Epifanio de Kiev: Construyamos juntos el futuro de Ucrania

de Vladimir Rozanskij

En una larga entrevista, el nuevo metropolitano traza sus tres tareas fundamentales: unidad, formación, atención a los jóvenes. La Iglesia autocéfala de Kiev no es una “filial” de Moscú. Alabanzas al presidente Petro Poroshenko y a personajes ambiguos. Ya 150 parroquias pasaron de la jurisdicción de Moscú a la de Kiev.

Moscú (AsiaNews)- El primado de la nueva Iglesia ortodoxa autocéfala ucraniana, el metropolitano de Kiev, Epifanio (Dumenko), concedió un larga entrevista a la agencia de informaciones Novoe Vremja, publicada el 13 de febrero pasado. El prelado explicó su renuencia al ataque mediático, del cual muchos se han quejado, dada la importancia de su reciente nominación: "Muchos se sorprendieron de que no me convirtiera en una figura pública, pero sólo he buscado dedicarme aún más a las obras de misericordia, en lugar de aparecer en la prensa y lanzar declaraciones emocionantes”.

En el curso de la entrevista, Epifanio hizo la lista de las tres tareas principales que se puso como meta como guía de la Iglesia ucraniana: “Primero, custodiar la unidad que fue proclamada por el Concilio unificador. Segundo, prestar particular atención a la formación, que es nuestro futuro. El tercer compromiso es con los jóvenes, que debemos atraer a la Iglesia. Sin la formación espiritual, en general sin desarrollo de la formación no podremos hacer nada”. Entre las tareas desarrolladas por el metropolitano antes de la elección, no casualmente, el más importante fue el cargo de rector de la Academia de teología ortodoxa en Kiev, por casi 10 años.

El metropolitano explicó la diferencia entre el estado de auto-cefalia, en la cual la Iglesia depende de Constantinopla solamente como última instancia en las cuestiones eclesiásticas generales y la autonomía de la Iglesia ortodoxa ucraniana todavía ligada al patriarcado de Moscú, del cual es solamente una “filial”, que hoy debe debe denominarse como “Iglesia ortodoxa rusa en Ucrania”. Hasta ahora no hay contactos con sus miembros, porque “evidentemente no tienen ningún deseo de dialogar”.

A las preguntas sobre la excesiva injerencia de la política y en particular del presidente ucraniano Poroshenko, sobre el proceso para obtener la auto-cefalia, Epifanio subrayó la ayuda del presidente justamente en la tarea de “formación del pueblo”. “Hasta ahora tuvimos que visitar el país junto al presidente para mostrar al pueblo el Tomos y explicar los contenidos. Vivimos un importante período histórico y debemos estar en grado de evaluar correctamente estos evento… Ahora, después de la presentación del Tomos, no habrá más tanta necesidad de esta colaboración”. Según él, el presidente es “profundamente creyente, se ve de cómo participa en las liturgias y en la santa comunión”.

El metropolitano alabó la amplitud de Poroshenko, su fuerza de voluntad y de relación, razón por la cual “para mí se convirtió en un modelo especial de dirigente”, si bien no le ahorró la crítica de no haber logrado vencer la corrupción, el “enemigo principal” de la sociedad ucraniana. Él comparó a este “enemigo interno” con la fuerza de aquel externo, o sea del invasor ruso, sosteniendo la importancia de restablecer el respeto de la legalidad en el pueblo, también porque “nosotros nos movemos en dirección hacia Europa”.

En lo que se relaciona con Julia Tomoshenko y los otros candidatos a la presidencia, Epifanio evitó tomar posición, recordando que “nosotros recibimos a todos los que vienen a la Iglesia”, políticos y hombres de negocios comprendidos. De hecho, los periodistas recordaron que junto al metropolitano se vieron a diversos personajes discutidos, como el intrigante de Dniepr, Aleksandr Petrovskij, definido por Epifanio como “un mecenas de la diócesis de Dnieper, cuyos antecedentes no son de su competencia, en todo caso depende “de los órganos legislativos estatales”.

El jefe de la nueva Iglesia recordó que más de 150 parroquias ya pasaron de la jurisdicción de Moscú a la de Kiev y actualmente están elaborando los estatutos de todas las nuevas comunidades, comprendido el centro mismo de la metropolis. En los que se refiere a las Lavras (los monasterios de Kiev y de Pochaevk), él augura que “el Señor hará en modo que puedan pasar a la Iglesia ucraniana y pienso que esto sucederá dentro de algunos años, quizás ya dentro de este año. Quisiera que los monjes de las Lavras llegasen autónomamente a la conciencia que no hay otro camino; todos juntos debemos construir una nueva historia”.