En la fiesta de la Independencia, un ‘día negro’ para los tamil y cosechadores de té
El 4 de febrero Sri Lanka celebró su 71° aniversario de la Independencia del dominio británico. El presidente Sirisena admite atrasos en el desarrollo económico. Los tamil lamentan persecuciones aún después de la guerra civil. Los trabajadores de las plantaciones piden salarios más elevados.
Colombo (AsiaNews) – En el día en el cual todo Sri Lanka celebraba el 71° aniversario de la Independencia (del dominio colonial británico), para los Tamil y los trabajadores de las plantaciones de té fue un “día negro”. Estos dos grupos sociales decidieron boicotear los festejos y lamentan que desde hace demasiado tiempo sus pedidos siguen sin ser escuchados: por un lado, los tamil protestan por las continuas discriminaciones que continúan no obstante haya terminado la guerra civil; por el otro, lo cosecheros de té piden un aumento del salario mínimo, que ya no alcanza para nutrir a sus familias.
El 4 de febrero pasado en el Gall Face Green de Colombo se realizaron las celebraciones por la Independencia, con la presencia del presidente Maithripala Sirisena. Delante de la multitud, fue él mismo en admitir que el país asiático tiene todavía delante suyo un largo recorrido antes de alcanzar el pleno desarrollo económico. “Cualquiera sean los motivos- dijo- o cualquiera sea el responsable, todos nosotros en cuanto líderes políticos hemos fracasado en nuestro país el desarrollo económico que la población espera desde hace decenios”. Luego agregó: “La gente no puede resistir a esta recesión, Debemos llevar la instrucción, las universidades, las reformas al paso de los estándares internacionales de siglo 21”.
Mientras el presidente hablaba a la nación, los tamil del norte, del sur y de las zonas colinares o montañosas realizaban una protesta del título (Blck day”. Según las comunidades que viven en el norte, existen cuestiones irresueltas desde 2009, cuando terminó la sangrienta guerra civil entre el ejército y los Tigres Tamil (LTTE). A la protesta de los tamil se unió también aquella del movimiento estudiantil de la Jaffna University Student Union, juntos por la misma causa.
C.V Wigneswaran, ex jefe de ministros de la provincia septentrional que ha creado un nuevo partido el Tamil Makkal Koottani (Tmk, o Tamil People’s Front), declaró: “Si bien hemos obtenido la Independencia del gobierno británico, existen graves violaciones de los derechos humanos e injusticias contra los tamil de Sri Lanka”. “Las familias de las personas desaparecidas - agregó- todavía siguen buscando a sus seres queridos. tantos languidecen en las cárceles sin ninguna acusación o proceso en base del Prevention of Terrorism Act”.
Del mismo parecer es también Slevarasa Gajendran, secretario general del Tamil National People’s Front (TNPF), según el cual “el gobierno utiliza al ejército y a su poder junto a otras potentes agencias para crear una psicosis entre los tamil. Quiere imponer el budismo construyendo estatuas de Buda en lugares donde no existen asentamientos budistas”.
Junto a los tamil, el 4 de febrero se elevó la protesta de los trabajadores de las plantaciones de té. Ellos piden que el salario mínimo aumente a 1.000 rupias (casi 5 euros, ndr). A causa del aumento del costo de la vida, muchos se lamentan que no logran más ni siquiera dar de comer a sus hijos. Una de las comunidades históricas es la de los Malaiyagha Tamil, inmigrantes desde hace 100 anos de India. Todavía hoy están privados de los derechos civiles y sufren varias discriminaciones en el acceso a la instrucción y a la comida.
Por el aumento, la ganancia media para los trabajadores en las plantaciones es de 500 rupias al día y puede llegar a 800 gracias a algunos extras o premios por la productividad. Pero no es suficiente. Uno de ellos, proveniente de Bogawanthalawa, cuenta: “Tengo 5 hijos y no logro darles todo lo que necesitan, como la comida, la atención médica o la escuela. Cuando comencé a trabajar, ganaba 72 rupias. En ese tiempo el kilo de arroz costaba 2,50 rupias y un kilo de harina 7. Hoy gano 500 rupias, pero el arroz cuesta 100 y la harina el mismo precio”. Pero, para apagar sus esperanzas, llegó la declaración de la Asociación de Plantadores de Ceylon (antiguo nombre de Sri lanka), que sostiene que “el aumento de los salarios es imposible con las actuales condiciones del mercado”.
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