en lo que se refiere al conflicto entre Moscú y Constantinopla.