Entre Kabul e Islamabad, la frontera caliente del terrorismo
Pakistán envió una delegación a Afganistán para facilitar el tránsito comercial entre los dos países, pero las relaciones diplomáticas siguen siendo tensas, según el analista Riccardo Valle, cofundador del colectivo de periodistas e investigadores Khorasan Diary. Los ataques de los talibanes paquistaníes siguen siendo un problema para Islamabad. Mientras Afganistán lucha con la rama local del Estado Islámico.
Milán (AsiaNews)- Pakistán envió a Kabul una delegación encabezada por el Secretario de Comercio para discutir la posibilidad de aumentar el comercio bilateral, confirmaron funcionarios de ambos países y que las conversaciones se llevarán a cabo en el día de hoy. Sin embargo, hace sólo unos días el Ministro de Defensa paquistaní había amenazado con cerrar los pasos fronterizos e impedir (por enésima vez) el tránsito de mercancías con Afganistán, después de que la fuerza aérea llevó a cabo, en el marco de una "operación antiterrorista", dos ataques aéreos en suelo afgano que, según los talibanes de Kabul, mataron a ocho civiles.
“Las relaciones entre Pakistán y Afganistán seguirán siendo así en el futuro próximo, caracterizadas por escaramuzas y provocaciones recíprocas, porque ambos países se encuentran en un punto muerto”, afirma Riccardo Valle, analista y cofundador del colectivo K:horasan Diary, que sigue las actividades terroristas en Pakistán y el sur de Asia. “Islamabad afirma - y con razón - que los jefes de los talibanes paquistaníes se encuentran en Afganistán. Pero las células que llevan a cabo los ataques en Pakistán están en territorio paquistaní, porque los Tehreek-e Taliban Pakistan lograron llevar de vuelta a la mayoría de sus militantes de Afganistán a Pakistán".
Los Tehreek-e Taliban Pakistan (TTP), los talibanes paquistaníes, reúnen bajo su ala a diversos grupos islamistas, cuyo objetivo es recrear en Pakistán un Emirato Islámico según el modelo afgano. En 2014 Islamabad lanzó contra ellos una ofensiva denominada Operación Zarb-e-Azb, y la mayoría de los TTP se refugiaron en las zonas tribales entre los dos países. “Donde está el paso fronterizo de Torkham, dentro de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, todavía residen familias y comunidades que tienen afiliaciones transfronterizas”, dice Valle. Pero en los últimos años, enardecidos por la victoria de sus "primos" afganos sobre las fuerzas extranjeras que abandonaron Afganistán en agosto de 2021, los talibanes paquistaníes han llevado a cabo un número cada vez mayor de ataques contra el gobierno y las fuerzas de seguridad de Pakistán.
“En última instancia, Islamabad considera que los TTP son una entidad con base en Afganistán que actúa gracias al apoyo de Kabul, mientras que los talibanes afganos, que han conseguido que los TTP no constituyan una amenaza en su país, consideran que la cuestión de los atentados son un problema exclusivamente paquistaní”, explica el académico. “Se ha verificado un progresivo endurecimiento del ejército paquistaní, por lo que ahora, a diferencia de cuando era primer ministro Imran Khan, ya no es posible realizar negociaciones sobre los TTP con Kabul. Por otro lado, los dirigentes afganos tampoco pueden tomar medidas represivas contra el TTP, porque corren el riesgo de generar una guerra entre facciones o incluso que algunos combatientes se unan al Estado Islámico", que se opone al Emirato Islámico de Afganistán - al que consideran demasiado blando en términos de ideología islamista - y en los últimos años han logrado reclutar a muchos talibanes "descontentos".
Riccardo Valle, junto con otros expertos, publicó una serie de artículos en los que afirmaba que la rama afgana del Estado Islámico (IS-K) había trasladado su atención a Rusia como objetivo de ataque. “Por un lado, desde que tomaron el poder en 2021, los talibanes han logrado debilitar al Estado Islámico decapitando su línea de mando. Por otro lado, sin embargo, el IS-K ha demostrado que es capaz de cambiar de táctica para llevar a cabo sus ataques, lo que para ellos equivale a una victoria. Y el Estado Islámico sobrevive gracias a discursos narrativos e ideológicos que se van adaptando a las contingencias del momento. Así como atacaban al anterior gobierno afgano, ahora critican a los talibanes", continúa el experto.
“En contra de Moscú confluyen una serie de dinámicas: por un lado, Rusia se considera, igual que Irán, un defensor del régimen sirio de Bashar al-Assad, que expulsó al ISIS de los territorios que había conquistado en Irak y Siria. En el caso específico de la rama afgana del Estado Islámico, en cambio, se critica a los talibanes y se los acusa de traición porque mantienen relaciones diplomáticas con Rusia, el país que invadió Afganistán en 1979. Y además los rusos, en particular el grupo mercenario Wagner, son considerados los 'nuevos cruzados' contra los que hay que luchar en África en lugar de los franceses, que por el contrario se han retirado de varias zonas del Sahel donde el Estado Islámico es muy activo".
Aunque Washington considera que las relaciones entre Afganistán y Pakistán tienen cierta relevancia, "es difícil imaginar que Estados Unidos pueda actuar como mediador - continúa Riccardo Valle -. Tras el intercambio de misiles entre Irán y Pakistán, sólo China se había ofrecido a actuar como intermediaria, a la que se considera un actor mucho más creíble, junto con Rusia, en comparación con Occidente, para el cual Afganistán y todo lo que lo rodea ya se trata ahora de una cuestión puramente regional".
04/07/2023 12:23