En la vigilia del 20º Congreso del Partido Comunista, revuelo por una protesta solitaria contra Xi Jinping
El manifestante se convirtió en un héroe en la web, tras exhibir pancartas que atacaban al presidente en plena ciudad de Beijing. La inusual iniciativa se produce mientras se refuerzan las medidas de seguridad en la capital. Las autoridades intentan censurar cualquier información sobre la manifestación. El descontento popular crece. Sin embargo, los que se oponen a Xi corren enormes riesgos.
Roma (AsiaNews) - En vísperas del 20º Congreso del Partido Comunista Chino, una protesta contra Xi Jinping generó un gran revuelo. Ayer aparecieron varias pancartas colgadas en un puente que pasa por encima de una concurrida intersección de la capital. Las leyendas de los carteles tenían como blanco al líder supremo de China y a su política de "erradicación" del Covid-19, y además pedían convocar a elecciones. Es la primera vez, desde el movimiento democrático de la plaza de Tiananmen de 1989, que los manifestantes desafían al régimen de forma tan flagrante.
El hecho se produjo en el viaducto de Sitong, en el noroeste de Beijing, donde se encuentran las principales universidades de la ciudad. Los transeúntes se detuvieron y tomaron fotos con sus teléfonos móviles. Una pancarta decía: "No queremos tests de Covid, queremos comida. No queremos aislamiento, queremos libertad. No queremos mentiras, queremos dignidad. No queremos la revolución cultural, queremos reformas. No queremos líderes, queremos votar. No queremos ser esclavos, queremos ser ciudadanos". En otro cartel se leía: "Estudiantes y trabajadores en huelga, destituyan al dictador y traidor a la nación Xi Jinping". En uno de los vídeos, las consignas se repetían desde un altoparlante.
En Internet circuló una imagen de un hombre que era llevado por la policía: se cree que el manifestante quemó neumáticos para atraer la atención de los transeúntes. La policía retiró las pancartas inmediatamente. Un reportero de Bloomberg encontró marcas de un incendio en el lugar que aparece en los vídeos. Por su parte, Associated Press informó que la policía patrullaba la zona y paraba a los peatones para controlar sus documentos de identidad.
Las autoridades chinas no respondieron a las solicitudes de comentarios; la policía local negó que se hubieran producido incidentes.
Los internautas trataron de eludir la censura de diferentes maneras para mostrar su apoyo al manifestante, al que apodaron "guerrero solitario" (孤勇者) y "hombre valiente" en sus debates en las redes sociales. Sin embargo, las autoridades filtraron este tipo de expresiones: cuando se buscan palabras como "puente Sitong", o simplemente "puente" y "valiente", los motores de búsqueda chinos no brindan ningún resultado.
La protesta se convirtió en el tema más debatido en la ciberesfera china. Muchos internautas que compartieron fotos y vídeos en la aplicación de mensajería WeChat o en Weibo (una especie de Twitter chino) acabaron con sus cuentas bloqueadas.
La seguridad del manifestante es la principal preocupación de muchos. Se cree que es el usuario de Twitter Peng Zaizhou (彭载舟): algunas de sus antiguas publicaciones coinciden con los lemas de las pancartas. Teóricamente su verdadero nombre es Peng Lifa (彭立发), y es originario del condado de Tailai (Heilongjiang).
El 20º Congreso del Partido se inaugurará el 16 de octubre. Las autoridades han reforzado la seguridad en todo el país y restringieron los desplazamientos y la logística en Beijing. Obligaron a los disidentes locales a abandonar la ciudad y muchos activistas de todo el país se encuentran bajo arresto domiciliario.
Se espera que el Secretario General Xi siga en el poder durante un tercer mandato, rompiendo la regla no escrita de que el líder del Partido no puede permanecer en el poder más de dos mandatos de cinco años. Xi se prepara para convertirse en el político más poderoso de China desde Mao Zedong. Y ello, a pesar de que su estricta política de “Cero Covid” ha perjudicado a la economía, provocando un aumento del desempleo. A causa de los cierres, muchos ciudadanos se muestran descontentos e impacientes, pero la gente aún opta por evitar mencionar el nombre de Xi en un ambiente asfixiante.
La realidad es que oponerse abiertamente a Xi conlleva enormes riesgos. Algunos manifestantes pagaron un alto precio por ello: el poeta Lu Yang (鲁扬) de la provincia de Shandong, que instó al presidente a dimitir, fue condenado a seis años de prisión; Dong Yaoqiong (董瑶琼), apodada "la chica de la tinta" por embadurnar un cartel del líder chino en Shanghái, está encerrada en un hospital psiquiátrico; su padre, Dong Jianbiao (董建彪), murió en prisión en septiembre; y el magnate inmobiliario Ren Zhiqiang deberá cumplir 18 años de prisión por haber criticado abiertamente a Xi.
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