Enfrentamientos y autos en llamas por el desalojo de un templo hindú

La comunidad se dividide entre los que están a favor y los que están en contra del traslado del lugar de culto, centro de una disputa de terrenos. Los abogados de los propietarios entregan 32.000 euros a 50 islámicos, para poder introducirse en el edificio y así asumir el control, antes de la llegada de la fuerza pública. Se pasó de los insultos a la violencia entre los fieles: incendiaron 18 autos y dos motos.

Kuala Lumpur (AsiaNews/Agencias) – Insultos, riñas, vehículos incendiados: es el resultado de la violencia desatada hace dos días entre los fieles hindúes, que se encuentran divididos ante la cuestión del traslado del templo de Seafield Sri Maha Mariamman a otra zona de Subang Jaya (Selangor). La irrupción de 50 musulmanes malayos que intervinieron para el desalojo no hizo sino aumentar la tensión. Es cuanto afirma el ministro del Interior malasio, Muhyiddin Yassin, al hacer una reconstrucción de lo sucedido.

El templo, erigido hace un siglo, constituye el centro de una disputa sobre la propiedad del terreno. En el caso se enfrentan el Comité administrativo del edificio y los agentes inmobiliarios de One City Development. Una decisión de la Alta corte de Shah Alam señaló que la compañía es la legítima propietaria. La orden de desalojo emitida por los jueces aún no fue ejecutada, ya que una parte de la comunidad hindú se opone a la sentencia. La otra, en cambio, está a favor de la mudanza.

Tras el fracaso de algunas negociaciones, la compañía intentó tomar el control del templo el 22 de noviembre pasado, pero tuvo que desistir de ello, a causa de una manifestación de protesta organizada en el lugar de culto. Los dirigentes de One City Development comunicaron a las fuerzas policiales su nueva intención de tomar el control del lugar a las 7 de la mañana del 26 de noviembre. Sin embargo, los investigadores descubrieron que los abogados habían pagado 150.000 ringgits malasios (unos 32.000 euros) a 50 islámicos, para que se introdujesen en el templo y “asumieran el control” antes de la llegada de la policía.

Su presencia desembocó en una violenta pelea entre los devotos hindúes, que terminó provocando desórdenes y daños en varias propiedades:18 automóviles y dos motos incendiadas; un móvil policial dañado por el lanzamiento de piedras; las vidrieras de un centro comercial hechas añicos. Para calmar el tumulto, las autoridades desplegaron cerca de 700 efectivos de la policía, incluyendo agentes de la Federal Reserve Unit (FRU), fuerzas antidisturbios y escuadrones de respuesta especial. Apenas culminaron los incidentes, las autoridades dispusieron el arresto de 19 personas y de dos abogados de One City Development, que rechazan la versión de los hechos expuesta por el ministro.